"Me encargaré de destruirte, a ti y a tu hermosa sonrisa, tal como destruiste la mía... Jeon Jungkook".
• Historia 100% Original.
• Prohibida su Copia.
• Pareja Principal KookV.
• Capítulos cortos.
• Contenido Homosexual.
• Inicio 24-05-2018
• Crédi...
Jungkook empujó a Taehyung sobre la cama con la furia aún latente, su ceño fruncido lo delataba. Él castaño cayó dando un pequeño rebote sobre el colchón, aún procesando todo lo que estaba pasando.
Intentó sentarse de inmediato al caer acostado, sin embargo, al instante de levantarse, fue apresado por él bonito azabache. Jungkook posó una pierna en cada costado, atrapando las del castaño y tomando de sus muñecas para impedirle la lucha.
—¡Te odio! —expresó con algo de miedo. "Te amo"
—Lo sé. —respondió breve, él menor. "Yo también"
—Jamás te perdonaré. —continuó. "Abrázame"
—Lo sé. —sonrió ladino, Jungkook. "Siempre"
Él azabache recargó su cuerpo hasta quedar acostado sobre el cuerpo del castaño.
—Voy a hacerte el amor, Tae. —afirmó con seriedad, sin relajar la arruga que se formaba en su frente. Aquella que reflejaba toda la preocupación contenida por temor a ser rechazado.
Él mayor abrumado, miraba hacia el costado fijando su mirada en la pared, porque se sentía demasiado superado con todo lo que estaba pasado. Superado por él.
—!Mírame! —señaló, él menor.
—No. —respondió severo.
—Mírame, bebé, por favor... —imploró una vez más, Jungkook.
—Déjame... —susurro bajito, con el nudo creciente en la garganta.
—¡Olvídalo! —exclamó sin ánimos de discusión. —Te voy a demostrar cuánto te he amado todos estos años, Kim. Y una vez que lo haga, no podrás sacarme de tu vida.
Una lagrima decoró la mejilla de Taehyung cuando escuchó aquellas palabras, pero se mantuvo en silencio cuando cayó una segunda. Tragó de su propia saliva y abrió la boca para coger un poco de aire tras sentir que no podía aguantar más la respiración.
—Déjame verte. —soltó las muñecas del mayor y llevó una de sus manos para tomar la mandíbula de éste, posicionando su rostro de frente para conectar sus miradas.
Llevó su otra mano a la misma zona, para comenzar a retirar con ambos pulgares, todas aquellas lagrimas que no dejaban de escurrirse por el bonito rostro del castaño.
Cuando Taehyung dejó atrás el llanto, cerró sus ojos para entrar en calma. Sintió a Jungkook depositar un beso en su frente, acomodar su cabello y luego dejar otro beso sobre la punta de su nariz. Abrió los ojos y miró al azabache más allá de la pupila, perdiéndose en la profundidad de ellas. Tembló, su cuerpo le pedía a gritos salir corriendo, incluso tenía la fuerza suficiente como para empujarlo lejos, pero no lo hizo.
Dejó que Jungkook lo desnudara, dejó que repartiera besos y lamidas en su cuello, en su mandíbula, en sus labios. Cada lugar debidamente marcado por él menor, le pertenecía. Entendía que en el fondo se trataba de eso, jamás pudo olvidarlo.
Había tenido sexo muchas veces con chicos, donde no comprometía nada más allá que un buen momento, pero ahora tenía tanto miedo, porque sabía que era distinto. Asimilaba que Jungkook le haría el amor y quería gritarle que no era así, pero entendió que no podía luchar cuando su corazón quería ser llenado sólo por él.
Sus complejos vinieron de golpe cuando él menor besó su abdomen plano. Golpeándolo sin medir su fuerza pero pidiéndole disculpas cuando escuchó un quejido. Llevó sus manos de tal forma, que terminó por cubrir hasta su ombligo. —Estoy gordo. —dijo cristalizando su mirada.
—Estás perfecto. —recibió como respuesta.
Negó, llorando una vez más. —Es asqueroso, no tiene idea...
Jungkook comprendió que había cosas que aún eran difíciles de cambiar, no podía borrar sus inseguridades en sólo una noche, pero podía comenzar a hacer que él castaño amara cada parte de él, con el tiempo. —Te amo. —dijo una vez más, apartando las manos y dejando un sutil beso en la zona, repleto de sentimientos.
Continuó más abajo, lamió sus dedos y comenzó a preparar a su amado. Disfrutando observar al mayor, acostumbrarse a cada intromisión. Pensó en lo bonito que sería ver esa expresión toda la vida, no pudiendo evitar sonreír ante ese sueño pero volviendo a su realidad cuando supo que Taehyung se encontraba listo.
Colocó la punta de su virilidad en la entrada del castaño, introduciéndose muy lentamente y con la respiración agitándose en armonía con la del mayor. Se recargó sobre el precioso cuerpo que había deseado por tantos años y cuando estuvo por completo adentro, esperó lo suficiente hasta que él contrario se adecuara.
Se movió lento, disfrutando de cada expresión que reflejaba el rostro del chico que amaba, acelerando su ritmo cuando sintió gemir al mayor. Besó sus labios y luego mordió el cuello de éste, lamiendo y succionado sobre todas aquellas marcas que había realizado antes. Taehyung era suyo, siempre había sido así.
Sonrió en el momento justo cuando él castaño, se dejó llevar. La mano de éste en su espalda, recorriéndola por completo y sintiendo cómo los rasguños, eran acompañados de los dulces gemidos de Taehyung que, jamás pensó oír. Su mente viajaba en lo bien que se sentía, en lo bonito que éste era, y en lo mucho que lo amaba.
Por otro lado, él castaño se debatía entre lo correcto que era sentir que al fin estaba donde pertenecía. En lo perfecto que su cuerpo se amoldaba al de Jungkook, quería creer que siempre debieron ser uno y lamentaba amarlo como lo hacía, porque entendía que aunque arrancara al otro extremo del mundo, él azabache jamás dejaría de ser su dueño.
—Te amo... —reconoció por primera vez sobre él oído del menor. Aquel que tanto odio y amor, le hacía sentir.
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