O1; LA GROTTA RISTORANTE

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TOM SUSPIRÓ, tamborileando sus dedos contra la mesa, preguntándose por quinta vez cómo se había metido en ese lío

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TOM SUSPIRÓ, tamborileando sus dedos contra la mesa, preguntándose por quinta vez cómo se había metido en ese lío. Claro que lo sabía perfectamente, pero aun así se preguntaba si tal vez, solo tal vez, hubiera podido decir no.

Su publicista había llamado un par de días atrás, Le había preguntado si recordaba a Angela Thompson. Tom había dicho que por supuesto que sí. Había grabado un par de escenas con ella para Civil War. Luego le preguntó que si le agradaba. Tom, confundido, había dicho que sí. Claro, no había hablado demasiado con ella pero le había agradado. Ambos tenían alrededor de la misma edad y estaban emocionados en trabajar en un proyecto grande como Marvel.

Luego, como si le estuvieran haciendo un favor, su publicista le había dicho que tenía que salir con ella. Falsamente. Como en citas.

Tom nunca había sido bueno para las citas. Mierda, nunca había tenido una novia. ¿Qué se suponía que tenía que hacer con una ahora, incluso si era una falsa?

Toda la situación era sumamente incómoda, pero no era como si pudiera negarse. Estaba en su contrato.

Además, la situación no era tan mala, ¿cierto? Podía ser peor.

Supo que Angela había llegado cuando todo el restaurante comenzó a murmurar. No podía culparlos. En el trayecto al restaurante, él mismo había escuchado en la radio la última canción de Angela, "Shameless".

Alejó sus ojos del menú, mirando a la puerta.

Ahí estaba. Angela Thompson.

Era bonita, aún más de lo que recordaba. Tenía el cabello marrón al igual que sus ojos, combinando perfectamente con su piel morena. Llevaba un bonito vestido largo de encaje con flores, con un escote que quitaba la respiración. Sus labios estaban perfectamente pintados de rojo y su cabello estaba recogido desordenadamente.

Tom se puso de pie para acercarle la silla. Angela pensó que era para saludarla y hubo un momento incómodo en el que Angela se inclinó para abrazarlo y Tom tenía el brazo extendido hacia la silla. Luego, dándose cuenta de sus errores, Angela intentó sentarse y Tom abrazarla.

Finalmente Angela se decidió por darle un beso en la mejilla y sentarse, sonrojada.

—Lo lamento —se disculpó Tom, genuinamente avergonzado. Angela le dio una sonrisa incómoda, negando con la cabeza.

—No, yo lo lamento. Todo esto es muy...

—¿Extraño? —sugirió. Angela sonrió, aliviada porque él pensara lo mismo que ella.

—Sí, demasiado. Además, lamento llegar tan tarde. Vengo llegando del aeropuerto. Estaba en Los Angeles terminando unas cosas para mi nuevo sencillo y...

—No pasa nada —insistió Tom—. Todo está bien.

Angela le sonrió rápidamente, tomando la carta entre sus manos.

love game / tom hollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora