Capítulo 5

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Son suficientes unos segundos para analizar lo que me dice.

-No, es que no me das lástima –suena asquerosamente y es aún peor porque no deja de verme-. O sea, sí. No quería decir eso –me maldigo una y otra vez-. No es lo que piensas –digo dejando ir las palabras con una suavidad que hasta a mí me provocan escalofríos.

Se ríe.

-Como sea –sus ojos extremadamente extraños me siguen viendo y yo frunzo la boca y asiento muy lento en plan ¿Y ahora qué?

Ella suelta una carcajada.

-Es la misma forma en la que me mirabas hace, ¿dos segundos? –sonríe victoriosa.

-No es verdad –consigo decir.

Lo hace de nuevo y esos ojos, sus ojos, me tienen aprisionado de alguna forma. Dan esa especie de miedo, pero no puedo dejar de verlos. Mi cuerpo quiere responder de una forma positiva a ese estímulo y simplemente siento deseo, no sé de qué, pero es lo único que siento. De un segundo a otro me acerco a ella y la beso.

No es nada romántico, es algo tan patético e idiota de mi parte que odio lo que hago en el mismo momento cuando lo hago.

Sólo ha sido un beso, pienso.

Además, no sé si eso puede categorizarse como beso porque únicamente he posado mis labios en los de ella en un lapso de un par de segundos y ni siquiera hemos realizado algún movimiento, eso ha sido todo.

-Maldita sea –susurra y cierro los ojos.

-La he cagado, ¿cierto? –la miro y ella asiente-. Okay...

La beso, de nuevo.

Intento que sea beso, beso.

Nuestros labios empiezan a moverse. Los suyos están fríos y son suaves, pero es asquerosamente repugnante. No es el típico primer beso de todas las películas. Para empezar, y sólo para empezar, no íbamos al mismo ritmo. No es como en cada cinta cinematográfica que, a pesar que los protagonistas no se conocen, sus bocas encajan perfectamente. Todo eso es una maldita mentira.

Por otro lado, mi idea era disfrutar de un beso lento, al parecer, el pensamiento de ella era disfrutar de un beso salvaje, o tal vez sólo estaba nerviosa y no podía controlar su velocidad.

Fue horrible. Cuando yo abría la boca ella cerraba la suya y varias veces topamos nuestros dientes que hasta uno me quedó resentido.

Idiota, me grito mentalmente.

No sé cuánto tiempo llevo pegado a sus labios, pero sin duda alguna, quiero salir de ahí.

No es que yo no tenga ninguna experiencia en besar, porque he besado a muchas chicas, demasiadas para ser exactos, sin embargo, nunca me había topado con algo similar. Ni siquiera tengo confianza como para decirle que vaya más lento y que se relaje; así que intento ir a su velocidad y mi idea es ir bajándole a su nerviosismo lentamente. Empieza funcionando y hasta después de eso empieza a gustarme el sabor de su boca. Es de alguna forma dulce y me atrapa. No nos acariciamos y no meto mi mano en su cabello como suelo hacer con las demás, pero siento que así está mejor. Seguimos ambos sentados en el pasto. Ella con su cuello hacia mí y yo inclinado levemente hacia adelante.

Y cuando por fin siento que el beso puede funcionar y que puede terminar de maravilla me mete un lengüetazo cargado de saliva y rezo por no vomitarle encima.

Fecha de la última corrección del capítulo - 30/Jul/18
Fecha del capítulo publicado - 13/Oct/18

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