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Michael se acababa de mudar al pequeño y acogedor apartamento de su hermana mayor: Michelle. Pero no contaba con la fastidiosa vecina del 505, quien tocaba guitarra eléctrica casi todas las noches desde medianoche hasta cerca de las cuatro de la mañana. Lo mas extraño era que a nadie parecía molestarle, solo a él.

"¿Por qué carajos la chica del 505 toca guitarra toda la noche?" dijo molesto, después de abrir abruptamente la puerta de la habitación de su hermana.

"Amber" contestó ella sin levantarse de la cama.

"¿Qué?"

"Su nombre es Amber, ahora vete a dormir Michael." ordenó y cubrió su rostro con almohadas.

Michael se irritó aun mas, siempre que se trataba de aquella chica los vecinos y su hermana cambiaban el tema, así que decidió enfrentarla de una vez por todas, al menos podía bajar el volumen o desconectar el amplificador. 

Salió de su apartamento 504, para tocar cuidadosamente en la puerta del 505, el sonido de la guitarra eléctrica cesó y la puerta fue abierta por una chica de baja estatura, cabello color zanahoria y ojos caoba, era obvio que no tenía sueño para ser jueves a la una de la madrugada, se veía linda y fresca.

"¿Si?"

"Hey soy Michael, el hermano de tu vecina Michelle." Se presentó sin quitar sus ojos de la chica, ella solo asintió. "Ehm ¿te importaría bajarle un poco? temprano en la mañana tengo un examen importante y... ¿Estás bien?"

La chica pestañeó confundida ante sus palabras y su repentino cambio de humor, pero los ojos de Mike solo se fijaron en sus pequeñas manos, sus dedos sangraban.

"Si ¿por qué no habría de estarlo?"

"Tus manos." respondió algo sorprendido, no era de esas personas que se desmayara al ver una gota, pero definitivamente le alarmaba la presencia de la sangre.

"Oh. Siempre me pasa." rió restandole importancia a sus pequeñas heridas. "Un par de curitas y como nuevos."

Michael asintió. "¿No crees que deberías dejar de tocar por un tiempo?

"¿Dejar de tocar guitarra?" respondió indignada, como si el chico le estuviera proponiendo algo poco decente.

"A ver si tus dedos mejoran." aclaró al ver que su vecina fruncía el ceño.

"Ni en un millón de años" rezongó la chica y azotó la puerta en la cara de Michael.

505 [m.c.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora