Siento que al menos hoy me quiero un poco más,
me duelo y me siento.
Entiendo que me he lastimado
sin ningún motivo real.
Y hoy mismo me abrazo,
me entiendo y acepto mi soledad,
me encuentro sentada reconociendo
que dentro de mi existe algo mal,
y eso está bien, es parte de lo que soy,
es de lo más normal,
comienzo a quererme.
He empezado con algo sencillo:
aceptándome naturalmente jodida,
enteramente rota,
sin destino ni fuerza
de cambiar mi triste destino,
sin valor para enfrentarme a mí misma
en un debate intenso,
sobre por qué me gustaba hacerme daño
con el pasado, con el futuro,
y verlo todo tan adverso.
Me puse a curar mis heridas
con té, con césped y poesía
y el día que me dolí,
lloré como no lo había hecho antes
pues por fin me supe comprendida,
al fin me escuché
y me encontré.
Dejé de estar perdida,
y ese día fue que comencé a sanar,
fue cuando me abrace y me aleje de todo mal.
Cuando decidí poner espacio entre el abismo
y mi estabilidad emocional.
Deje de aventarme al vacío
esperando ser rescatada,
me empecé a querer.
Supe lo que era ser cuidada
por la única persona que realmente me entendía,
solo me hizo falta una noche más de llanto
para saber que había sido suficiente;
solo un día más me bastó
para dejar de hacerme daño.
Siempre es buen momento para escribir
pero hoy en especial
Es un buen momento para el perdón,
para sanar, para amar,
para cerrar los ciclos,
pues para amarme
no necesito más que verme,
y sonreír ante el reflejo,
que ha dejado de parecerme tan desconocido,
y puedo empezar a entender
que amarme es permitirme ser feliz.
Tres meses... Solo me tomó tres meses,
aprender a cuidarme,
a quererme
y sonreírme.
Sólo me tomó veintiún años,
tocar fondo y doce semanas
empezar a cuidar de mí.
ESTÁS LEYENDO
Lo que llamamos Italia.
PoetryAquel lugar nuestro, donde nadie puede juzgarnos, donde nuestras canciones suenan toda la noche y nuestras manos no se separan. Aquel lugar que nos ha abrigado y me ha llenado de inspiración para seguir(te) escribiendo, ese es aquel lugar al que amo...