"Me encargaré de destruirte, a ti y a tu hermosa sonrisa, tal como destruiste la mía... Jeon Jungkook".
• Historia 100% Original.
• Prohibida su Copia.
• Pareja Principal KookV.
• Capítulos cortos.
• Contenido Homosexual.
• Inicio 24-05-2018
• Crédi...
Taehyung estaba sentado en aquella cafetería aledaña al aeropuerto. Había pedido un café helado para esperar a Min, quien no debía tardar en llegar.
¿Cuánto tiempo había pasado desde qué había dejado Seúl? ¿tres años? Sabía que había sido un cobarde al huir de su realidad pero no se arrepentía, sobretodo porque eso le había ayudado tanto. Se había convertido en lo que siempre quiso ser, alguien mucho más seguro de sí mismo, sin miedo a decir lo que pensaba o sentía; alzaba la voz cada vez que le apetecía y ya nadie lo humillaba porque era fuerte, tan fuerte que no necesitaba de nada ni de nadie.
Parecía que hubiese sido ayer cuando entre súplicas le pidió a su madre que, convenciera al Director de darle una de sus becas para irse de intercambio al extranjero. No le costó mucho, su promedio de notas hablaba por si solo.
Le contó a su madre lo suficiente. No a grandes rasgos del por qué quería arrancar. Había sido comprensiva, cautelosa, sin obligarlo a hablar, y estaba tan agradecido de ello, de todo, de cómo habían funcionado las cosas a su favor. Convenciéndose de qué, nadie lo volvería a lastimar como lo había hecho Jungkook.
Bebió la última gota del vaso cuando divisó a Yoongi intentando correr hasta donde se encontraba.
Se levantó con la bombilla aún en su boca, abriendo los brazos expectante para recibir al chico de cabellos color pistacho. Él mayor tomó de aquella bombilla y la tiró sobre la mesa para alejarla, frunció el ceño y abrazó al menor que ahora estaba teñido de colores castaño más oscuros.
—¿Llegaste hace mucho?. —preguntó él peliverde.
Negó con un movimiento de cabeza. —Unos diez minutos, quizás.
—Tan bonito, mírate, si fueras Jimin te juro que...
—¡Mentiroso! —respondió en voz alta, ante las tontas palabras de quien se había convertido en su mejor amigo, tras conocerse en Canadá.
—Dame la mochila, tú llevas la maleta. —entonó él mayor.
—Yo puedo llevarlas ambas, no soy débil Min. —sostuvo Taehyung.
Yoongi emblanqueció sus ojos. —Perdón, olvidé que ahora te crees Hulk. —se burló.
—Si fuera por quien es más Hulk, me ganarías Min. Tienes el tono en tu cabello y la actitud. —respondió, divertido. —Té extrañé... —musitó.
—Sólo fueron dos semanas, Tae. Como si no pudieras vivir sin mi. —indicó él níveo.
—Da igual el tiempo, te extrañé y punto. —le confesó una vez más, sonando más seguro.
Caminaron hasta la avenida principal para tomar un taxi rumbo al lugar que sería ahora su nuevo hogar. Taehyung miraba por la ventana todos aquellos lugares que había dejado atrás hace años, notando como habían cambiado algunas cosas y otras no, sintiéndose extraño al volver al lugar que tantos malos recuerdos le traía.
Tragó saliva al recordar por un segundo al azabache y sacudió su cabeza para disipar aquel pensamiento. Sonriendo al mirar a su amigo, ya que con él a su lado, todo sería mucho más fácil.
Había ayudado tanto que, él novio de Min decidiera tomar clases en la Universidad de Goyang, cerca de Seúl, que Yoongi no dudó en postular al intercambio en la que antes había sido la casa de estudios de Taehyung, para así poder estar cerca de su amigo y de su novio.
Mientras que Taehyung al ver que su paso por Canadá llegaba a su fin, se alegró tras saber que tendría a su mejor amigo junto a él en Seúl, sin duda era reconfortante pero era aún más, el saber que estudiaría en su misma Universidad.
Se preguntaba cómo sería el regreso del gordo Kim. Se burló para sus adentros al recordar como era apodado hace unos años atrás. Ya no tenía nada de grasa en su cuerpo, los anteojos habían terminado siendo reemplazados por unos lentes de contacto.
Su cabello había cambiado de color, su figura para que decirlo pero lo más notorio había sido su personalidad. Su nueva actitud para la vida, donde todo aquel vestigio de inseguridad, había sido enterrado bajo tierra, un Taehyung que nadie sería capaz de reconocer.
Ni siquiera tú. —pensó, asomando una sonrisa ladina en sus labios.
Si todo salía bien, podría vengarse de quien le había destrozado el corazón, de quien le había arrebatado las ganas de volverse a enamorar. Aquel por quien derramó por primera y última vez sus lágrimas. Y por sobre todo, aquel que por durante seis meses le había hecho creer que lo amaba.
"Me encargaré de destruirte, a ti y a tu hermosa sonrisa, tal como destruiste la mía. Jeon Jungkook".
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