32 - No me iré Ggukie.

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—No. —señaló Taehyung, cuando él menor lo aprisionó contra la fría pared.

—¿No? —se atrevió a poner en duda tras afianzar el agarre en las caderas, juntando sus cuerpos para generar mayor contacto.

—No... —volvió a pronunciar con cierta debilidad y con la respiración mucho más agitada que antes. Su entrepierna comenzaba a sentir la incomodidad, aquella producida por el despertar de su intimidad.

—¿Seguro bebé?, porque tú cuerpo dice lo contrario. —Jungkook cerró aún más la brecha, causando que él mayor soltara un suave gemido que éste, supo atrapar entre sus labios.

Taehyung respondió con picar día cuando Jungkook lo besó con cierta carga sexual. —Mi cuerpo y mi mente siempre están en debate, Jeon... —susurró sobre los labios del menor tras separarse con la intensión de recobrar el aliento. —Lo malo de todo esto, es que tengo tantas ganas de que me toques como ganas de matarte. —sostuvo, riendo ante sus palabras. —¿Vas a follarme?

Jungkook negó. —Voy a hacer algo mucho mejor, ya sabes, toda la puta noche. —indicó para luego tomar al mayor de tal manera, que su cuerpo quedó en suspensión al cruzar sus piernas tras las caderas del azabache.

Taehyung emblanqueció sus ojos ante las palabras del menor y llevó una de sus manos para perfilar aquel rostro de rasgos exóticos, mientras que con la otra afianzó el agarre en las hebras del cabello del mismo.

Minutos antes, luego de que finalizara el concierto y sabiendo que, un par de calles separaban sus hogares, habían decidido caminar para disfrutar de la noche juntos. No obstante, Jungkook insistió en qué aún era temprano, por lo que terminó convenciendo a Kim para que lo acompañase a su hogar. Sin embargo, las cosas al interior del ascensor habían ayudado a que se elevará la temperatura ambiente y ahora, se encontraban disfrutando de aquello que sus cuerpos les exigian.

Taehyung pasó la lengua por toda la extensión del miembro de Jungkook, haciendo que éste mordiera sus labios para ahogar su evidente placer. No obstante, él castaño no continuó con su tarea dejando al menor con cierta extrañeza, esa que tardó en revelar la verdad. —Quédate con las malditas ganas de meterlo en mi boca. —señaló  mientras saboreaba la salinidad que alcanzó a degustar. —No se puede tener todo en la vida Ggukie. —indicó con una sonrisa maléfica al sentirse un gran triunfador. —¡Gánatelo! —continuó pero fue sorprendido por él azabache quien en cosa de segundos, lo tenía bajo su cuerpo, ejerciendo algo de fuerza en el agarre.

No recibió más palabras, sólo sintió la lengua del menor pasear por cada centímetro de su torso. Lo estaba torturando, pero fuera de disgustarle, le encantaba. Soltó entonces un fuerte gruñido cuando él azabache jugueteó y mordisqueó uno de sus pezones. —Agr, mierda...

—¡Sí!, mierda bebé. —se burló. —Voy a hacer que sólo una palabra salga de tu boca... —farfulló sobre la expuesta piel canela, mientras se introducía lentamente en aquella intimidad. —Mi nombre.

El resto del tiempo pasó entre tiernas caricias hasta incontrolables gemidos y gruñidos que, retumbaban en toda la habitación. Taehyung maldecía de intenso placer mientras Jungkook gozaba de aquel control que tenía sobre él.

Tras finalizar, ambos cuerpos yacían agotados y sudados sobre la cama del menor, quién tomó su camiseta para limpiar el tibio cuerpo del castaño, y tras acabar, se acomodó en la cama buscando cercanía en el cuerpo del contrario.

Besó su hombro varías veces hasta hacer reír al mayor. Puso una de sus manos sobre la cintura de Taehyung y comenzó a repartir pequeñas caricias hasta llegar a la marca que se posaba en el costado, que si bien era bastante diminuta, de igual forma era todo un tema para Taehyung. 

—Déjala, no la toques...  —susurró sin ánimo él mayor. —Me da asco cada vez que la veo. —sostuvo.

—Es sólo una pequeña estría, Tae. Es hermosa igual que tú. —señaló, dejando un beso en la coronilla del contrario.

Taehyung emblanqueció los ojos al escucharlo hablar. —Tengo cuatro muy visibles, al menos eso creo. —habló. —Me salieron cuando baje de peso, las odio, las odio mucho, yo... —no pudo continuar hablando cuando su mandíbula titubeó tras sentirse abrumado. Jeon por su lado, entendía qué, haría lo posible por borrar esas inseguridades del mayor.

Taehyung cubrió su delgado cuerpo con las sábanas que habían quedado dispersas tras la pasión vivida. Y ahí estaba una vez más, en la misma cama, con él mismo chico y los mismos temores esparcidos por cada rincón de su mente. Tensándose al sentir el cuerpo del menor adosarse al suyo, presionando con la mano firme en su cadera, y enterrando la yema de los dedos lo suficiente cómo para marcar la zona pero sin dañarlo.

Entendió el gesto. Jungkook le pedía en silencio que se quedara esa noche, pero no se encontraba seguro de que fuese lo correcto, aún así, era capaz de decifrar la culpa que empezaba a sentir Jeon tras aquel momento de debilidad. —Lo siento, no te vayas, no otra vez. Yo realmente lo sien...

Taehyung asintió mientras escuchaba atentamente al azabache. Él estaba llorando, sí, estaba mostrando un momento de fragilidad que pocas veces sucedía. —No me iré Ggukie —musitó bajito. —, me quedaré aquí, contigo. —indicó, dándose vuelta para quedar frente al menor y poder así, limpiar aquel rostro decorado de lágrimas. —Estás mucho más sensible, eh. —intentó hacerlo reír, recibiendo una suave sonrisa a cambio.

Se abrazaron, manteniéndose en la misma posición varios minutos. Sólo así, escuchando los latidos de sus corazones. Jungkook suspiró cuando al fin logró encontrar tranquilidad. —Tengo un miedo terrible de perderte otra vez. —confesó, besando la frente del castaño. —Por un momento pensé que si te ibas, sería como dejarme en claro que por más que lo intente, jamás me vas a perdonar y yo... Yo sencillamente no sé si sería capaz de soportar dos veces lo mismo.

—Ggukie, eso fue extremista. —quiso bajarle el pérfil a la situación. —No volví para irme otra vez, volví porque quería asesinarte lentamente, pero me lo estás haciendo demasiado fácil. —se carcajeó contagiando al menor de paso.

Él azabache deposito un suave beso sobre los labios del contrario y agregó. —Soy la maldita piedra de tu zapato, TaeTae. No vas a deshacerte de mi, lamento arruinar tus tontos planes pero... me hace feliz saber que estoy ganando poco a poco la pelea. —sonrió victorioso, ganándose un apretón en su nariz.

—Si, si. Buenas noches. —finalizó él castaño, acomodando su rostro en le torso del menor. Escuchando a lo lejos un "te amo", que le hizo sonreír mientras caía en sueño.


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Jungkook está siendo tan bonito con Tae, estos días. La "rana dorada", será mi nuevo estilo de vida jajaja

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