¿Por qué el estudiante de psicología discute tanto?

Sobre el cuestionamiento y la psicología

La retórica es utilizada para el convencimiento del argumento utilizando el discurso como medio para expresar ideas, las mismas que muchas veces pueden ser erróneas, inconclusas o dicotómicas, ya que pueden dar a entender algo que muchas veces puede evidenciarse como falaz o carente de verdad absoluta.

Dentro de las discusiones, ya sea entre dos personas o en grupo, muchas veces se suelen argumentar ideas de este tipo, mismas que en lugar de enriquecer la discusión, la desvían y hacen que la idea se pierda al intentar llegar a una conclusión. Para Sócrates (470 a.C.-399 a.C.) construir un método que facilitara el refutar argumentos falaces era necesario, ya que creía que el primer paso para ello, era reconocer la ignorancia (propia y la de los demás). Para esto, utilizaba una serie de preguntas, resultando en el cuestionamiento. Al día de hoy, este método sigue vigente, por ejemplo, en las escuelas de leyes, para que los magistrados, jueces, abogados y fiscales a utilizar el pensamiento crítico con el fin de derribar falsos argumentos. A esto se le denomina diálogos socráticos.

Dentro de la psicología, más precisamente en la terapia cognitivo-conductual, el cuestionamiento es una herramienta que precisa que la persona conteste sus propias dudas basándose en su pensamiento crítico y así desenmascarando las falsas razones que tiene para creer, afirmar o decretar algo.

Los diálogos socráticos entre paciente-analista que terminan en fracaso o en éxito son determinadas por la capacidad del profesional de la psicología para atender y conducir las respuestas que el paciente le vaya dando conforme el diálogo ocurre. Puntualizando los argumentos y detectando las falacias o las contradicciones, es como se podría llegar a una conclusión razonada y aceptada por el paciente.

Es necesario pedir evidencia. Al cuestionar y obtener una respuesta se puede volver a cuestionar el cómo o los por qué de la respuesta, detectando así los puntos débiles de los argumentos que se consideran erróneos. Así mismo, hay que desafiar de la misma manera las suposiciones que el paciente tenga, para poder concluir de manera acertada si el argumento es válido o es una falacia.

Otra de las características del método socrático, es el pedir que los interlocutores, después de una sesión de cuestionamientos, reformulen su argumento, para así poder caer en cuenta de los cambios en el mismo y detectar lo que hasta ese momento se ha demostrado que había argumentos erróneos, no existentes o faltos de evidencia (por lo tanto, falsos). Puede que el interlocutor, al ser cuestionado y desmentido, sienta frustración, así que parte del método es no caer en las provocaciones que pudiera lanzar algún iracundo que al quedarse sin argumentos, se frustra y demuestra enojo. Para Sócrates, este punto era altamente importante.

Desde el punto de vista teórico, el cuestionamiento lleva al verdadero conocimiento, pero también se debe tomar en cuenta la capacidad de quien cuestiona para interpretar las respuestas y así poder seguir desmintiendo a base de las mismas, derribando los falsos argumentos, las mentiras o incongruencias en el discurso original.

Para el estudiante de psicología, acostumbrado a leer grandes plumas como la de Skinner, Kantor, Lacán, Fromm y James (por dar algunos ejemplos) las incongruencias y las falacias saltan como una atenta invitación para ser desmentidas y deshechadas. Sin lugar a dudas, como sociedad, tenemos un apego enorme a sofismas y desde luego que cuesta trabajo el no sentir que el ser refutado es personal, que nos hace ver mal. Sin embargo, esa falta de pensamiento crítico es precisamente la que nos mantiene ahí, hundidos en sofismas, defendiendo mentiras porque "así nos dijeron".