XVI

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—¿Dónde estás?— mordí mi labio inferior mientras que mi mano libre pasaba una y otra vez por mi cabello.

—Justo ahora voy a subir, las puertas se están cerrando.—ejercí más presión y sentí un sabor metálico en la boca.—¿Por qué estás tan nervioso?— preguntó Liam soltando una risita.

Ni yo mismo sabía la respuesta.

—¿A qué hora llegarás?

Él tardó unos segundos en hablar.

—Entre 4 o 5 horas, ¿Me esperarás en la estación?

Asentí como si pudiera verme: —Sí.—musité finalmente.

Desvié la mirada por un instante hacia donde se encontraba Zayn, estaba recostado leyendo un libro y con los auriculares puestos.

—Él...—murmuró Liam, atrayendo nuevamente mi atención—¿Él ya llegó?

Mi labio fue aprisionado por mis dientes otra vez.

—No, aún no.—y mis ojos se posaron de nuevo en Zayn, quien, esta vez, me observaba fijamente. Sentí mis mejillas ardiendo cuando me señaló y luego señaló su propio labio negando con la cabeza, me apresuré en cubrirme con la manga de mi polerón.

—Bueno,—Leeyum suspiró—nos vemos más tarde, Nini.

Me despedí de él con una sonrisa y corté la llamada.

Sin querer ver o hablar con Zayn me giré rápidamente y fingí estar ordenando mi escritorio para hacer a algunos deberes para la próxima semana.

Sin embargo (y como lo presentía) Zayn se levantó y caminó hacia mí, a pesar de que no podía verlo, el ruido me notificaba todos sus movimientos.

Cerré los ojos y estuve a punto de morder mi labio inferior pero recordé que ahora existía una pequeña herida ahí.

—Niall.—me llamó suavemente y tocó uno de mis hombros.

—¿Sí, Zayn?—respondí sin voltear.

Él resopló.

—Mírame.  —no obedecí.—Mírame.—insistió.

Y no lo hubiera hecho de no ser porque su tono demandante me intimidó más de lo que pensaba.

Mi cabeza estaba gacha y mis dedos jugaban entre sí en mi regazo cuando me giré a "mirarlo". Él estaba de pie y yo sentado por lo que lo máximo que me permitía ver eran sus delgados muslos.

Pasaron varios minutos en los que nos quedamos en silencio, yo encontrando muy interesante el material con el que estaban hechos mis pantalones y él mirándome, supongo.

Fue entonces que Zayn tomó delicadamente mi barbilla y me obligó a levantar la cabeza, mi rostro casi explota de lo enrojecido que estaba.

Aún así, mis ojos se negaban a encontrarse con los suyos; el moreno chasqueó la lengua y tomó mis hombros con ambas manos, para luego instarme a ponerme de pie, más bien obligarme (otra vez) a hacerlo.

Zayn y yo teníamos estaturas similares, él era un poco más alto que yo, tal vez uno o dos centímetros más, sin embargo, estando tan cerca y con sus ojos mirándome con tanta intensidad, me sentía pequeño e inseguro.

Levantó sus manos y cerré fuertemente los ojos cuando sentí sus dedos repasando mi labio inferior, tuve una sensación extraña en el estómago y mi respiración se irregularizó.

—Abre los ojos.—más que una petición fue una orden.

Entreabrí los ojos.

Él acunó mis mejillas mientras les daba caricias circulares con los pulgares y se acercaba lentamente a mi rostro, era una tortura.

Quedate~~~ZiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora