Capítulo 44

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Soltó un suspiro y cerró los ojos esperando a que ese chico se fuera, pero tenia la tentación de abrirlos de nuevo y presenciar su hermosa cabellera rubia y sus ojos azules como el cielo en verano. Apoyó las manos en sus rodillas, acariciándolas para ahuyentar el frío que sentía en todas las piernas. Después de un rato con la mirada baja, mientras miraba el suelo aparecieron un par de piernas.

Tardó en levantar la mirada, pero curiosidad lo hizo evitando no sonreír mordiéndose el labio. Él estaba frente a ella con las mejillas coloradas por el frío, mirándola con una sonrisa ladeada. Sacó una de sus manos del bolsillo para saludarla, en cambio ella sólo lo miraba con timidez mientras éste se sentaba a su lado sin ningún tipo de vergüenza. Al girarse una milésima de segundo se sonroja al notar que la estaba mirando. 

— ¿Hace mucho frío como para estar aquí, no?—Habló el chico haciendo sobresaltar a Laura.

— Aún así, prefiero el silencio que miles de conversaciones en las que no encajo. —Dijo ella apenas audible, pero él la había escuchado perfectamente.

— Tienes toda la razón. —Se echó hacia adelante con los antebrazos encima de su regazo, quedando en casi la misma posición que Laura. —Niall Horan. —Se presentó de la nada.

— Laura Smith. —

— Laura... no es un nombre norteamericano. ¿De dónde eres? —Preguntó el chico colocando su espalda recta. 

— Nací en San Francisco, pero mis padres son de latinoamérica. — 

—La razón de que seas tan preciosa. Las latinas son preciosas. —Dijo Niall haciendo ruborizar a Laura, rió y dejó de mirarla para no hacerla sentir más incómoda. —No te lo dicen mucho, ¿verdad? —Dijo sentándose medio acostado mirando al cielo.

—No, si no lo contrario. —Intentó sonreír, pero era como si no se acordara de hacerlo.

— La gente hoy en día tiene la vista fatal. —Bromeó haciendo reír a Laura. Pocas veces podía disfrutar de reír de verdad con una persona.

Se pasaron un rato hablando, y se intercambiaron números, y Niall ya sabía mas de la vida de Laura que cualquier otra persona, había llegado a saber que tampoco había dado su primer beso. Se levantaron con el fin de irse con sus acompañantes,  aunque ninguno quería separarse del otro, sentían una atracción tan diferente a otras veces que les parecía extraño en su interior. Caminaron lento hacia la entrada del restaurante, y Niall la detuvo por un momento al lado de la fuente, con el reflejo de las luces del tejado del porche en su rostro.

La tomó de la cintura, haciendo que ella temblara. Niall la sujetó más fuerte para que se sintiera protegida. Una parte en el interior de Niall se preguntaba qué estaba haciendo, por qué aquella chica le había hecho sentir tantas cosas en una noche que cualquier otra; simplemente... sabía que era especial. Se fue acercando cada vez más pero lentamente, dándole tiempo a Laura de rechazarle, pero ella se mantenía en su posición, con los ojos mirando los hermosos trozos de cielo que Niall tenía como ojos. A un milímetro de sus labios, Niall sonríe antes de cortar la distancia entre ellos.

Miles de sentimientos, un beso, electricidad en las miradas... Laura estaba tan desconcertada que tuvo que esconder su rostro apoyando su frente el el pecho de Niall. Ella no dejaba de morderse el labio, intento de no olvidarse de la sensación de los labios de él.

— El mejor primer beso de mi vida. — Susurró Laura.

— Quien sabe si encuentras a alguien mejor. —Contestó el acariciando su cara con delicadeza.

— No creo que lo encuentre. —Dijo Laura separándose de él para encaminarse a la mesa en la que estaba. Niall se había quedado de pie sonriendo, sin dejar de darle vueltas a cómo podía haber sido posible todo aquello en una sola noche.

Niall no es que hubiera salido con muchas chicas, pero ella había sido la que más sensaciones raras le había hecho sentir por todo su cuerpo. Él había sentido su  mirada a lo largo de la cena y le gustaba, le gustaba por la timidez que invadía su carácter. Aquel color rojo que daba color a las mejillas de Niall y que Laura pensaba que era por el frío, en realidad era por la mirada tan sincera que ella le regalaba sin darse cuenta. Ella había sido la primera en hacer ruborizar al chico al que supuestamente no le interesaban las chicas.

Las voces de todos los de la mesa rebotaban contra su burbuja, esa burbuja que se llenaba de pensamientos y la hacía un lío. Laura había creado una batalla en su mente, los dos bandos, el desconcierto y el amor, estaban discutiendo sobre lo que había ocurrido con su corazón, pero aquella batalla cada vez iba apagando el fuego, había quedado todo en tregua. Pero seguía con la pregunta que le rondaba los pensamientos. ¿Qué es lo que en realidad sentía por Niall?

La Bella Durmiente (Austin Mahone) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora