Capítulo 39: Sam

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Victoria

--GUARDIAS REVISEN EL PERIMETRO, SE HAN LLEVADO A LA REINA --les grite lo mas fuerte posible--NADIE ENTRA Y NADIE SALE, YA-- todos corrieron a sus puestos debíamos encontrarla lo más pronto posible, los nervios me crispaban no la había dejado tanto tiempo como para que esto pasará.

El alpha salió de la casa lo más rápido que pudo y debíamos controlarlo antes de que fuera demasiado tarde. No nos podíamos dar el lujo de perderlos a los dos... maldición.

--¡Fernán! Síguelo, no dejes que cometa una estupidez.

--¿Qué pasa?-- preguntó confundido. Todos estaban preocupados.

--Obedece-- le grite. No debería estar dándole órdenes pero hay veces en las que me sacan de quicio-- traigan a un doctor ya.

Regrese con el exalpha, se veía que lo habían golpeado muy fuerte con cuidado trate de levantarlo se movió, estaba recobrando el conocimiento.

--Te metieron una buena paliza, ¿qué paso?-- le pregunté mientras se incorporaba.

Se levantó horrorizado

--¿Dónde están? ¿Dónde está Aneu, Jack?-- apenas si los nombró salió corriendo a la cocina a buscarlos y lo segui de serca, aun tenia la cabeza lastimada -- no estan-- me sujetó los hombros y me sarandeo-- dime que estan bien.

De pronto entró el pequeño lobito corriendo y se abrazo de las piernas de su padre. Pude ver el alivio inmenso que sintió al ver lo pero eso le duró muy poco ya que se percató de que le faltaba un hijo o más bien una hija.

--¿Dónde está An?

--No lo sé-- le contesté mientra salía de la casa y les daba órdenes  a los soldados de cuidarlos, una vez se intentaron llevar a ese cachorro y mi amiga lo impidió, ahora sucedió lo mismo. Estoy muy segura de que An protegió a su hermano menor.

En cierto modo estoy desesperada, sólo había una forma en la que ella despertaria de ese sueño, aquella bruja fue muy cociente de lo que decía y ahora que no está me preocupa mucho su salud y la del bebé.

Aneu

Trate de abrir mis ojos, una sensación desagradable me recorrió de pies a cabeza y viceversa, tenía frío y me sentía adolorida. Una vez despierta me percaté de que estaba recoatada en el suelo frío, divisé columnas echas de piedra al igual que el suelo.
Aque lugar era espacioso y se veía como una prisión de la edad antigua, logré ponerme de pie y revise todo mi cuerpo; mis ropas se encontraban llenas de tierra pero todo normal, la tiara que adornaba mi cabeza horas atrás se encontraba en su lugar lo que me ponía a pensar, ¿qué hora serán? ¿Cuánto tiempo estuve inconciente?
Toque mi vientre y la pequeña fiera se movía con tranquilidad lo que me daba a entender de que se encontraba bien. Necesitaba saber donde me encontraba, al final del lugar pude ver una especie de puerta que no llegaba a ningún lado y una elevación que parecía una cama.

Pude percatarme de una sombras en la orilla; eran cuatro en total, observe muy rápido todas hasta que llegue a la última y me perdí en esos hermoso ojos verdes que me hacían recordar a mi antigua yo... era él. Se parecía tanto a papá, su rostro mostraba una madurez que no había visto en alguien de nuestra edad se ve que ha sufrido; su ropas desgastadas y sucias pero sobre todo eso lo que más resaltaba eran sus bellísimos ojos.

Ignore a todos y me acerque lentamente a él. Se asustó con mi corta cercanía pero eso no me impidió avanzar más y más, unas lágrimas rebeldes salían de mi ojos. Coloque la palma de mi mano en su mejilla y le dije la palabras que tanto deseaba decirles.

--Hola Sam...Hola luke.

Por fin lo tenía frente a mi. Desde que desperté y supe que mi hermano me necesitaba deseaba conocerlo.

--¿Cómo sabes eso?-- gritó y se alejo de mi. Escuche que alguien venia y le hice señas de que guardará silencio, limpie mis lágrimas y esperé a ver que sucedía.

Escuche cas a paso hasta que de detuvieron del otro lado de aquella celda, por el movimiento y los susurros supuse que sólo había cuatro personas y sabía que observaba mis movimientos.

--Mira a quien tenemos aquí-- dijo una voz grave, con tan solo escucharla hacia que mis nervios se disparen-- dime querida, ¿quién es Luke? En esta celda no hay nadie con ese nombre.

Ladee mi cabeza y me di media vuelta.

--Es mi amigo imaginario-- dije como si nada. Logré verlos a todos una mujer de estatura promedio con su cabello corto y ojos grises, ella era la menos aterradora de los cuatro y por su aspecto me di cuenta de que era una bruja aunque no me extrañaba.
Después dos hombres que parecían matones, con músculos enormes, cabello oscuro, su tez pálida y obviamente sus ojos rojos que radiaban rabia y ferocidad.

Por último pero menos importante su líder, un hombre mayor con músculos su cuerpo fornido y su estúpido traje que lo hacía ver un adinerado y respetuoso hombre de sociedad, su cabello pelirrojo y su ojos color marrón. Estaba segura de que cualquier loba estaría detrás de ese encantó que tenía.

Sus carcajadas no dejaban de escucharse en todo el lugar.

Estúpida sonrisa<< pensé.

--Ya había escuchado que la hija de los Valducier era muy infantil-- dijo una vez que su risa cesó.

--Si solo te guías de lo que escuchas déjame decirte que vives mal...Pero bueno la personas viven engañadas la mayoría de su patética vida.

--No entiendo-- dijo confundido. Empezaba a molestrarlo, debía sacarle provecho a mi fama, ¿No?

--Sabes, yo estoy igual, no entiendo porque me trajiste aquí, ¿acaso quieres morir? Yo solo lo digo porque secuestrarme te traira muchos problemas. Meterte conmigo es un verdadero infierno.

--Mira mocosa estúpida, ten cuidado con lo que dices, no sabes con quien te mestes. No me hagas enojar porque te recuerdo que eres tu la que está en esa celda.

--El que no sabe con quien se mete eres tu, un simple beta no es comparación para mi.

--¿A quién le llamas beta?-- dijo enojado-- YO SOY EL ALPHA DE ESTA MANADA-- gritó eso último.

--Tú no eres nadie-- dije divertida-- usurpaste ese puesto al verdadero alpha, engañarse a todo el mundo pero el verdadero jefe está aquí -- apunté a Sam-- y lo sabes.

--Ese mocoso no es nadie al igual que tu-- ahora el divertido era el, mira que decir que no soy nadie, ¿has visto la tiara en la cabeza imbécil?-- sólo un verdadero lobo debe tomar el mando y ninguno de los que te acompañan tienen lobo, así que no puede tomar el cargo... no es nadie-- volvió a reír, pero mi risa fue mucho más potente que la suya.

--Entonces ella te acabara y reclamará su verdadero puesto como alpha de este manada, ¿y adivina que? Tiene un carácter de mierda y vendrá por ti.

--¿No se de que hablas?-- preguntó confundido.

--¡Tienes razón! Él-- apunté al lobo de los ojos verdes-- no es el líder de esta manada sino su hermana Grace Janer la primogénita del exalpha Janer.

Todos se sorprendieron, hasta las personas que estaban detrás de mi.

--¿Qué estás diciendo?-- podía ver su incredulidad y rabia al mismo tiempo.

--¿Qué cosa exactamente? Porque e dicho mucho en los últimos minutos-- le sonreí inocentemente, eso Aneu, metele más leña al fuego.

--Sobre la hija de Arón, es imposible, él no tenía hijas-- se acercó un poco a los barrotes pero no los tocó.

--No se mucho de ella-- mentí -- lo que si se es que esta bajo la protección del alpha Wolffire y  de la mía, créeme lo que te estoy diciendo-- me acerque un poco-- te destruirá y no por haber tomado el puesto de esta manada, sino por lo que le hiciste a su hermano.

El silencio de presento durante largo minutos.

--Si no me crees pregúntale a tus hombres sobre la loba blanca de la manada red moon.

¿Vampiros? Mi Mate (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora