15 - ¿Hasta dónde piensas seguir jugando conmigo?

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Definitivamente las cosas estaban muy extrañas. Su pseudo relación se estaba volviendo tan familiar que, estaba a punto de entrar en pánico. ¿Qué era lo qué tenía Jungkook qué con tan sólo su presencia, estabilizaba todo? ¿cómo era eso posible?

Bajo su perspectiva, sabía que él azabache no era el mismo que conoció tiempo atrás pero su mente, solía ponerlo en duda a cada instante, una especie de mecanismo de defensa que, no podía controlar por mucho que quisiera.

También estaba demasiado consiente de todo lo que involucraba el diario vivir de Jungkook. Solía observarlo de forma muy minuciosa, fastidiándose cuando lo veía hablando con el famoso Jaehyun. No es que se sintiera dueño del menor, por el contrario, tenía la certeza de que era así, sobre todo si tomaba en cuenta el empalagoso comportamiento que este, estaba teniendo el último tiempo.

Comentarios cómo "Que envidia Oppa, Jeon está interesado en ti", "No sé cómo puedes respirar estando tan cerca de él", "Yo que tú voy abriéndole las piernas" "A muchos les gustaría estar en tu lugar", se repetían una y otra vez, pero poco le importaban.

Muy por el contrario, le encantaba que media universidad supiera que él chico sexy estaba tras él. Amaba ser la envidia de los demás, no le molestaba, aunque no durase para siempre.

Entonces, caminó hasta la banca en donde se encontraba él pelinegro junto a varios de sus compañeros e inclusive Jaehyun, quien desde hace un mes, se había acercado a Jungkook para conocerlo.

Para nadie era secreto que él rubio guardaba sentimientos por él azabache, siempre se encargaba de dejarlo en claro, no obstante, Taehyung corría con más ventaja. Así que, no se detuvo y tomó asiento al lado de Jungkook bajo la atenta mirada de su rival.

Luego llevó su mano sigilosamente hasta los bonitos muslos de Jungkook, descansándola entre ellos cómo si todo hubiese sucedido de forma casual. Sonrió con coquetería cuando él azabache soltó el aire retenido por la acción y le dedicó una mirada que supo interpretarla como algo curiosa.

Fue ahí donde decidió dar un paso más en el plan, acercándose hasta susurrarle en el oído a Jeon para que lo acompáñase, poniéndose de pie para caminar sin un rumbo claro pero de todas formas esperando que él menor viniera tras él. No quería quedar en ridículo ante su competencia, se sentía amenazado, él rubio tenía un cuerpo espectacular, y eso, lo hacía sentir pequeño e indefenso. Jeon era suyo, de eso cría estar seguro.

Hace un par de semanas se había besado con Jungkook, una segunda y tercera vez.

La segunda ocurrió tras la puerta de un salón. La tercera, cuando Jungkook fue a dejarlo a su departamento tras haber finalizado una clase particular.

Taehyung había aceptado que Jeon le enseñara después de una discusión de horas. No quería depender del menor como lo venía haciendo el último tiempo, porque eso significaba peligro y eso, no era nada bueno.

Disipó los recientes recuerdos y continuó su camino.

Llegó hasta un lugar que parecía destinado a la limpieza e ingreso en ella sin pensarlo mucho, dejando la puerta abierta para que él azabache entrara. Segundos después, Jungkook estaba frente a él con el ceño fruncido y sin decir ninguna palabra.

Taehyung estaba sentado en una pequeña mesa que a duras penas cabía allí. Llevó entonces sus dedos hasta la trabilla del cinturón del menor, empleando la fuerza necesaria para apegarlo a su cuerpo, exigiendo contacto. Estaba celoso, sí, reconocía perfectamente ese sentimiento. Le fastidiaba verlo demasiado cómodo con Jaehyun.

Pasó su mano libre a lo largo de su cabello para llevarlo hacia atrás, luego acarició con suavidad la cabellera de Jungkook mientras lo atraía hacia él para besarlo. No tardó en ser correspondido, la lengua del menor lo invadía con lujurioso deseo, estrechando el contacto cuando la pasión intentó adueñarse de ellos. La mano del azabache recorría la espalda del castaño por debajo de la tela, mientras él por su parte, acariciaba los abdominales que tanto deseo le provocaban.

Soltó un leve gemido cuando él menor decidió abandonar su boca para viajar hasta su cuello, haciéndolo divagaba por lo bien que se sentía ser marcado por Jungkook. Quería más, de eso estaba seguro, pero sabía que todo eso acabaría pronto, ya que, el tiempo libre había finalizado, debían volver a clases.

Se apartaron bruscamente, para mirarse con esa intensidad característica. Él primero en romper el silencio fue él menor. —¿Hasta dónde piensas seguir jugando conmigo, Taehyung? —sí, Jungkook era consciente del juego que estaba llevando él castaño, pero poco le importaba.

—¡Hasta que te haga mierda el puto corazón! —finalizó, sonando tan roto como siempre y dejando caer una lágrima que, no supo controlar tras oírse así mismo sonar tan devastado.



—¡Hasta que te haga mierda el puto corazón! —finalizó, sonando tan roto como siempre y dejando caer una lágrima que, no supo controlar tras oírse así mismo sonar tan devastado

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