02 - Chocolate con almendras.

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—Hazlo ya. —insistió Yugyeom, cuando notó que Taehyung caminaba directo hacia el baño.

Jungkook emblanqueció sus ojos para luego caminar tras su inocente víctima. Lo habían planeado a la perfección, debía salir todo excelente, su peor escenario era que Kim no cayera pero eso era imposible, sabiendo que éste babeaba por él.

Abrió la puerta deteniéndose a esperar a que Kim saliera del cubículo, sintió el sonido del pestillo abrirse y entonces empezó su cometido. Miró hacia el espejo y comenzó a lavarse las manos mientras él rubio hacía lo mismo a su lado, cuando notó que al fin Taehyung cerraba la llave y secaba sus manos, se atrevió a carraspear su voz para lanzar su mejor artillería.

—Hey, Kim. —pronunció para llamar la atención de contrario. Sonrió al ver como él aludido se giraba para darle cara.

—Je-jeon. —logró musitar en un poco audible tono, lleno de nerviosismo.

—Sabes, estaba pensando todo esto de tu carta y bueno yo... —tragó un poco de su propia saliva. —Yo creo que me gustas, también. —se acercó lo más que pudo y acarició con su pulgar la mejilla regordeta del rubio. —Fui un tonto la vez pasada pero ahora debo hacer las cosas bien, así que ... me estaba preguntando si... —se detuvo un instante y continuó. —¿Qui-quieres ser mi novio?. —titubeando antes de finalizar.

Taehyung estaba impávido, no podía creer lo que estaba sucediendo. Su sueño hecho hombre le estaba hablando y mejor aún le acababa de confesar que gustaba de él, su sonrisa asomándose instantáneamente y sus ojos ilusionados brillaban ante quien creía inalcanzable. Asintió sin pensar, sin ver la maldad tras él azabache que le sonría, sin imaginarse que aquello a lo que llamaba felicidad estaba a punto de convertirse en lo peor de su vida.

—Bien. —afirmó, Jungkook. Dejando un suave contacto de sus labios sobre los del contrario. —¿Quieres ir por un helado?. —preguntó tomando la mano del que ahora era su novio.



★☆★



—¡Iuuggg! —hizo una mueca de asco, Mingyu. —Deberías vomitar Gguk, así te quitas el mal sabor.

—Pudo ser peor, al menos no le metí la lengua. —respondió ante las palabras del pelirojo.

—Por ahora. —agregó Yugyeom. —pero deberás hacerlo pronto porque sino, terminará por darse cuenta.

—Ya lo sé... Lo haré cuando tenga algo de alcohol en el cuerpo, así será más fácil. —sonrió, sintiendo que aquello que salía de su boca había sido lo más gracioso que pudo haber regocijado, dándose por victorioso cuando los demás se rieron junto a él.



★☆★



El tiempo caminó acelerado, había pasado un mes, un maldito y eterno primer mes, pensó él azabache. Debía avanzar si no quería que él rubio sospechase.

Posicionó sus manos en ambos costados de las caderas rellenas de Taehyung y acercó su cuerpo hasta pegarlo al suyo. Pudiendo constatar lo frágil que era aquel chico y lo suave que se sentía su cuerpo. Sin duda era mucho más delicado de lo que pensó.

Acercó su rostro lentamente hasta que sus labios cayeron sobre la sien del contrario, depositó un beso casto y se deleitó con el aroma a frutos rojos que emanaba el cabello de Taehyung, ese siempre había sido su aroma favorito desde pequeño, era tan sensible a los olores que por un momento se dejó envolver por la tibia sensación que le provocó aquella cercanía.

Volvió en si de inmediato, dejando muy atrás, la extrañeza de lo anterior. Besó la mejilla de quién era un poco más bajo que él, para luego avanzar hacia sus rosados y delicados belfos.

Le dio un suave contacto, rosando sus labios con los del otro, sin cerrar los ojos y haciendo un contacto tan intimo que no fue capaz de darse cuenta en que momento había comenzado a besar a Taehyung, mucho más allá de lo que habían llegado antes.

Sus lenguas estaban entrelazadas tan armoniosamente que le daba terror, pero por algún motivo desconocido no podía dejar de hacerlo. Lamió y saboreó lo que más pudo, él rubio sabía a chocolate con almendras, cómo odiaba el chocolate pero le gustaba probarlo de Taehyung, y eso era simplemente inaceptable.

Se sorprendió cuando al fin se separó del rubio, jadeantes de aire. Había sido tan intenso que no pudo negarse al sentir que los brazos de Taehyung rodeaban su cuerpo, tampoco supo porque lo envolvió en el suyo, se aferró a la ropa del mayor tras la espalda de éste, sintiendo como su estúpido corazón latía desenfrenado ante lo que acababa de suceder.

Jungkook era abiertamente bisexual, pero nunca en su vida se había sentido tan a gusto con alguien y menos que ese alguien, tuviera el rostro de la criatura que más odiaba y le asqueaba en toda la universidad. Kim Taehyung.

Revenge | KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora