Las lecciones de Joey

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El reloj marcó las 9 con 0 minutos y Joey ya estaba ahí rayando el suelo de la oficina de lo rápido y eficaz que llegó, pero Kaiba todavía no lo hacía

—Típico de un jefe, a diestra y siniestra da órdenes que no es capaz de seguir —bufó todo molesto, pero luego sintió un escalofrío por toda la espalda, el aura negra y amargada de su jefecito santo estaba detrás de él

— ¿Has dicho algo acaso? —preguntó la voz lúgubre de Seto

Wheeler se volteó lentamente hacia él y fingió demencia, agitando las manos al frente

—No dije nada, estaba balbuceando nada más

—Más te vale —respondió también fingiendo demencia —Y a propósito, soy el jefe y llego cuando se me da la regalada gana ¿de acuerdo?

—Sí claro, no digo nada —respondió sarcástico y haciéndole una reverencia bien fingida, pero Kaiba lo ignoró de nuevo

—Wheeler, quiero que lleves unos papeles muy importantes, tienes que regresarlos firmados y foliados ¿crees poder hacerlo? —preguntó como para burlarse de él ya que era una tarea bien sencilla y Joey entendió el sarcasmo

—Tal vez no, es muy complicado —contestó en ese mismísimo tono

Kaiba lo miró con la vista fulminante que solía tener y Joey tragó saliva así bien duro

—Es bromita jefazo, dígame cuales papeles —se acercó al escritorio donde ahora estaba sentado su patrón y Seto estiró unos papeles hacia él

—Pide en Recursos Humanos un auto para que puedas realizar las tareas que te ordeno

Joey sonrió un poco chueco y luego se rio todo nervioso, rascándose la cabeza

—Sobre eso —sonrió preocupado —No sé manejar

La confesión de su empleado molestó a Kaiba, pero más que todo porque antes no le preguntó si podía o no manejar y ahora tenía a un inservible secretario ahí frente a él

—Le pediré a alguien que te lleve —dijo todo molesto

Seto agarró el teléfono y le llamó a otro de sus empleados, un chófer, el que se encargaba de llevar a todos lados a él cuando no quería conducir. En pocos minutos llegó el hombre

—Quiero que lleves a Joey a donde te indique ¿de acuerdo?

—Claro que sí —respondió con orgullo

—Ahora vete y cumple con las instrucciones dentro del folder —ordenó a Joey, él asintió muchas veces, un poco nervioso

El chófer salió primero de la oficina y Joey iba atrás de él pero Seto lo detuvo

—Dime ¿Qué harás este fin de semana? —preguntó mirándolo a los ojos y poniéndolo bien nervioso

—Este pues... ¿Qué haré? No lo sé... qué hare... yo

—Dilo rápido

—Nada ¿Por qué? —preguntó un poco sonrojado

—Vamos a ir a una de mis pistas, te enseñaré a manejar, ya quedaste, no hagas otros planes ¿oíste? —cuestionó pero así en tono de orden, Joey tragó saliva

—Sí, está bien —dijo con su corazón agitado, no sabía porque de pronto pensó que lo invitaría a tener una cita con él

—Ahora sí vete —señaló con la mano la puerta

Joey bajó hasta el segundo piso con la carpeta en el brazo mientras pensaba en lo que sucedió arriba, Seto personalmente le enseñaría a manejar cuando bien pudo pagarle una escuela de manejo y ya

—Espero sea buen maestro y no como es jefe —pensó todo agüitado.

...

Esa primera semana de trabajo fue muy agotadora porque tuvo que aprender un montón de cosas de las que no tenía la más mínima idea y además era medio cabeza hueca, tuvo algunos errores menores que exasperaron a Seto pero al menos no fueron graves y no perdió su empleo

Ahora era sábado en la mañana y su jefe le indicó que lo quería afuera de su casa bien temprano porque iban a pasar todo el día juntos aprendiendo a manejar

Joey se probó muchos cambios de ropa antes de elegir el indicado y no sabía porque lo estaba haciendo si aquello no era una cita ni nada, solo aprendería a manejar pero estaba todo nervioso, y no precisamente por lo de la manejada, sino porque estaría todo el día con Kaiba después que toda la semana lo vio

—Ni hablar, vámonos ya —se echó porras a él mismo y salió de ahí

Subió al transporte público y vio la hora, estaba aun a tiempo. Para su suerte de ese día llegó muy bien y se sorprendió de ver la mansión Kaiba aunque había estado ahí antes

Un sirviente le abrió y lo dejó pasar, lo llevó hasta la oficina que tenía ahí su jefe y lo hizo esperar

—Buenos días —saludó Seto entrando a la oficinita, Joey lo miró entrar y mostró sorpresa por lo bien que iba vestido Seto, no elegante pero si muy bien y de buen gusto, se veía casual y relajado

Debía admitir que también muy guapo

—Hola —saludó medio sonrojado

—Supongo ya desayunaste —comentó convencido de que no se repetiría lo de la otra vez, pero Joey ni siquiera tuvo que responder, sus tripas lo hicieron por él —De nuevo —suspiró molesto— Vamos, debes desayunar algo

Le indicó que lo siguiera y aunque él ya había tomado alimentos lo esperó a que desayunara

Terminaron de estar ahí y Kaiba pidió que le prepararan su auto más feo y viejito porque no le prestaría uno de los mejores a Joey

Seto comenzó por enseñarle lo básico, para que servía la palanca, los botones, todas las funciones del tablero y algunos principios de mecánica, todo antes de ir a lo práctico, pero Wheeler estaba todo echo bolas porque nada se le grababa

—Entendiste ¿verdad? —preguntó como por veinteava a su empleado

—Claro que sí, yo entender rápido y bien —rascó su cabeza y Seto no le creyó nadita de nada por esa expresión tan sosa

—Mira, lo explicaré de nuevo

Ya eran casi las cinco de la tarde y Joey ni siquiera encendía un auto por primera vez, pero es que todo lo teórico le era bien difícil de asimilar, Kaiba estaba ya todo desesperado, pensando seriamente en mejor pagarle un instructor

—Tomemos un descanso por favor —suplicó Wheeler todo cansado

Kaiba estuvo de acuerdo y pidió que les llevaran a la pista algo de beber para refrescarse mientras tomaban un descanso, el agua de limón que les llevaron estaba bien buena, Joey se tomó dos litros de un jalón el solito

—Vaya —expresó entre el silencio que los tenía envueltos por varios minutos

— ¿A qué viene eso?

—Estaba pensando en todo esto que tienes

— ¿Y?

—Dime una cosa Kaiba ¿no te sientes solo? —preguntó mirándolo así súper atento

—No te importa —respondió molesto

—Es que... sí me importa, por alguna razón —confesó un poco sonrojado, Seto que lo estaba viendo de ladito volteó a otro lado unos momentos

—Pues no debería... suficiente descanso, sigamos —ordenó poniéndose de pie, Joey no observó su expresión del rostro pero supuso que estaba muy cabreado, pero no fue así, la expresión de Seto era muy distinta a eso.

Terminaron ese sábado como a las 9 de la noche, Seto propuso que mejor en vez de irse hasta su casa y regresar temprano mañana, que era mejor quedarse a dormir ahí y después de todo su mansión estaba tan grande y con tantas habitaciones que ese no era ningún problema

Quizás el problema sería otro.

HOLA :D les dejo este capítulo pequeño, espero les haya gustado ¿qué esperan ver en este fic? quiero sus sugerencias jijiji, muchas gracias corazones, hasta el próximo episodio

Hasta que me olvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora