Prólogo

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Hace unos meses me encontraba volviendo del trabajo, eran casi las 11:00 pm hacía viento y el cielo estaba más oscuro que de costumbre, me sentía cansado mientras miraba el suelo contando mis pasos, extrañamente me dio por mirar un charco de agua sucia en medio de la calle.

Padezco de miopía como la mayoría de hombres con 30 años, pero mis ojos me advirtieron de una pequeña punta cuadrada que sobresalía de ese sucio charco, lo pensé unos instantes antes de acercarme y darme cuenta que era cierto, en medio del agua sucia se hallaba un cuadernillo mediano, sería desagradable para otros meter sus manos dentro de agua que quizá ni eso sea pero aún así metí mi mano y saque ese cuadernillo mojado.

Llegue a casa como salí de la oficina con la diferencia que tenía una mano húmeda con un cuaderno en ella.

Jamás tome nada que estuviera tirado en la calle pero supuse que ese cuadernillo tendría algo interesante que contarme o solamente tendría un cuadernillo mojado y maltratado en mi mesa, tome mi secadora de cabello y me dispuse a secar el cuadernillo.

Minutos más tarde, estaba más seco y me di cuenta que la cubierta era de un tono rojo vino pero con mugre y lodo con un pequeño recuadro que supongo era blanco, con el título Troz- de Al--, algunas letras no podían verse por el lodo pero a juzgar opiné que diría Trozos de Alex.

Algunos minutos más tarde abrí el cuaderno.

En sus páginas solo venían pequeños fragmentos, de los que creo, son los días de una chica llamada Alex.

Trozos de una chica llamada AlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora