1 - Nada que perder

320K 37.1K 106K
                                    

AVISO: A partir de aquí, la historia no está corregida. Eso quiere decir que vais a leer la versión borrador en la que seguramente haya faltas y cositas así. Sé que es un poco confuso porque algunos capítulos tienen título, otros no, los números están liados y tal... pero solo tenéis que leerlo todo seguido, está todo el contenido y en orden. Un beso bbs :)


La habían encerrado en la sala de actos.

Ya ni siquiera sabía cuánto tiempo había pasado. Le había dado la sensación de que habían sido varias horas. Y todavía no había visto a nadie.

Ni siquiera podía estirarse. Tenía las muñecas esposadas delante de su cuerpo, como si fuera a ser peligrosa si no la mantenían así.

Se preguntó si en ese momento Rhett y Tina estarían hablando con Deane, tratando de convencerla de que no la matara. Si Trisha estaría enfadada por no haberle dicho hasta ese momento que era una androide. Si Jake estaría triste porque se la habían llegado.

Era la primera vez que estaba completamente sola en la sala de actos. En cualquier otra situación, quizá habría aprovechado para investigar qué podía encontrar ahí. Pero... no en esa. En esa, solo podía mirar las ventanas y puertas preguntándose cuál sería la mejor forma de escapar, pero todas estaban vigiladas.

Apoyó la cabeza en la pared. Un pequeño latigazo de dolor le recorrió el brazo. La habían disparado cuando los de Ciudad Capital habían asaltado su ciudad, buscándola. Tina la había curado, pero seguía doliendo. Y lo haría por varios días.

Se preguntó qué diría su padre si la viera ahí apoyada en una pared sin hacer nada. Cómo le recordaría que él le habría recomendado que escapara antes. Si lo hubiera hecho, si no se hubiera quedado en la ciudad... ahora su vida no estaría en peligro, la ciudad no estaría destrozada y... Dean y Saud seguirían vivos.

Todo por ella. Todo por no haber escapado a tiempo.

Subió lentamente los escalones para llegar a la zona elevada donde se colocaban los guardianes en las reuniones y los juicios. Sin ser consciente de ello, se dejó caer en la silla de Rhett y recordó cómo lo había visto el primer día, apoyado ahí distraídamente con las botas en la mesa.

Si en ese momento le hubieran dicho cómo serían las cosas unos meses más tarde... bueno, probablemente se habría asustado. Muchísimo.

Apoyó los brazos en la mesa y hundió la cara en ellos, cerrando los ojos. Y esperando... esperando... no podía hacer otra cosa que esperar.

Solo quería que lo que tuviera que pasar, pasara de una vez.

Lo peor era estar sola. Poder pensar. Deseaba con todas sus fuerzas tener algo que hacer, algo que la distrajera de ese silencio tan sofocante. Pero no había nada. Estaba sola con sus propios pensamientos. Y lo odiaba.

Una hora más tarde, después de haberlo intentado por todos los medios posibles... por fin consiguió quedarse dormida.

***

—La odio.

Gabe le dedicó una sonrisa.

—Es tu madre.

—¿Y qué? Es una controladora compulsiva. Se cree que puede... darme órdenes.

—Bueno, vives en su casa.

—Genial, ahora hablas como ella —Alicia frunció el ceño mientras alcanzaba el encendedor y se encendía un cigarrillo.

Estaban los dos en la cama de Gabe. Los dos desnudos. Era curioso como la idea del sexo había cambiado entre su experiencia con Gabe y su experiencia con su primer chico.

Ciudades de Humo (¡YA EN LIBRERÍAS!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora