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El tiempo pasa.

Claro que el tiempo pasa, porque el tiempo nunca se detiene. Al contrario de lo que Yoongi solía pensar cuando niño, pequeño e ingenuo Yoongi que creía que mientras dormía, el tiempo se detenía junto a él, que esperaba a que abriera sus ojos para continuar, a veces Yoongi cerraba sus ojos, ya despierto, pensando que podía engañar al tiempo.

Pequeño e ingenuo Yoongi.

Que poco has cambiado, piensa para si mismo mientras mira el reloj en su escritorio, los números rojos siguen moviendose, al reloj no parece importarle que Yoongi esté llorando contra su almohada, ve los minutos pasar y lo reconsidera. Tal vez cambió un poco. Está un poco más alto, un poco menos ingenuo, pero al mirar los digitos cambiar en la oscuridad, desea que el tiempo se hubiera detenido para siempre cuando era niño, seguir creyendo que el tiempo se detiene mientras duerme, porque Yoongi duerme mucho, cada vez duerme más.

Ya no cree en eso del reloj, pero no le impide desear, pensar en un "ojalá".

Tiene un largo verano delante suyo, no pueden culparlo, tres meses que se ven vacíos sin Hoseok, lleno de días nublados con la ausencia del sol en su vida. ¿Tiene sentido ya? Para Yoongi, la respuesta es no. Nada tiene sentido, es un globo flotando por ahí, un globo en un desierto que espera toparse con un amigable cactus que le ofrezca un abrazo, un abrazo que Yoongi necesita (necesita mucho uno, aunque no quiera admitirlo).

Un globo en un desierto vacío, con millas de sólo arena por delante, sin nada, vacío, solo. No hay nada malo, ni bueno, por delante.

Y así transcurre un mes en la vida de Yoongi, un mes de poemas escritos en hojas que terminan arrugadas en el suelo de su habitación.

Pero en el segundo mes, un rayo de esperanza parece regresar a su vida, como si las nubes si hubieran abierto ligeramente para dejar pasar un poco de sol, como si las cortinas que Yoongi mantiene cerradas se hubieran corrió un poco a causa del viento y la luz se colara por ellas.

Irónicamente, ese poco de luz, esa soga a la que aferrarse para no caer, viene a inicios de febrero, cuando la lluvia comienza y el clima está más nublado que nunca, viene en forma de un gato mojado que Yoongi no esperaba volver a ver jamás.

Su gato, al que tiene envuelto en toallas mientras le pasa una secadora en el pobre intento de secarlo y mantenerlo caliente. Un rato más tarde y con el gato en su regazo, se siente más tranquilo de lo que se ha sentido en mucho tiempo, sus pensamientos no se enredan en su cabeza y sabe lo que tiene que hacer.

Tan perdido en la idea de la resignación, no se percata de la persona que aprovechaba su cortina entre abierta para intentar mirar en su habitación.

Técnicamente, Yoongi tiene un plan de simples pasos, el primero de ellos siendo la resignación. Sabe que ha perdido a Hoseok, y haberlo perdido a él significaba haberse perdido a si mismo. Así que se deja ir junto a la idea del chico que aún ama.

Y lo seguirá amando, porque vale la pena y Sophie Collins decía que el amor no correspondido no tiene nada de malo si la otra persona es merecedora de él.

Para Yoongi, el amor es lindo, precioso y que no haya funcionado para él (por lo menos no de esa manera), no le hace cambiar su idea al respecto. Y tan lindo como es el amor, no puede dejar que este se convierta en algo más que en un motor, en una inspiración. Lo hace por amor a dos personas, a dos recuerdos. Hoseok y lo que una vez fue Yoongi.

Claramente es una época oscura de su vida y tal vez no es la mejor idea del mundo intentar mantenerla presente, pero eso decide hacer, en nombre de lo que una vez fue Yoongi. Porque no seguirá siendo el mismo, piensa cambiar para mejor.

(Aunque de planearlo a ejecutarlo hay mucho camino y a Yoongi le toma un poco más que solo decidir ponerse en marcha, le cuesta un poco salir de su casa y enfrentar al mundo exterior, pero eventualmente, lo consigue, sale por la puerta camino al psicólogo y regresa esa noche a su casa para saludar a su gato y contarle sobre su consulta.)

El volumen vuelve a sus mejillas antes que su color y todas las bases de maquillaje que usaba para cubrir sus cicatrices descansan en el fondo de un tacho de basura. Su gato está muy gordo y Yoongi engorda junto a él, no puede dejar de masajear sus muslos al ver que ha recuperado algo de peso y la mañana en que se ve al espejo y nota que las ojeras que adornaban su cara han desaparecido, es también la primera vez que ve una sonrisa real en sí mismo después de mucho tiempo.

Esa misma tarde le cuenta a su psicólogo que se siente listo para hablar con los que eran sus amigos.

Y así es como Yoongi vuelve a entrar a su SoundCloud, revisa los comentarios en su música mientras su mano tiembla en el mouse. Esperando lo peor, como siempre, pero agradablemente sorprendido al ver que el álbum que lanzó hace poco estaba recibiendo buenas críticas.

Horas y una larga caminata después, se encuentra en una conocida puerta que no ha tocado hace mucho tiempo. Los golpes que le da son demasiado leves (sabe que su psicólogo no le creerá cuando Yoongi intente explicarle que él fue, tocó la puerta, pero nadie abrió nunca).

Los pensamientos comienzan a alborotarse y sus uñas hacen daño a sus dedos, la puerta se abre y la cara conocida de Namjoon le da la bienvenida. No hay palabras y Yoongi lo agradece, no confía en su voz en ese momento, espera a que Namjoon diga algo mientras intercambia el peso incómodamente entre sus pies.

Pero en vez de romper el silencio, Namjoon rompe el espacio entre ellos al atraerlo en un abrazo, Yoongi escucha su risa antes que un regaño y no puede evitar reír junto a él cuando Namjoon lo eleva del suelo y lo lleva a dentro.

Las lágrimas estaban en sus ojos desde el momento en que lo vio pero eso no detiene a su amigo, obviamente, el regaño llega (más temprano que tarde). Namjoon hace todo lo posible para no alzar tanto la voz pero mientras llora diciéndole lo preocupado que estaba por él, Yoongi no puede molestarse con él, es lo mínimo que se merece.

La puerta suena tiempo más tarde y otro de sus amigos entra por la puerta, Taehyung sigue teniendo la misma sonrisa y ríe de alegría al ver a Yoongi, tiene la misma reacción que Namjoon y lo eleva en el aire mientras lo abraza, el mayor abraza su cuello y ríe como no ha reído en meses por toda la felicidad que siente en el momento.

—Pesas más de lo que recordaba.

Yoongi ríe, alegre, y sus amigos ríen con él, sabiendo que no habría tenido la misma reacción tiempo atrás y explotando en felicidad al saber lo que significa.

Sabe lo que significa.

Se lo dice a su gato en la noche y a su psicólogo el día siguiente.

—Estoy mejor.

No un "estoy bien", no se ha curado o algo por el estilo, pero está mejor.

Y es lo que importa.

behind art; hopegaWhere stories live. Discover now