CAUGTH IN A LIE [[YoonSeok/JimSu]]

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—. ¿Eh? Si, si — dijo Jimin apenas.

—. ¿Es usted el guardián del dueño de este celular? — pregunto.

—. Si, dígame en donde se encuentra y yo iré por el — hablo Jimin desesperado.

Jimin agradeció y colgó la llamada, por suerte no estaba lejos de ahí y podría llegar rápido.

Corrió algunas calles hasta que encontró el lugar. Rápido encontró a YoonGi, escondido entre varias botellas de Soju y vino de arroz.

Suspiro con pesadez, se veía tan triste y "muerto" que le preocupaba.

—. ¿Es usted el guardián? — hablo la mujer con una sonrisa.

—. Si, soy yo — contesto.

Jimin tomo las pertenencias del mayor y se lo acomodo en su espalda, olía tanto a alcohol que le mareaba un poco. Estaba seguro de que había una razón muy buena detrás de su dolor, pero no estaba seguro de si debía preguntar en este momento.

YoonGi sentía que todo se movía, pero sobre todo, sentía aquella calidez bajo su pecho. Giro su cabeza y olfatéo el aroma tan carácteristico de Jimin.

Sonrió para sus adentros, podría estar perdido en el alcohol, pero el seguía completamente conciente y sabía que mañana tendría una resaca terrible.

El menor entró a su departamento, dejo las cosas sobre el suelo y dejó al mayor en el sofá, este, comenzó a reír y se llevó ambas manos a su cabeza.

—. Aigooo pero si es Jimin-ah — dijo YoonGi con una voz un tanto arrastrada.

(//Soy mala para hacer borrachos así que imagínense a YoonGi super borracho, así como sus tíos en las fiestas//)

Jimin suspiro y sonrió al verle actuar así. Se veía de algún modo. . . Tierno.

—. Jiiimin-ah tengo calor. . . — se quejó con aquella voz gruesa y algo ronca.

Sus manos se movían torpes, tratando de desabrochar aquella camisa de botones. El sudor recorría su cuello, su ropa estaba toda desaliñada y Jimin lo miraba con cierto deseo.

Por la cabeza de YoonGi pasaban muchas cosas, pero, lo que más prodominaba era aquel sentimiento de venganza.

Jimin se acercó a él para cargarlo de nuevo y llevarlo a la regadera, tenía que darle un baño de agua helada para que aquella borrachera se le bajará.

YoonGi no podía estar de pie, era demasiado inestable. Jimin lo siento en la bañera, una bañera amplia que había comprado NamJoon por eBay la semana antepasada.

Jimin comenzaba a sacarle la ropa, no tenía malas intenciones, pero, conforme más lo desnudaba, más lentos se hacían sus movimientos. Tragaba saliva y rosaba a propósito la piel ajena.

Aquella piel palida, sudada y tan aperlada le causaba unas enormes ganas de marcarlo como suyo. Aún pese que YoonGi tenía un esposo que no lo merecía.