Prohibido ✧ KaiSoo

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828 palabras
Tritones!AU, romance.

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JongIn sabía que no debería, pero no es algo que pudiera evitar con solo pensarlo. Sabía que él no debía dejar que sus ojos viajaran hacia aquel lugar en específico, donde tras las paredes hechas con precioso coral de diversos colores que daban vida a la enigmática edificación, albergaban también el más precioso de los tesoros.

Aquel hombre que JongIn solo había visto un par de veces, porque el señor del Pacífico no dejaba que su hijo vagara por el amplio océano. No era que KyungSoo, el príncipe heredero del trono de aquel océano, no pudiera conocer su reinado, ni mucho menos que no pudiese defenderse solo pese a que siempre llevaba a la corte real a su lado dispuesto a defenderlo y dar la vida por él. No. Era algo mucho más importante y el señor del Pacífico lo sabía.

Había algo en aquellos ojos grandes y rasgados, brillantes como el mismísimo corazón del profundo océano, que hechizaba y cautivaba a tritones y sirenas por igual. Había algo en aquella preciosa aleta pincelada con los más preciosos colores que hacía que el corazón de JongIn se sintiera más cálido que de costumbre.

Rebozaba alegría, una sonrisa emergía de sus labios pomposos cada que había tenido una oportunidad diminuta de echarle un vistazo al hijo del tritón más poderoso de aquel lugar. Era KyungSoo un ser sublime y lleno de belleza sin igual, la criatura marina más peculiar que en sus años de guerrero al servicio del rey, JongIn hubiese visto antes.

Pero ¿qué podía hacer con todo el revoltijo que sentía cuando KyungSoo pasaba flotando tan ligero a su lado?, cuando le dedicaba alguna mirada de soslayo y sus labios formaban un perfecto corazón en ese atisbo de sonrisa que robaba el suyo por completo.

JongIn era uno de los custodios del palacio real del Pacífico, había llegado a colarse dentro del lugar con la intención de tener un poco más de tiempo, pese a lo estúpido que aquello pudiera sonar.

Soñar despierto con el príncipe de los tritones, soñar que alguna vez tocarlo estuviese permitido y no hubiera pena de muerte si sus labios besaban los suyos. Soñar no le costaba nada.

Pero si no podía hacerlo frente a ellos, si no podía tener a KyungSoo frente a la multitud de sirenas que los envolvía en aquella sociedad marina, se daba por satisfecho de saber que de alguna manera KyungSoo era suyo.

― Tardaste…

La voz de JongIn sonó impaciente y KyungSoo se movió en el agua de manera etérea, danzando con su cuerpo mientras los brazos fuertes del moreno lo aprisionaban y lo jalaban contra su cuerpo para abrazarlo. El suyo era un encuentro furtivo, como habían comenzado a tenerlos hacía algunos meses, cuando sus labios no pudieron evitar profesar con caricias suaves lo que sus corazones albergaban.

― Tuve que deshacerme de los molestos guardias ― KyungSoo murmuró en voz baja, pero a JongIn le fascinaba su voz en todos los sentidos.

Era melódica, profunda cuando hablaba, gruesa y varonil. Sus Ojos se mantuvieron observando sus rasgos bellos por unos segundos más y después asintió, dejando que su pecho se embriagara de la calidez de tenerlo frente a él, de arroparlo con sus brazos y de sostenerlo por completo.

KyungSoo estaba prohibido para él, así lo demandaban las leyes marinas, por el simple hecho de haber nacido en una casta guerrera en lugar de una real. Pero lo cierto era que no le importaba ni un poco cuando estaban juntos.

El príncipe tritón sabía todo lo que arriesgaba, sabía que se exponían demasiado pese a que se escondieran. Pero nadie alguna vez lo había visto de la manera en que JongIn lo veía. No existía criatura en el fondo del mar que hiciera su corazón estremecerse de aquella manera.
Era JongIn más que un guardián velando por su seguridad, era el dueño de su corazón, de sus besos y de las caricias que sus manos daban cuando sucumbía al hechizo electrizante que JongIn dejaba sobre su espina dorsal.

No había tiempo de hablar, expresar su amor prohibido era lo primordial. JongIn no perdía el tiempo para susurrarle que su corazón era suyo y que podía hacer de él lo que quisiera. Y a KyungSoo se le arrebolaban las mejillas, haciendo su rostro más sublime de lo que alguna vez el ojo humano hubiera visto jamás.

Los labios de KyungSoo eran prominentes, suaves como cada poro y escama de en su cuerpo. JongIn acariciaba la punta de su nariz con la suya y después se deleitaba dando pequeños roces sobre los labios del príncipe, que se entregaba a sus brazos con toda la devoción que alguien enamorado pudiera mostrar.

Estaba prohibido, JongIn lo sabía, que estaba mal robar su inocencia entre besos y caricias a horas no adecuadas, en lugares no propios de la realeza. Pero para él y KyungSoo no había más, más que aferrarse a lo que tenían y sentían en ese momento.

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Fanart por Yomi95

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Fanart por Yomi95

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Notas:

Cuando vi este fanart no pude resistirme a escribir algo, hasta ahora pude publicarlo. 
Este drabble fue escrito para la página de facebook 100eclipses ♡

Besos posholatosos

🌠Ary

Look at the stars ❀ KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora