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Una vez desnuda la llevé hacia la cama y la contemplé yaciendo completamente a mi merced. Me desvestí lentamente aunque estaba empezando a dominarme una ansiedad que nunca antes había sentido. Siempre supe controlarme y retrasar todo para disfrutarlo mas. Como un mazazo en la cabeza sentí los huevos a reventar, mi Miembro completamente expandido y el descontrol se estaba apoderando de mi. Deseé penetrarla ahí mismo cuando abrió las piernas y con sus ojos me invitó a poseerla. Ya no pude pensar y me tiré encima de ella completamente loco y desencajado, guié mi miembro hacia su vagina y con desesperación traté de Penetrarla. La sangre se me subió a la cabeza y no quise mas que bombear y bombear hasta el final. Metí la cabeza y un grito de ella me despertó de la locura.

Perdoname, es que....

Voy a darte lo que quieras...pero despacio...

Me besó en la boca y me sonrió con tal dulzura que calmó mis ansias animales. Volví a meter la cabeza y me quedé allí, concentrándome en sentir el placer que eso me originaba. La miré gozarlo tanto como yo y metí un poco mas. Su vagina lubricada, caliente y estrecha me la estaba apretando tal cual había imaginado y volví a besarle la boca, el cuello, las orejas, con mis manos en las tetas apretándolas y acariciándolas tan suave como podía. Me moví dentro de ella para sentir toda su pulposidad envolviéndome y la oí gemir en unos ruidos estremecedores de gozo. Y un poco mas hasta llegar a su himen, lo percibí claramente, lo sentí impidiendo el paso. Me estremecí con todo, ya no aguantaba mas. Y dulcemente, al besarle la boca, empujé con un poco mas de fuerza dentro de ella desgarrando su himen, al que senti colapsar; ella se arqueó y mas que un grito de dolor jadeó de placer.

Duele?

No, sigue, sigue.

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