27 - ¿Caliente?

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Jungkook se removía entre las sábanas de la cómoda cama. Sentía una calidez envolverlo, muy similar a cómo él creía que era el paraíso. Lastimosamente, su cuerpo no le respondía de la mejor manera.

Intentó girarse para quedar boca arriba, pero no lo logró. Quedando de costado al no tener la fuerza suficiente para acomodarse, siendo testigo de cómo su paraíso se derrumbaba por completo. Le dolía cada fibra por culpa de la elevada fiebre pero por más que quisiera, no podía hacer nada por calmar su dolor.

Abrió lo ojos y volvió a sentirse en las nubes, la imagen de un ángel sin alas recostado a su lado, era todo lo que estaba bien en su vida. Taehyung dormía plácidamente en posición fetal, abrazado a una pequeña almohada como era de costumbre. Sus largas pestañas castañas y su piel color canela, le daban un aura celestial que lo invitaba a acariciar sin vergüenza.

Sacó fuerza de donde pudo y acercó su mano hasta la mejilla del castaño. Con uno de sus dedos delineó el contorno suave del mayor, llegando hasta la cuenca de su párpado izquierdo. Sin embargo, el peso de su brazo cedió ante la debilidad, terminando por picotear la zona con algo de fuerza.

Taehyung abrió lo ojos lentamente y a regañadientes, observando al azabache que lo miraba con temor. Acercó su mano para tocar la frente de éste y así poder verificar que la fiebre hubiese bajado. Se giró hacia el lado contrario para tomar el termómetro que estaba encima de la cómoda, volviendo de inmediato a su posición inicial, para luego deshacerse de la almohada que antes abrazaba. 

Levantó la camiseta de Jungkook hasta dejar la mitad del torso al descubierto, colando su mano por debajo de la tela para colocar aquel aparato en la axila del azabache. No pudiendo evitar el tragar un poco de saliva, al rozar los costados que hace varios días atrás, lo habían deleitado. De inmediato a su cuerpo le invadió un leve cosquilleo, cuando él menor le detuvo el camino tras sujetarlo del brazo.

—De-déjame tomarte la temperatura. —tartamudeó, sin mirarlo a los ojos.

—Para que si ya estoy...

—¿Caliente? —se atrevió a preguntar, soltando una carcajada que le permitió alejar la tensión, logrando así poder terminar su real cometido. Luego esperó cerca de un minuto y lo retiró, constatando 37,7 grados en aquella minúscula pantalla.

Él castaño se levantó a pasos lentos. Lucía una camiseta blanca y ropa interior negra, tenía un cuerpo precioso y nadie podía osar negarlo. A la mente del menor vino la única vez que se le permitió recorrer aquella bonita figura sin las capas de tela de por medio.

Abrumador...

Jeon lo siguió con la mirada, era la imagen más sensual que había visto en su vida. Incluso, una punzada en su parte baja no tardó en hacerse evidente ante el deseo por lo que, rápidamente intentó desviar su atención para disipar aquella excitación en eternos minutos que parecían ser un infierno.

Volvió su atención a la realidad tras escuchar la puerta de la habitación abrirse de golpe. Quiso memorizar esa imagen en su retina, imaginado como sería vivir junto al mayor el resto de su vida. Taehyung llevaba una bandeja con un desayuno nutritivo, una taza de té con limón caliente y un par de pastillas junto a un vaso con agua fría.

Intentó sentarse con toda su fuerza, recibiendo la bandeja gustoso y afirmándola sobre sus piernas. Comió en silencio, tal vez no era la gran cosa para los demás pero para él, sin duda era lo más delicioso.

Al finalizar, él castaño retiró la bandeja y lo ayudó a acomodarse, para luego caminar hasta su armario.

—¿Vas a salir? —cuestionó con la duda latente y las inseguridades asaltándolo tras observar cómo Taehyung hurgaba entre sus ropas.

—No. —respondió con una sonrisa ladina él castaño. —Sólo estoy buscando un pantalón de descanso.

Jungkook hizo una mueca de sorpresa y luego procesó lo dicho por él mayor, actuando rápido para evitar que Kim cubriera por completo sus finas piernas. —¿Para qué?, te ves bien así. Tus, tus piernas son muy bonitas... —¡Bien!, Jeon no tenía un magister en cumplidos, pero al menos lo estaba intentando.

—Ohh... —soltó él castaño, riéndose de lo poco romántico del menor. —Si quieres verme así, sólo dilo. No tienes que adornar tantos las cosas, no va contigo. —sostuvo con tranquilidad.

—Yo quiero adornarte de palabras hermosas, todas las que no pude decirte en tantos años. —agregó, algo cabizbajo él azabache.

Taehyung reparó en lo tierno que se veía él menor. Se acercó hasta la cama para sentarse a su lado y llevó su mano hasta desordenar los cabellos del contrario.

—Ya, dime. —exigió enternecido al ver como Jungkook abultaba su labio inferior en lo que parecía ser un puchero.

—¿Te puedes acostar conmigo y tan sólo abrazarme? —preguntó con timidez, dando palmaditas a su costado.

Taehyung sonrió, no podía negar que cada vez que Jungkook se ponía así de tímido, le daba mucha ternura. Quizo culpar a esa timidez por haber cediendo sin objeción a la petición pero a esas altura, no quería pensar mucho más allá. Limitándose a realizar lo que le dictaba su corazón.

Gateó hasta acostarse al lado del azabache, acercando su cuerpo hasta quedar bastante apegado a su cuerpo, reduciendo a nada el espacio personal entre ambos. Luego apoyó su rostro en el pecho del menor y disfrutó de la calma que le regalaba estar así con él, deleitándose con el sonido de los latidos y la suave respiración del menor, mientras éste le proporcionaba suaves caricias en su espalda.

Quizás no estaba del todo mal, darle una oportunidad...



Quizás no estaba del todo mal, darle una oportunidad

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Revenge | KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora