Madrugada Día 6: Deseos

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Connor se rio suavemente, una risa que Hank nunca había escuchado antes, traviesa y sincera. Las manos de Connor volvieron a agarrarse del cuello del mayor, y tiraron de él hacia su boca, besándolo nuevamente con pasión, cerrando ambos los ojos y disfrutando del húmedo contacto.

-Quiero que me toque... -le confesó tímidamente una vez terminó de besarle, escondiendo su rostro tras el cuello herido del mayor, regando besitos cariñosos en la piel lastimada de su cuello y su hombro izquierdo-. Tócame, Hank.

Aquello había sido una orden velada, un ruego necesitado. Hank no necesitó más para abrazarlo fuertemente, sin temor de que fuera a romperse entre sus brazos y comenzó también a acariciar el pecho del androide, pasando sus manos sobre sus pezones, rosados y pequeños; perfectos como el resto de su anatomía.

Connor se dejaba hacer. Quería sentir el placer del que tanto había investigado en sus bases de datos, quería saber qué era ser humano, qué significaba ser deseado y querido. Cerró los ojos suavemente, y dejó entreabiertos los labios, de donde surgían suspiros y pequeños gemidos. Hank por su parte, se encontraba explorando la blanca piel del androide y depositaba besos tímidos, al principio, y lametones apasionados después, en sus hombros y su pecho.

Se entretuvo gustosamente en uno de sus pezones, el cual mordisqueó suavemente, consiguiendo gemidos conformes del androide, que pedía más con sus gestos, retorciendo suavemente su cintura, buscando el roce inconsciente de su entrepierna con el cuerpo robusto del teniente.

El mayor se sentía turbado y sobrexcitado. Los pantalones parecían una prisión pegajosa de la cual deseaba con todas sus fuerzas liberarse. Había llegado al bajo vientre del joven, en una ruta de besos, de lamidas y de mordiscos. La piel del androide era deliciosa, suave y perfecta, sin una sola imperfección. Sentía anhelo por seguir devorándolo con sus labios y sus manos, pero necesitaba detenerse para respirar, ya que de la excitación casi estaba hiperventilando.

El pantaloncillo corto del androide tenía un cierre de cuerdas, que desató con cuidado, temiendo que, en cualquier momento, Connor lo parara y lo avergonzara por querer ir más allá, pero cuando desenredó el nudo y hubo descendido lentamente el pantalón, hasta ver la ropa interior del androide, Connor no se había pronunciado, solo suspiraba y jadeaba expectante.

Se deshizo del pantalón, pudo comprobar la abultada ropa interior del joven. Connor enseguida bajó una mano hacia su entrepierna y se la tapó, avergonzado, mientras que con la otra mano se tapaba la sonrojada cara.

-Teniente... esto es muy embarazoso -susurró, sintiendo un leve temblor de anticipación en sus piernas-. Nunca me había sentido así...

Hank no respondió, solo le cogió suavemente la mano y la apartó de su bajo vientre, destapando la incipiente erección del androide. Sintiendo el corazón retumbar en sus oídos, acercó la mano temblorosa y palpó suavemente su entrepierna, sintiéndose turbado y extraño. Aquello no se parecía a nada de lo que él había experimentado anteriormente...

Connor se retorció con el roce y gimió. El androide parecía muy sensible a sus caricias, pensó Hank, con una sonrisa, ganando confianza. Sin pensárselo dos veces, acercó sus labios a la ropa interior y besó suavemente sobre la ropa, depositando pequeños besos sobre el pubis del joven y sobre su erección, cubiertos por la molesta tela del slip. El androide cerraba los ojos fuertemente, entre extrañado y satisfecho por las sensaciones que aquello le proporcionaba.

El mayor pasó de castos besos a abrir la boca sobre el pene cubierto de tela, y empezar a acariciarlo con la calidez de su lengua. No podía notar detalles de su miembro por culpa de los calzoncillos, pero él mismo estaba experimentando un deseo desconocido de deshacerse de esa prenda y saborear el verdadero sabor del androide, que se escondía tras la tela ya empapada de saliva.

El primer verano de Connor [Connor X Hank]Onde histórias criam vida. Descubra agora