Me he engañado durante tantos años que ya no me creo ni a mí misma. Me he adornado todo, y me ha quedado tan bonito que, cuando me he dado cuenta del paisaje que realmente me rodeaba, se me ha caído el mundo a los pies.
No quise verlo y, a día de hoy, tampoco. Porque ahora estoy tan rota que prefiero vivir de una ilusión, en una historia en la que soy teóricamente feliz. Y me lo he acabo creyendo, pero realmente sé que en el fondo no es así; estoy llorando, abrazándome a mí misma en un rincón. Pero por fuera sonrío y se me llega a olvidar que realmente estoy destrozada.
De todas formas sigo preguntándome continuamente "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" para darme cuenta de que nunca lo hizo, que nunca me dejó sola. Nunca hizo tal cosa porque nunca estuvo ahí, porque no existió para mí.
ESTÁS LEYENDO
Memorias de un corazón.
Short StoryBienvenidos al lugar más profundo de mi mente. Porque, si estáis aquí, supongo que será porque sentís que vuestro corazón tiene recuerdos, que cada pulsación no solo hace que la sangre recorra vuestro cuerpo, sino que tiene algo más. Y también supo...