Mío capitulo : 2

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Sam suspiró gustoso de la refrescante brisa chocando contra su rostro, acomodando con su mano libre el tirante de su mochila sobre su hombro, comenzó a caminar bajo el oscuro cielo estrellado.

Las calles estaban ruidosas y brillantes por los diferentes locales y clubes de los cuales estaban invadidas las calles.

Podía ser día de semana aún, pero eso no significa que algunas personas no les gustara disfrutar de la noche y los clubes.

Queriendo llegar pronto a su pequeño departamento para descansar, acortó camino adentrándose en un callejón oscuro y algo angosto.

Tal vez tuviera apariencia peligrosa y fuera peligroso en verdad, pero hasta el momento a él no le había ocurrido nada.

Lo cual era sorprendente siendo que la apariencia del joven chico fuera del escenario se volvía totalmente delicada y suave, totalmente diferente a la poderosa y sensual imagen en el club.

Y si a eso se le añadía la gran cantidad de dinero que guardaba dentro de su mochila, realmente sería un platillo fácil para los maleantes.

Observando a su alrededor, estuvo atento a lo que le rodeaba mientras aceleraba un poco el paso.

Algún día su suerte se acabaría y lograría que lo asaltaran en ese feo callejón, pero era la única forma de acortar un considerable trozo de camino hasta su pequeño departamento. Y tampoco era como si las calles que rodeaban su pequeño departamento estuvieran mejor.

Finalmente saliendo del callejón, soltó el aire que había retenido en sus pulmones inconscientemente. Ignorando aquellas miradas que recibía de un cierto grupo de hombres reunidos en la esquina, cruzó la calle y abrió la pequeña puerta del edificio, cerrándola rápidamente.

Estando a solas, suspiro con alivio al ya no sentir aquellas miradas.

Subió las escaleras de dos en dos hasta llegar al séptimo piso que era el suyo, sí, definitivamente le gustaban las alturas.

Abriendo la desgastada puerta se dentro colocando los dos seguros y la cadena a esta, por fin relajándose en la comodidad de su desgastado y extremadamente pequeño departamento sin paredes para dividir.

Este solo era una pequeña cocina en una esquina de la habitación la cual rara vez ocupaba, un sofá con una TV pequeña frente a este, una cama y un escritorio. Lo único que estaba aparte en otra pequeña sala era el baño.

Dirigiéndose a su cocina tomó la fuente más grande que poseía y dejó las rosas en el interior con un poco de agua.

Con sus propios pies se sacó sus zapatillas desgastadas y lanzó su mochila sobre la cama. Deseoso, se despojó rápidamente de su ropa y se adentró a su pequeño baño para tomar una exquisita ducha de agua tibia que relajó todos los músculos de su cuerpo.

Terminando, volvió a su pequeña sala solo con un bóxer puesto y una pequeña toalla descansaba sobre su cabeza mientras sus manos se movían sobre esta secando su cabello.

Si había algo que no toleraba, era el secador de pelo.

Abriendo su mochila, sacó el dinero y comenzó a contarlo nuevamente. Si lo juntaba con el otro dinero tendría entre unos dos o tres millones, lo cual aún no era suficiente para su fin pero al menos para ese mes sería suficiente.

Rápidamente sacó gran parte del dinero dejándolo a parte, y del restante lo dividió en una pequeña porción para sus necesidades básicas, el alquiler del departamento.

Suspirando, guardó su dinero entre su colchón, en la pequeña abertura que le había hecho. Apagado la luz se acostó bajo las cobijas.

Debió de haber dormido unas pocas horas cuando despertó por un estridente ruido en su puerta, perezosamente, se levantó restregando uno de sus ojos.

Only mineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora