Décima Novena Pieza: La Historia.

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  —Ahorré por largos años, trabajando veranos completos luego de sacar mi título, para satisfacer unas vacaciones largas, en alguna isla olvidada, con un servicio ejemplar. Fueron años y años de esfuerzo y compré un excelente paquete a un precio mucho menor a lo que debería costar, en una preventa con un año de anticipación. En aquel momento, recuerdo que estaba sumamente emocionada y se lo comenté a Tobías.


—¿Tobías?—pregunta Calum confundido y la pelinegra suspira, asintiendo lentamente.


—Sí, Tobías, el hombre de sueños. Era mi novio, llevábamos dos años juntos en aquel entonces y era todo lo que una mujer deseaba, lo que una madre quería para su hija. Era un profesor de historia ejemplar, realizaba voluntariados, impartía clases en los lugares más vulnerables y su vocación era lo principal, lo que me enamoró. Realmente me respetaba, jamás me levantaba la voz y todo fue rosas, corazones y chocolates. En serio fui completamente feliz con Tobías desde el primer momento...y justo antes de partir a mis vacaciones soñadas, cuando era nuestro tercer aniversario, nos comprometimos.


—¿A él lo dejaste plantado en el altar? ¿Por Luke?—pregunta Ashton con su ceño fruncido recordando cosas, conectando piezas. 


  —Por favor, no te adelantes—frena Jade con sus manos en alto. Se nota nerviosa, como todo le cuesta explicar, pero continúa—. Fue en el caribe, en un hotel cinco estrellas, en una de las habitaciones más costosas y con todos los servicios que puedan ustedes imaginar, y justo al llegar a mi habitación, una mucama dulce, mayor y con un tono maternal, observa mi anillo y me sugiere no sacarlo de la habitación, que el hotel no se hace cargo de esa clase de extravíos. Agradecí sus palabras y consejo, pues sabía cuanto había costado aquel gesto a Tobías y lo cuidaría con mi vida, y justo al encerrarme en mi amplia habitación, la puerta en frente se abre y sale una despeinada mujer con sus tacones en la mano. Me saludó tambaleante y desapareció en el corredor. Luego de aquello, unas horas más tardes, salí de mi habitación sin mi anillo y con mi teléfono atrás, todos sabían que solo respondería en mis noches los mensajes, cuando acabara de realizar todas las actividades del paquete, bueno, el punto fue que salí rumbo a mis actividades y él estaba frente a mi, caminando al elevador al igual que yo. Ni se volteó a observarme, apretó el respectivo número de planta que concordaba con el mío, y se arrinconó al espejo del elevador, dándome la espalda. Lo escuchaba charlar, informando que estaba bien entre otras cosas que no presté atención, pues estaba demasiado ocupada inspeccionando el mapa del resort, donde no podía encontrar en que sector exacto estaba la sala de actividades, entonces al escuchar que él se callaba y finalizaba la llamada, llamé su atención...


Disculpa, acaba de llegar hoy y no sé donde está la sala de actividades, ¿alguna idea? pregunto sin intenciones de molestar. El hombre rubio frente a mí, finalmente me presta atención y no hay que ser Albert Einstein como para no reconocer que es Luke Hemmings, un popular vocalista de una banda del momento, con un historial manchado de peleas en club y episodios donde se ha captado drogado hasta el culo.


  —Muñeca, no necesitas para qué preguntar algo tan estúpido para enrollarte conmigo.


Sí, así precisamente era.


¿Disculpa? Estoy en mis vacaciones y no estoy  dispuesta a tolerar estupideces como esta, no te creas el centro del mundo por ser un famosillo con problemas. Solo quiero saber si conoces donde está la sala de actividades para poder inscribirme al trekking al volcán de mañana...

Puzzle. 5 Seconds of Summer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora