Prólogo

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Virginia, Estados Unidos. 1949.

El bosque siempre le habia gustado mucho: un lugar recóndito, lleno de paz y tranquilidad, del murmullo de los animales, donde podia andar descalza y sentirse libre.

Dejó la mochila en el árbol de siempre, se quitó los zapatos y se dispuso a recorrer el bosque como habitualmente hacía después de las clases.

Se soltó la larga cabellera castaña, una expresión de libertad y de bienvenida al bosque. Aspiró su aroma humedo. Sus grandes ojos castaños observaban con satisfacción lo que la maravillosa madre naturaleza le mostraba.

Cogió el camino que le dirigiría al cauce del río. Allí pasaba la mayor parte del tiempo de las excursiones por el bosque.

El murmullo del río le hacía estar como en casa. Fue corriendo hacía él y se detuvo un momento a contemplarlo, a observar a los peces que vivían por esa zona. Un pequeño grupo estaba situado enfrente suya, ella les sonrió.

- Os traigo comida

Sacó un trozo de pan del bolsillo del pantalon y comenzó a trozearlo hasta convertirlo en migajas para que pudieran comérselo. Se las iba tirando hasta que ya no le quedó ninguna. Los peces se peleaban por las migajas de pan.

-¡No os peleis!- con un movimiento de la mano, hizo que una corriente de agua los separara - Eso no está bien, sois amigos, no podeis pelearos por unas simples migajas de pan. Mañana os traere más si teneis tanta hambre...

- Ahora haz eso pero con la boca cerrada.

Laura se dió la vuelta con el corazón en la garganta. Tres chicos mayores que ella la miraban desafiantes. El que estaba en medio, que era el que había hablado, la miró con algo de chuleria.

- ¿A qué esperas? Hazlo. No tenemos todo el dia - A Laura le latía tan fuerte el corazon que le dolía ¿Qué había hecho?¿cómo no había comprobado si había alguien antes de usar sus poderes?

- No, dejadme por favor. - Los otros dos chicos se acercaban por los lados con una sonrisa que no le gustaba nada.

- Como no lo hagas, se lo diremos a todo el mundo y todos conoceran lo que eres. - Laura lo miró suplicante, pero los dos chicos ya la habían tirado al suelo a causa del puñetazo que le habían pegado en la barriga.

- Venga niña estupida- le amenazó de nuevo el chico  más mayor pegándole una patada en la barriga que hizo que viera las estrellas.

Agazapada, dolorida, y como pudo, dirigió una mano hacía el río y se concentro lo máximo posible para poder conseguir la conexión con el agua. Una bola de agua vino hacía ella, los chicos soltaron exclamaciones. A Laura le dió una punzada en la barriga y se llevo instantaneamente la mano hacía ella, haciendo que la bola cayera en el suelo salpicando a todos.

Los chicos la levantaron y el otro la sujeto de la barbilla para que lo mirara a los ojos.

- Ahora disfrutaremos contigo, ¿vale?

Cuando sintió el pantalon escurrise entre sus piernas, la niña profirió un chillido de dolor. Los chicos la soltaron y cayeron al suelo, el que le había hablado se apartó asustado. Laura sentía fuego correr en sus venas mientras los otros dos chicos chillaban de dolor y su piel se tornaba roja brillante. La piel de ambos desprendía vapor de agua y la chica alzando la mano empezó a absorberlo con mayor intensidad. Dejaron de gritar con la piel al rojo vivo. Laura se dirigió hacía el chico que la miraba con viva expresión de terror:

-No - dijo suplicante, pero ya era tarde. Laura sentía tanta ira que ya había levantado la mano dispuesta a causarle la peor de las muertes posibles.

X-Men. Primera Generación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora