Décimo Tercera Pieza: Cheryl.

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Era un nuevo día, donde una ventisca helada los recibía cuando decidieron salir de la casa rodante. El día parecía distinto, estaban distantes y desconectados, sentían hasta un ambiente tenso, extraño. Una atmósfera angustiada.


Hace un mes, Michael estaba terminando de colocar las cervezas en el refrigerador, mientras que Calum y Ashton se burlaban en su sala de estar, comentando estupideces, recordando otras. Esperaban a que Luke llegara, ya les había enviado un mensaje informándoles que estaba rumbo al apartamento, hasta que un silencio y un escalofrío los atacó a los tres. Una botella se escapó entre las manos de Michael, mientras que Calum sintió una carga en su pecho y Ashton se había quedado sin aire. Ninguno encontraba la explicación, hasta que cuarenta y tres minutos más tarde, en medio de un conversación y extrañados por la demora de Luke, habían recibido una llamada. Michael la había recibido y por eso es posible decir que era el más afectado de los chicos ante la muerte de Luke.


Aquel día, se cumplía un mes desde que su mejor amigo abandonó el mundo, desde que ese camión chocó frontalmente su deportivo negro. Hace un mes exacto, Luke había dado un último respiro con su frente sangrante en el manubrio, con sus rizos dorados manchados de sangre, con sus ojos azules perdidos, con su boca sangre, sintiéndose aplastado, que respirar era un sacrificio que no pudo continuar cometiendo, donde el descanso del dolor lo consiguió deteniendo su lucha de continuar con vida hasta recibir ayuda.


Luke, con su muerte, también dejó libres de descubrir a sus secretos, y desde ya unas semanas sus amigos estaban intentando acercarse a lo que fue su vida oculta, llevándose positivas sorpresas como algunas inquietantes. Desde que Luke continuó consumiendo hasta que prefirió una rehabilitación, que hizo obras benéficas a una comunidad olvidada por un gobierno inglés, donde se abrió ante un pequeño grupo de personas que lo estimaban y que respetaban su privacidad, pero también descubrieron que estaba conectado con un muchacha, una mujer que buscarían por cielo, mar y tierra, pues ella era quién podría ayudarles más que nunca, ella tendría las respuestas.


  Entraron como acostumbraban, al pequeño restaurante del pueblo, donde ya el hombre tras la barra conocía sus pedidos. Se saludaron estrechando manos, sonriendo, preguntando por la mañana, como estaba. Ya los chicos habían rompido esa barrera, ya se sentían cercanos a los habitantes de Jelstroy y cada día se sorprendían más con los detalles que recordaban de ellos.


—Michael, estamos aún limpiando la cafetera. ¿Qué te parece si reemplazo tu café diario por un smoothie de piña?


—Sí que me conoces, Richard—sonrió Michael y el hombre asintió, dejando libres a los chicos para que tomaran asiento en su usual mesa.


Guardaron minutos de silencio, aunque un poco inquietos, pues Ashton buscaba ya sus vitaminas de hierro. Esa visita al hospital de Bibury por su permanente cansancio, arrojó gracias a los análisis, el comienzo de una anemia que debía comenzar a tratar con vitaminas y controlarse cada 15 días.


Ashton el día anterior había ido a buscar sus vitaminas y, en aquel área del hospital, se topó con una mujer de ojos verdes y cabello oscuro que recibía recetas y entregaba medicinas, quien correspondía a la última chica de la lista que les había mencionado Jade. Ella era Cheryl.


Ashton por supuesto que se tomó más tiempo del necesario, pues no habían más personas detrás de él. Comenzó a charlar con ella y averiguó que era enfermera en tal hospital. Su cercanía a una de las tantas obras de Luke lo hizo atar cabos y era hora de comentarlo con Calum y Michael, que justamente ese día doloroso, se convirtiera en un día donde la esperanza volvía a renacer.


  —Ayer conocí a Cheryl...—murmuró Ashton viendo como ya venían sus platos, donde el tiempo parecía suficiente como para que sus amigos digirieran la  información. Lo observaban fijamente, Ashton lo sentía, pero era lo suficientemente cobarde como para no hacer un contacto visual.


  —¿Y?—preguntó con insistencia Michael, luego de sonreírle a Mary por sus desayunos que ya estaban más que preparados. Siempre iban a la misma hora al restaurante y pedían la misma orden.


—Tengo su teléfono y mi plan es hoy salir con ella—se encogió de hombros Ashton y por fin elevó su mirada, topándose con los ojos verdes de Michael y los ojos oscuros de Calum. Ellos sabían que les ocultaba algo más.— Saqué una conclusión que podría ser sumamente útil.


—Adelante amigo—motivó Calum bebiendo el primer sorbo de su jugo.


—De las cinco chicas que conocemos, la gran mayoría tiene relación con las obras de Luke. Cristina hace clases en la escuela de Bibury. Christell tenía relación con la editorial en que imprimen el diario, hay fotos del proyecto, mientras que Cheryl trabaja en el hospital de Bibury. Hemos descartado a dos muchachas de 5, es un gran paso.  


Calum arrugó su ceño luego de las palabras de Ashton y se volteó, tomando atención del mesón donde estaba la caja registradora y Richard secando unos vasos. 


  —Richard...—llamó la atención el moreno, logrando que el hombre elevara su mirada—. ¿Hoy no hay periódico de Jelstroy?


El hombre arrugó el ceño y se inclinó para ver a los costados de la caja registradora. Él también estaba confundido:—Jade no ha venido como acostumbra, así que supongo que no—se encogió de hombros y continuó su trabajo.


Calum volvió su atención a la mesa e hizo contacto visual con los chicos, que se mostraban igual de confundidos que él.

—Ashton, tú tienes el teléfono de Cheryl, ¿por qué no la invitas al restaurante e intentas saber más? Dile que es para conocerla, que te pareció interesante—comenzó a idear Michael, para luego dirigirse a Calum—. Tú podrías acercarte a Cristina, que quieres escribir algo en español para una canción. Sé que tienes mil escritas, muestrale el bosquejo de una y dile que quieres una frase que rime con el ritmo y la melodía—Calum asintió, parecía una excelente idea.— Yo estuve con Christell el otro día, sé donde vive y me debe una taza de café. Podría sacarle una conversación e información.


Los chicos asintieron de acuerdo con la propuesta de Michael, para luego inclinarse a desayunar hasta que Calum recordó algo vital para todos.


  —Ashton, recuerda que hoy tú haces las compras—sonrió sabiendo cuanto detestaba aquello el mayor, quien solo rodeó los ojos.



— 

Preparen los pañuelos.  

Puzzle. 5 Seconds of Summer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora