Capítulo 3 "Pizza casera quemada"

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Capítulo 3 "Pizza casera quemada"

Me despierto con un agudo dolor de espalda causado por haber dormido en el sofá, observo mi cuerpo tapado con una manta.

Que raro, pienso. 

No recuerdo haberme tapado con una manta color azul eléctrico ayer por la noche. Aparto la manta doblándola perfectamente y la coloco sobre el sofá. Me levanto del sofá y estiro la espalda. El timbre suena y miro escaleras arriba esperando a que un compañero de piso sexy y despeinado bajase las escaleras para abrir cortésmente la puerta, pero lo que pasa es lo siguiente -:

-¡Hollywood, la puerta! -exclama el compañero de piso para nada sexy y despeinado. Suspiro y me dirijo a la puerta, cojo las llaves de un cuenco negro y abro la puerta encontrándome con un Brad apoyado en el marco de la puerta mirándome por encima de sus gafas de aviador negras, enarco una ceja.

-¿Qué haces aquí? -pregunto y de pronto recuerdo que estoy en pijama y despeinada. Eso explica la arrogante sonrisa que adorna su rostro.

-¿No puedo venir a visitar a mi novia a su nuevo piso? -pregunta y se agacha para besarme pero yo me aparto recordando que no me había lavado los dientes. -Holly, llevamos dos años juntos... -susurra con una sonrisa de oreja a oreja. Levanto un dedo poniéndoselo frente a su cara.

-Dame un minuto. -salgo corriendo escaleras arriba y entro en la habitación de mi compañero de piso tapándome los ojos con una mano. -Si estáis desnudos taparos. -aviso antes de apartar la mano de mis ojos, pero no me encuentro a una tía con el pelo revuelto y a mi compañero de piso todo sudado, en realidad lo que me encuentro es a Kylan con una sonrisa arrogante y con sus brazos flexionados hacia atrás haciendo de almohada para su cabeza. Lo ignoro y me dirijo a mi maleta sin deshacer, empiezo a remover en ella hasta que encuentro un vestido azul turquesa que me regalaron mis padres por mi decimosexto cumpleaños, nada más me lo regalaron fui corriendo a mi habitación a provármelo pero por desgracia me quedaba algo largo y flojo. Cruzando los dedos rezo para que me quede bien. 

Me quito el pijama delante de los ojos atentos de Kylan y me subo el vestido. Miro hacia Kylan y me encojo de hombros. Me subo encima de unos tacones color crema y le vuelvo a mirar. 

-¿Quién hay abajo para que te pongas así de sexy? -pregunta arqueando una ceja, me muerdo el labio inferior y se levanta de golpe de la cama, yo le sigo corriendo pero los tacones me obligan a ir más despacio que él, bajo las escaleras agarrándome fuerte para no caer y observo como Kylan está delante de Brad. Kylan es un par de centimetros mas alto que Brad. Kylan tiene la espalda ancha como Brad, ambos posan su mirada en mí cuando uno de mis tacones resbala y me hace rodar escaleras abajo. Brad corre hacia mí y Kylan le imita, se miran el uno al otro.

-Hola. -digo con la voz entre cortada. -Estoy bien, gracias por ayudarme. -añado con ironía mientras me levanto del suelo y me peino el pelo con los dedos. Brad pasa su brazo por mis hombros posesivamente y salimos del piso mientras que Kylan cierra la puerta de un portazo. -¿Qué fue lo que pasó ahí? -pregunto con inocencia en mi mirada. Niega con la cabeza, caminamos por la acera vacía y me extraña que no haya nadie, giro mi muñeca que tiene un reloj y ahora comprendo porque no hay nadie, ahora la gente normal estaba comiendo. ¿Tan tarde me había despertado? Brad me conduce hacia un puesto de comida y pide dos helados. Me fijo en el sol, la verdad es que el helado se agradece. Nos dirijimos hacia un parque desierto, nos sentamos en un banco y empezamos a comer el helado en silencio. 

En un momento Brad me agarra las piernas y las coloca sobre sus piernas. Sonrío y elevo un poco una pierna dando en su brazo y consiguiendo que se manche un poco la cara con su helado. Me siento sobre su regazo, poniendo las piernas a cada lado de su cuerpo empiezo a lamer el helado que tiene un sabor más delicioso si proviene de su cara pero Brad me aparta. Un olor a colonia me abruma. No cualquier colonia, si no la colonia que usa mi mejor amiga, ella dice que nadie más usa ese tipo de colonia. Pero pronto recuerdo que son vecinos y sería normal que se encontrasen. 

Mi compañero de piso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora