No necesitas hablar para hacer un gran ruido.

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Hwa Min cayó de trasero a la mitad de todo el patio mientras intentaba regresar un pájaro a su nido y ganando las burlas de todos los estudiantes que se encontraban en el patio, la mayoría estaba acostumbrado a estos comportamientos por parte de la muchacha, eso no significaba que dejaran de burlarse de ella o que a ella le importara (al menos fingía que no) lo que dijeran a sus espaldas.

—Song Hwa Min, su abuelo la busca —la asistente personal del director interrumpió con todas las risas existentes en aquel lugar y borrando de forma instantánea la sonrisa que tenía la muchacha al ver a los pajaritos.

Sacudió su falda lo mejor que pudo y siguió en silencio, con la cabeza baja a aquella mujer de rostro largo y afilado, no era especialmente mala, pero para la muchacha significaba solo una cosa: Problemas. Tenía su mochila recargada sobre un hombro y el cabello ligeramente despeinado con algunas ramas que se enredaban en las partes más visibles.

El camino fue largo y el silencio era roto únicamente por las pisadas de ambas mujeres, los tacones finos sobre el piso de madera siempre lograban hacerla temblar ligeramente, sus propias pisadas resonaban en los abandonados pasillos y cada paso que la acercaba a su familia le estrujaba el corazón y revolvía el estomago. Se detuvieron frente a una puerta doble de madera oscura y aquella mujer se volteó para verla atrás de los grandes lentes, ayudándola a lucir lo más presentable posible en el poco tiempo que tenían, en el fondo aquella asistente temía por la vida de aquella chiquilla que ayudaba a los pájaros, aquella chiquilla con sonrisa inocente y ojos completamente muertos, siempre nerviosa y llorando con cada pequeña cosa que interrumpía con su rutina.

"Toc, toc, toc" exactamente tres toques suaves y pausados, justo como le gustaban a su abuelo, después la voz ronca por el cigarro y alcohol dio su permiso de pasar, la asistente le dedicó una mirada triste antes de hacerse a un lado y cerrar la puerta tras de ella.

"Uno, dos, tres, cuatro, cinco" tenía la cabeza baja mientras contaba, solo cinco segundos, dos más de los que había tenido antes, cinco segundos antes de que la mano masculina golpeara fuertemente su mejilla y la tumbara al suelo. "Uno, dos, tres" tres segundos únicamente para que el mismo hombre la agarrara fuertemente de la mandíbula haciendo que esta se levantara y lo volteara a ver directamente.

—¿Se puede saber que hacia ayer en la noche cuando debías recibir a los alumnos nuevos? — Su padre tenía las manos atrás de la espalda y miraba con desdén a su hija.

La muchacha comenzó a gesticular con las manos intentando explicarse lo más rápido posible, pero fue detenida por un fuerte manotazo sobre sus blancas manos—. Puede que seas la única hija de mi hijo, pero eso no significa que no te pueda pasar lo mismo que a tu madre ¿entendido?

Los ojos de Hwa Min se abrieron considerablemente, mientras se tapaba la boca con ambas manos y las calientes lagrimas comenzaban a derramarse por sus mejillas, el movimiento de su cuerpo (que había comenzado con las palabras "su abuelo la busca") se volvió incontrolable y tuvo que ponerse de rodillas para intentar calmar el ataque de pánico que comenzaba a recorrerla completamente.

—¿Qué tienes en el cabello? —su padre había permanecido callado hasta ese momento y comenzó a caminar hacia ella mientras tomaba una pequeña rama que lamentablemente, aquella asistente no había podido retirar a tiempo.

Hwa Min era usualmente pálida y el color negro de su cabello no le favorecía al agarrar color, pero en ese momento se volvió aún más blanca.

—¿Estuviste trepando arboles de nuevo? —la voz de abuelo era más alta de lo normal y ella se preparo para el golpe que nunca llegó, en lugar de eso, le pasó una mano afectuosamente por el cabello, cosa que la asustó más que los golpes—. Creo que habíamos hablado sobre esto, no te preocupes, te corregiremos, no vas a ir a clases hasta que tu mejilla se vea blanca y dejes de llorar, por ahora no quiero verte.

—Una cosa más —dijo su padre tomando la mochila que había terminado en el suelo y dándosela bruscamente—. No dejes que nadie te vea hasta que estes compuesta, o el castigo va a ser peor.

Sin más palabras la muchacha dio una reverencia y salió de la oficina, aquella asistente la vio, discretamente le pasó las llaves del estudio y volvió a sonreír con tristeza. La muchacha se dirigió haciendo el menor ruido posible y cuidando ocultarse bien a los alumnos ocasionales que salían de clase para ir al baño o simplemente para saltar la lección, siguió unos metros su camino sin fijarse realmente por donde caminaba, al menos hasta que se topó con una pared musculosa y tuvo que voltear hacia arriba, para desviar la mirada casi inmediatamente y ofrecer una pequeña reverencia como disculpa.

Sabía que había visto ese rostro alguna vez, no era alguien que siguiera a los idols, no porque no quisiera, simplemente no se le tenia permitido, claro que no podía evitar conocer (o al menos haber escuchado mientras pasaba), las canciones de algunos de ellos, ahora, ella solo podía suponer que aquella pared de músculos había sido un idol puesto que una; Había escuchado las charlas emocionadas de las mujeres en la escuela y dos; aquel rostro se le hacia familiar, pero no podría recordar haberlo visto en la escuela (no es que conociera a todos en el instituto, pero un hombre tan atractivo como él no sería difícil de olvidar, decidió desechar todos esos pensamientos y seguir su trayecto a la cocina.

Eun Tak era la hija de la cocinera y también la chica más cercana a Hwa Min, Eun Tak era muda y uno de los motivos por los cuales Hwa Min se sentía tan cómoda con ella.

"¿Tienes vegetales congelados?" gesticulo con las manos la joven heredera mientras señalaba el golpe palpitante en su mejilla, con un gesto apurado la muchacha corrió hacia el congelador y tomó una bolsa de lo que le parecieron unas zanahorias. Hwa Min no era una persona muy segura de si misma, sobretodo cuando estaba cerca de Eun Tak, quien no era especialmente hermosa, pero su aura de bondad la envolvía por completo y la hacían parecer tan hermosa como lo era por dentro. La joven cocinera intentó preguntar que había pasado, sin obtener ninguna respuesta de la muchacha, unidamente un "Necesito un tiempo sola", por lo que después de las zanahorias se dirigió, con pasos aun más delicados hacia el estudio de baile.

El baile, el baile era lo único que le permitía hablar a la muchacha, los delicados movimientos sin música, únicamente con un sentimiento al fondo, la tristeza, la desesperación y el miedo, sobretodo el miedo. Todo parecía salir con naturalidad mientras sus pasos la guiaban por toda la habitación, pausando ocasionalmente para colocar la bolsa fría sobre su punzante mejilla, perdida completamente en su mundo, sin notar la figura que la observaba con lagrimas en los ojos, oculto entre la oscuridad y las colchonetas, sin despegar la mirada de aquella delicada figura.

Lamento mucho tardar en actualizar, ya saben, trabajos finales y todo eso, también lamento escribir tan feo, juro que no es mi intención. :( 

Por lo general nunca se que poner en esta parte, pero después de todo siento que debo hacerlo. ¿? 

No se si la historia sea cliché o no, tengo una idea de a donde voy a llegar con esto, pero aun no estoy completamente segura, si les gusta comenten y recomienden la historia. ¿? En fin, estoy casi segura que un capitulo va a seguir a Hwa Min y otro a Jungkook, aunque aun no se si voy a seguir a otros personajes, supongo que mientras dejare que esto siga su curso, prometo intentar actualizar pronto. <3 

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⏰ Last updated: May 29, 2018 ⏰

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Blooming Flower | BTSWhere stories live. Discover now