29 - No soy una chica.

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El sábado llegó, así como también las ansias se habían acrecentado. No era secreto todo lo que significaba para Jeon, tener una cita con él castaño, pero ¿qué era lo qué lo hacia diferente ésta vez? ¿por qué estaba tan nervioso?

Se conocían perfectamente, tenían una historia que los unía, miles de besos en su historial y millones de caricias pasadas, entonces ¿por qué le sudaban tantos las manos? No eran un par de extraños, sin embargo, de igual forma sentía que el mundo se le venía encima.

Ciertamente tenía dudas, bastantes, las mismas que con el paso del tiempo se había convertido en una caja repleta de inseguridades. Creía en la probabilidad de que él mayor no llegara a la cita, aún así mantenía la esperanza de que si lo hiciera. Si bien Kim había aceptado darle una nueva oportunidad, tan sólo bastaron dos años para incrementar los temores de Jeon.

Taehyung podía hacer lo que quisiese con él, a Jungkook no le importaba. Podía esperar por horas a que llegara y aún así, no se movería de la banca ni un centímetro. Jungkook sabía que exageraba, sólo había pasado media hora desde que había llegado y ya se había armado todo un cuento en su cabeza.

Taehyung había insistido en que no lo fuese a buscar a su departamento, que quería llegar solo al encuentro y tener la sensación de una verdadera cita. Había discutido, si, pero nada tan grave como suspenderlo todo. Salió de sus pensamientos, cuando un agotado castaño se detuvo frente a él con evidente cansancio.

—Lo siento yo... —Taehyung intentó regular su respiración agitada, decidiendo tomar asiento junto al menor para descansar. —El autobús no se detuvo donde debía, me dejó a cinco calles más arriba y...

No pudo acabar sus palabras al sentir al menor rodearlo en un abrazo. Jungkook lo sostenía como si fuese a desvanecerse, por lo que, se dejó envolver por el tibio contacto tras oírlo agradecer una y otra vez. —Heeey... —musitó bajito cuando él azabache al fin se separó.

—Pensé que no llegarías. —confesó de golpe, empuñando sus manos sobre las piernas y bajando la mirada tras sentirse abrumado.

—¿Por qué no lo haría? Yo no soy el que falta a su palabra. —respondió, ocultando el reproche en su sonrisa.

Le dolía. Aquellas palabras filosas eran un duro golpe al pasado de ambos, uno en donde había prometido no fallarle. Palabras fugaces que se esfumaron con el tiempo. —Lo siento, yo... —se aborreció en silencio. —, ésta vez no te fallaré. —prometió, mientras se ponía de pie. Sonando más convincente que veces anteriores porque así lo era, no iba a faltar a su promesa otra vez.

Estiró su mano para que Taehyung la cogiera y agradeció mentalmente cuando éste lo hizo, caminando a paso lento hasta llegar al pequeño muelle junto al lago, manteniendo la distancia tras haber soltado sus manos. Se sentaron en uno de los bordes, para observar tranquilos y en silencio el espectáculo de luces de los más llamativos colores existentes.

El oscuro cielo junto a los fuegos artificiales, llenaban cada rincón del lugar mientras los impregnaba de alegría. Entonces, Jungkook se atrevió a posar su mano sobre la de Taehyung, entrelazando sus dedos con lentitud ante un posible rechazo pero cuando no sucedió, se sintió feliz por haber obtenido el primer logro de la noche.

Había transcurrido alrededor de una hora cuando él castaño decidió romper el silencio. —Está un poco fría la noche ¿no? —preguntó, desasiéndose del agarre para abrazarse a sí mismo, en búsqueda de calor.

Jeon se despojó de su chaqueta, y en un gesto romántico la posicionó para que envolviera los hombros y parte de la espalda de Taehyung. Él castaño no pudo evitar sonreír ante la pequeña muestra de preocupación pero su instinto, no le permitió permanecer callado. —No soy una chica, no necesito estás cosas Ggukie. Me basta con que te hubieses apegado mi, sólo un poco. —señaló, divirtiéndose al ver el rostro sonrojado del azabache.

—Se que no eres una chica, Taehyung. Yo sólo quería ser amable. —suspiró, ya más calmado. Aún se debatía entre hacer lo que le dictaba su corazón o definitivamente, irse con calma.

Tampoco es que se detuviera a pensar más allá, simplemente prefirió atreverse y dejarse llevar, total ¿qué había de malo en intentar jugar sus cartas? Llevó entonces, su brazo tras el cuello del castaño, girándolo lis suficiente para que su rostro quedara cerca del suyo. Taehyung por su lado, elevó la mirada para encontrase con la intensidad del azabache, siendo atrapado en ese mismo instante.

Podía verse reflejado con claridad en aquellos ojos, sintiendo los nervios apoderarse de él tras tensarse levemente. Jungkook por otra lado, no pudo frenar su deseo por sentir los labios del castaño, quería degustarlos, impregnarse del dulzor que solo podía entregarle él mayor.

Entonces, posicionó su mano sobre la mejilla de Taehyung, acercándose lo suficiente como para unir sus labios. Delineó cada centímetro, envolviéndose en aquel acto sincero que, hacía latir con fuerza su corazón. La parsimonia en la que sus lenguas se envolvían era tan alucinante que, podía sentirse casi en el cielo.

Tras terminar el beso no pudo evitar sonreír. Miró hacia el frente y luego volvió a perderse en los ojos del castaño. —Te amo. —dijo sin adornos. —Sé que ya te lo he dicho pero quiero hacerlo mil veces más, hasta el día en que me creas y vuelvas a confiar en mi —continuó sin ser interrumpido. —, en mis sentimientos y en un nosotros. Así que ten paciencia, porque me dedicaré a enamorarte otra vez. —finalizó, volviendo a depositar un suave beso en los labios de un tímido y hermoso castaño que, volvía a caer poco a poco por él.



 —finalizó, volviendo a depositar un suave beso en los labios de un tímido y hermoso castaño que, volvía a caer poco a poco por él

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