Sentado en esta sala llena de gente, puedo escuchar la música fuerte y el bullicio de esta fiesta... Aburrida, como todas a las que he asisto casi cada fin de semana desde que tenía 16 y salí de casa en esta que parece una búsqueda eterna, bebo de un trago el escoses del vaso rojo en mi mano derecha mientras que inspiró el humo aromático del tabaco sostenido por la izquierda, mi "compañero" (por decirlo así, me desagrada el término aprendiz) está al frente de todo dándome un descanso, su cabello rubio albotatado y extrema energía me fastidia, pero debo aceptar que me es muy útil cuando estoy asqueado de la gente que fastidia con sus peticiones, hace una señal de victoria mientras se coloca los audífonos.
— ¡Ojo de tigre! — Grita una guapa peliverde de voz fuerte y risa estruendosa, el solo tuerse la boca en señal de que sabe que la petición de ella le desagradara, la chica es rechazada y con la mirada busca a su alrededor.
Me alejo antes de que Esmeralda "la reina de la fiesta" venga a mi haciendo ridículas peticiones o esperando actividad sexual. Es una suerte que la fiesta de bienvenida a la facultad de ciencias del arte y letras de la universidad Waseda, sea tan concurrida, me mimetizo con la multitud, como lo he hecho gran parte de mi vida, sin encajar, ni mucho menos ser quien realmente soy, no desde ese encuentro, no hasta que encuentre a quien me dió una razón para hacerlo.
— Se supone que eres el DJ...— me encontro — El inútil de tu ayudante, no quiere complacerme. — Su voz me taladra los oidos así que contesto para que se calle.
— No es mi ayudante.
— Si supiera su nombre y no su ridículo apodo, podría llamarlo así...— de pronto como un relámpago ante mis ojos aparecio aquello que creí una ilusión, un sueño ya otras veces me había ocurrido, aunque solo era un fantasma fabricado por mi mente, pero cada que ocurría no podía impedir que los recuerdos de mi niñez surgieran de repente mientras la voz de aquella niña rica se perdía en el ambiente.
En un instante ya no estaba en aquella mansión, si no en la pequeña y lejana Hida-Furukawa, yo tenía ocho años y mis padres discutian en la modesta casa en el distrito de almacenes de paredes blancas, mientras yo corría a mi refugio, el canal Setogawa, de nuevo una gran discusión por la compulsiva manera de beber de mi padre, cosa graciosa era que al tener una tienda de sake fuera su mayor consumidor, los intentos de mi madre por cambiar esa situación siempre fueron no más que eso "intentos".
La brisa cálida del verano soplaba en mi rostro mientras observaba a los peces koi intentaba borrar de mi mente aquella colerica situación, recuerdo haber soltado una lágrima o dos.
— ¿Te encuentras bien? — Un chico unos centímetros más alto que yo pero al parecer de mi misma edad, salió de entre el pasto alto que se mecia levemente.
— ¡Eso no te importa! — Limpie discretamente mi rostro, supongo que la situación me hacía tener miedo, yo era algo irascible con todos y por ello tenía muchos problemas en la escuela.
— Se ve que algo te ocurre... Si puedo ayudarte, cuenta conmigo. — Era tan amable... Nunca nadie a excepción de mi madre había sido tan gentil conmigo.
— ¿Eres tonto? Mejor largate. — Mi puño se estrelló en su mejilla izquierda, el solo sobo su rostro y sonrió levemente.
— ¿Ya te sientes mejor? — Me sentía tan avergonzado, ante su amabilidad.
— Lo... Lo lamento, yo...
— No te disculpes, te entiendo... Se lo que se siente ser lastimado por quienes te aman. — Su mirada triste en color azul mar me mostro su tristeza.
— ¡Seiya!... ¡Seiya! — La voz de mi madre me llamaba, señal de que la discusión había terminado.
— Debo irme...

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Gritaré tu nombre (Oneshot para: La tonada del amor. Grupo Seiya Kou Oficial)
FanfictionSituaciones dolorosas, un encuentro y distancia... No importa en que forma venga, el amor siempre será amor. Cuando tus lagrimas obscurecidas por la tristeza se derramen cuando tu corazón lleno de soledad se marchite diré un nombre tu nombre como c...