La oscuridad volvía a ahogarse en el ambiente acompañada de una fría brisa, el invierno estaba dando un saludo a toda Corea del Sur y más precisamente a las afueras de Busan. Aquel lugar alejado de la población, trataba de una bodega donde se guardaban variadas cajas, la cuales supuestamente, estaban abandonadas después de que el dueño muriera sin tener ningún hijo el cuál pudiera adueñarse de tal lugar.
Dentro de este sitio con cajas bañadas en polvo y telarañas, ¿quién podría sospechar de que tal lugar no estaba tan abandonado como se decía?
A las fueras de esta bodega llegó un chico de dieciséis años acompañado de su bicicleta, parte de su cara era cubierta por una mascarilla, vestía una camisa negra, jeans negros rasgados a la altura de las rodillas y unas timberland color mostaza. Su pecho subía y bajaba gracias al gran pedaleo que tuvo que dar desde la ciudad.
《 - ¿A dónde vas? - su progenitora le había parado en cuanto había abierto la puerta de la casa.
- Voy a alimentar un gatito que vive a la entrada de la ciudad... ¿recuerdas cuando fuimos a Seúl en auto?, pues al volver vi al minino en una cajita.- el castaño tenía planeado todas las excusas posibles a cualquier situación, su plan no se iría por el retrete de una.
- ¿Entonces que esperas cariño?, ve. Vuelve para la cena y no olvides llamarme.- Miró con una sonrisa a su madre y ésta se acercó a besar su frente -Cuídate-.》
Por una parte no todo era mentira, había un minino a la salida de la ciudad, pero le valía una mierda.
En fín, el castaño se bajó junto a una bolsa, en esta había agua, algunas papas fritas, galletas y un tarro de atún junto a una cuchara de plástico. Mi gatito debe estar despierto. Pensó mientras se adentraba a un paso tranquilo hacia aquella bodega.
Entró por la oxidada puerta, creando un horrible ruido, pero siéndole indiferente al castaño.
Se acercó a una tabla no tan sucia, si se le puede decir así, y con mucha fuerza comenzó a mover ésta dejando una pequeña puerta que daba a una habitación escondida. Sin más que decir abrió la sucia y negra puerta, mientras bajaba, sus manos pasaron por un polvoriento interruptor, haciendo que el final de aquel profundo pasillo diera luz y unas cadenas comenzarán a sonar.
- ¿M-Mamá...? -. La voz de un pequeño niño en forma de eco hizo que en los labios de Jeon Jeongguk se formara una sonrisa.
- ¿Tu madre? -. Apenas llegó al final y se adentró en aquella sala, se quitó la mascarilla, guardandola en el bolsillo trasero de su pantalón. - Pequeño gatito... déjame decirte que tu madre tampoco llegará. Entiende, te olvidaron.
- ¡Eres un mentiroso! ¡Mamá me ama y Papá también! ¡Tonto!-. Le insultó de la forma más infantil, podría haber seguido si no fuese porque Jeon sacó de la bolsa una lata de atún y la lanzó, cayendo justamente en el moflete del menor. Park JiMin, un niño de tan sólo diez años, con un cuerpo aún pequeño, unos ojos oscuros pero que deslumbraban una inocencia, mejillas rellenitas, unos labios un tanto carnosos y un cabello azabache.
- ¿Tienes una jodida idea de con quien estás hablando pequeña zorra?-. Estaba comenzando a imponer y a eso JiMin le daba miedo y mucho, y más aún cuando conectaban la mirada. - Jeon Jeongguk, hijo del CEO más famoso de todo el país y próximamente tendré su jodido cargo, tus padres trabajan para mí. Si tú te portas bien, ellos vivirán de lo mejor, pero si te portas mal, ellos sufrirán más de lo que tú sufrirás Park.
Y así es como Park JiMin fue lentamente corrompido.

ESTÁS LEYENDO
Dark ; kookmin
FanfictionPark Jimin, con tan sólo diez años había desaparecido un trece de octubre del 2010. Y hasta el día de hoy no se ha encontrado a él y ni al secuestrador. Advertencia; Lee esta historia bajo tu responsabilidad, no me hago cargo de traumas. (Historia c...