Capitulo 7

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Cuando desperté no sabía dónde estaba. Mi cabeza dolía como el infierno. Mi boca estaba completamente seca. Y mi mandíbula palpitaba. Pero nada de eso importó cuando el recuerdo de lo que pasó anoche y de lo que necesitaba hacer volvió a mi mente.

Me senté tan rápido como pude y me di cuenta de que me había quedado dormido en un sillón. El sillón del departamento que Luis y yo estábamos arrendando.

- Bien, estas despierto.

Luis estaba parado frente a mí con un vaso de agua en su mano. Me pasé una mano por la mandíbula porque sentía como si fuera el doble de tamaño de lo normal y miré a Luis en busca de una explicación.

Pensé que le estaba dando mi mejor mirada de furia, pero él solo se encogió de hombros y tomó un sorbo de su vaso con agua.

- Era eso o que esta mañana te encontraran en el fondo de un acantilado.

Tenía un punto y de todas formas necesitaba estar haciendo otra cosa ahora mismo. Tomé mi chaqueta del sillón y me dirigí a la puerta tocando mis bolsillos en busca de las llaves de mi auto y mi celular.

No estaban ninguno de los dos.

Me di la vuelta y Luis me los lanzó como si fueran una pelota de basquetbol. Alcancé a tomar las llaves, pero el celular rebotó en mis manos y terminó cayendo al suelo.

Le di una mirada de: ¿En que estabas pensando? A Luis y me agaché para recogerlo, pero me quedé congelado cuando vi la hora en la pantalla.

- ¿Qué hora es? – Luis frunció el ceño y se giró para ver el reloj en la pared.

- No creo que la hora de tu celular haya cambiado solo porque se dio un pequeñito golpe en el suelo.

- Luis – gruñí – Dime que no me dejaste dormir hasta las 3 de la tarde.

Levantó sus manos en señal de rendimiento y agitó su cabeza – Yo también acabo de despertar, por eso vine a tirarte agua en la cabeza por si seguías durmiendo.

Ignoré el hecho de que el vaso de agua que había visto en su mano cuando desperté hubiera sido arrojado en mi cabeza si no me hubiera despertado por mí mismo, ya había perdido demasiado tiempo, a esta hora ni siquiera podría adivinar en donde se encontraba Lis si seguía sin responder a mis llamadas.

Sin querer pelearme con Luis por golpearme y por querer echarme agua en la cabeza, agarré mis cosas y abrí la puerta para poder salir. Pero justo antes de salir por la puerta me di la vuelta hacia Luis.

- Sé que suena retorcido, pero… gracias por golpearme ayer.

Luis asintió solemnemente – Cuando quieras.

Recé para que Lis estuviera en su casa porque ese fue el primer lugar en donde la busqué, pero por más que golpeé su puerta nadie salió para abrirla. No se escuchaba ningún ruido desde dentro y a regañadientes tuve que aceptar que no estaba allí.

No sabía qué hacer, tal vez estaba con sus amigas y sabía que si ese era el caso no iba a ser capaz de encontrarla nunca en esta enorme ciudad. Estaba comenzando a marcar su número por centésima vez en este día cuando vi el nombre de su hermana en mi pantalla.

Lis me lo había dado en caso de que la necesitara y no pudiera encontrarla. Sin pensar ni un segundo más en eso, marqué su número y me quedé aguantando la respiración esperando a que respondiera.

- Será mejor que no seas quien creo que eres.

La voz sonaba tan enojada que parpadeé alejando un momento el celular de mi oído para ver si había marcado bien.

- ¿Rebecca? – Pregunté con cautela – Siento llamarte, pero necesito hablar con Lis ¿Está contigo?

- No, no está y aunque lo estuviera no te dejaría hablar con ella.

- Mmm… - Esto no estaba yendo bien, pero seguí hablando - ¿Sabes dónde puede estar? He estado llamándola, pero su celular suena como si estuviera apagado.

- Escúchame maldito imbécil, si te atreves a llamar una vez más a mi hermana juro por Dios que soy capaz de contratar a alguien para que vaya a golpearte.

Fruncí el ceño - Pero necesito hablar…

- ¡Dije que no! – Gritó tan alto que tuve que apartar nuevamente el celular de mi oído - ¿Es que no entiendes la palabra “no”? No claro que no, anoche quedó claro que ni siquiera conoces esa palabra.

Espera ¿Qué? ¿De qué estaba…

Empecé a hablar nuevamente cuando cortó la llamada de golpe.

Solo me quede allí, con el celular en mi mano sentado en el auto intentando que sus palabras hicieran sentido dentro de mi cabeza. Ella dijo anoche. Anoche.

Un bulto enorme se formó en mi garganta haciéndome difícil tragar. ¿Cómo lo supo? Pero entonces eso ya no importaba, si ella sabía entonces solo sería cuestión de tiempo para que Lis se enterara y tenía que ser yo quien se lo dijera. Tenía que explicarle, tenía que llegar a ella antes que nadie.

Tenía que arreglar esto.

Esta noche voy a olvidarte - #1 Esta NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora