CAPITULO 53

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Kate caminaba de lado a lado en la habitación y Hazel, en su casa, se exasperaba al no saber a quién contactar para saber dónde diablos estaba su hermano.

¿Dónde te has metido, Darren?

Anoche hizo sus tareas hasta medianoche y su hermano aún no había vuelto a casa. Se estaba preocupando más que su madre. Y a pesar de que fue a su habitación para decirle que Darren no regresaba todavía del instituto, ella le dijo que no molestara mientras dormía.

Eso era preocupante.

Ya no sabía a quién llamar.

Se asustó con el timbrazo de su celular. Miró la pantalla, esperanzada de que fuese Darren. Sin embargo, se dio cuenta que el número era desconocido y pensó que quizás era equivocado. Contestó.

—Aló... ¿con quién hablo? —inquirió Hazel, dubitativa.

—¿Aló? ¿Estoy hablando con Hazel Madison?

Hazel frunció el ceño. La voz, el número, no le daban una idea de quien era la persona que estaba llamando.

—Sí... soy yo...

—¡Perfecto! Déjame decirte quién soy. Mi nombre es Kate Morton... tengo a tu hermano en mi hab...

—¿Tienes a mi hermano? —exclamó Hazel gritando—. ¿Lo has secuestrado o qué?

—No, tranquila. No es nada de eso. Tu hermano está aquí. Anoche estuvo bebiendo y lo encontré en las calles, moribundo— Kate se volvió a Darren y él, por un instante le dirigió una mueca de disgusto—. Él está en mi habitación, sano y salvo.

Hazel se encogió de hombros, suspirando. El alivio acabó con la desesperación, ya podía estar calmada.

—Gracias por haberlo recogido, señora...

—¿Señora? —Aquello le era divertido a Kate, ni siquiera era demasiado mayor como para que le dijeran así, tampoco su voz acreditaba que fuera mayor—. Soy una chica del instituto. También te reconozco, fue por eso que decidí llamarte.

—Ah, perdón...

—No hay porque disculparse, Hazel.

—¿Por qué mi hermano está en tu habitación?

Kate silenció de repente y dejó de caminar en la habitación. Podría quedarse charlando con ella de lo divertido que fue cargar a Darren, para así poder llevarlo a la habitación. Pero en cierta parte, pensó que Hazel tendría vergüenza ajena por su hermano.

—No tenía otro lugar dónde esconderlo—explicó sin mucho detalle—. Él volverá a tu casa a medianoche.

—¿Por qué? —esta vez no solo preguntó Hazel, sino Darren también mientras estaba en la silla. Escuchó la misma pregunta por parte de los dos hermanos Madison al mismo tiempo.

—Porque... porque...—resopló en el auricular y escrutó la expresión dudosa en la cara de Darren—. Creo que eso será algo que tu hermano deberá explicarte cuando vuelva a casa.

—Está bien... —dijo ella no muy convencida—, ¿puedes pasármelo?

Darren negó con la cabeza. Había tan poco ruido que lograba escuchar la voz de su hermanita en el móvil de Kate. Ella insistía para que hable, pero Darren se negaba. Improvisó una mentira, que más bien parecía calculada minutos antes.

—Aún no está en condiciones para eso... —las palabras de Kate sonaban estrictas mientras miraba enfadada a Darren—, creo que será más tarde...

Pasados CorrompidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora