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Tengo una lampara encendida y las ventanas abiertas dejando que la luz de la luna entre. Son casi las once de la noche y yo sigo sin poder conciliar el sueño, ya ha pasado casi una semana entera desde que hablé con Sidney para comunicarme con Lía y la chica no ha vuelto a llamarme para nada. Le he enviado mensaje esperando a que responda y me diga al menos algo, no importa que no me guste la respuesta, pero ni si quiera así se ha comunicado conmigo y estoy por volverme loco. Ya no me quedan opciones para encontrarla, lo único que puedo hacer es esperar a mañana para que salga la canción que le escribí, solo que la idea ya no me parece que vaya a funcionar. Tal vez si la escucha, pero no le importa.

Me lanzo al sillón para poder ver el techo blanco, poniendo todo mi cerebro a trabajar y ver cómo podía hacer que tomara una de mis llamadas o responda. Le doy demasiadas vueltas al asunto, pensando en todo lo que pudo ver pasado para que no me diga nada y solo tengo dos teorías. Le dijo a Lía y ella le comentó que no quiere volver a verme nunca más o simplemente nunca le habló a Lía acerca que la quiero volver a ver.

Mis párpados cada vez me pesan más por el sueño que tengo, pero no quiero quedarme dormido, lo que me lleva a sacar mi móvil del bolsillo del pantalón para distraerme entrando a Twitter y leer las cosas que las fans dicen acerca de mí y como me apoyan en cada uno de mis proyectos. Leer sus palabras me levantan el ánimo por completo y logran que una sonrisa aparezca, haciendo que mis preocupaciones se eliminen por algunos minutos.

De lo único que se encuentran hablando, es acerca de la canción que saldrá mañana. Están haciendo especulaciones de todo tipo, intentando averiguar acerca de que irá la canción. Veo la hora y al darme cuanta que ya son las doce, suelto el celular lejos de mí, la canción ya ha salido y en pocos minutos todos comenzarán a hablar acerca de ella. Me gusta leer las opiniones, pero en este momento no estoy listo. Solo me recuerda aquella noche, logrando que me deprima.

Lía no es mi fan, ella no a a desvelarse para escucharla y cuando la oiga será por la radio o porque Alison se la mostrará.

Decido que es momento de ir a mi habitación y dormir. En el momento en que mi cuerpo toca la cama caigo en los brazos de Morfeo sin poder resistirme, pero con el recuerdo de ambos acostándonos juntos en este mismo colchón.

La música está a todo volumen en el carro y las calles se encuentran vacías, ya que, es demasiado tarde, lo que permite que Lía pueda sacar la cabeza por la ventana para que el aire mueva toda su cabellera, tiene una sonrisa gigante en el rostro, cierra los ojos para solo sentir el viento tocar su piel y yo hago mi mayor esfuerzo para dejar de verla y concentrarme en el camino.

En cuanto vuelve a sentarse, se coloca el cinturón y baja el volumen de la música haciendo que la mire con curiosidad.

—¿Qué sucederá mañana? pregunta tomándome por sorpresa y sin entender nadaMe refiero a que en esta noche hemos hecho cosas grandiosas, me escapé de la fiesta con una persona que apenas conozco y ahora voy a su departamento ¿qué ocurrirá entre los dos mañana?

Guardo silencio pensando en una respuesta y en cuanto me detengo en un semáforo, me volteo a verla tomándola de las manos.

También te acabo de conocer y me he divertido como jamás lo hice, me enamoré de ti en estas horasal decir aquello, la suelto y empiezo a avanzar porque el semáforo cambió de color y sigo sin recibir respuesta de su parte.

Cinco minutos después, estaciono el carro debido a que hemos llegado a nuestro destino. Ambos nos miramos y sin decir palabra, bajamos al mismo tiempo y con solo llegar al lado de Lía, ella estampa sus labios con los míos.

Una canción se escucha por toda la casa, provocando que abra los ojos asustado y de inmediato reconozco el sonido, ya que, proviene de mi móvil. Corro hasta la sala y lo busco entre los cojines, desesperado por responder y en cuanto lo tengo en mis manos estoy por responder, solo que es cuando deja de sonar y aparece la notificación que he tengo una llamada pérdida de Sidney. Me enojo conmigo mismo por no ver tenido el celular cerca de mí y como ya no puedo hacer nada, opto por tomar asiento, colocar el aparato en la mesita de noche y quedarme quieto, sin mover un solo músculo, para esperar que vuelva a marcarme. No tardo si quiera diez segundos cuando suena el celular, con las manos temblando lo tomo, siento un enorme nudo en el estómago y respondo temiendo las noticias.

—Ya hablé con ella, la convencí de que se vieran en la cafetería, el café del príncipe, mañana a las diez, es temprano, pero creo que es lo mejor para ustedes ¿sabes dónde queda el local?

Ni si quiera saluda, va directo al punto y eso me encanta. Una corriente eléctrica me recorre y también me dan ganas de vomitar por lo que acabo de oír, lo que me lleva a tardar un poco en responder por estar tranquilizándome.

—Sí, sé donde queda —guardo silencio un momento— Gracias por hacer que me vuelva a ver con ella, no sabes todo lo que he hecho para encontrarla.

—No tienes que agradecer, sé que eres un buen chico para Lía, pero una pregunta ¿la nueva canción es para ella? —habla emocionada y quedo paralizado al escuchar su pregunta.

—Sí, es para ella.

—Lía se va a morir cuando la escuche y se dé cuenta.

Ahoga un grito y se queda en silencio unos segundos esperando a que diga algo, pero no no hago.

—En fin, te dejo porque creo que tienes que asimilar que la volverás a ver.

Digo un casi inaudible adiós y colgamos la llamada. Suelto el celular y me recuesto en el sillón intentando creer que se me cumplió lo que más anhelaba. La felicidad que siento no puedo explicarla. Solo queda esperar unas horas para volver a mirar sus inmensos ojos grises, ese cabello rubio y su hermosa sonrisa, solo debo esperar un poco.

¿Dónde estabas en la mañana? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora