Belleza Robada (Nueva Versión)

08: Enfrentamiento

El eco de los pasos de Samantha resonaba en el aire nocturno mientras corría a través de los oscuros callejones, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Sabía que no estaba sola, que su captor estaba detrás de ella, persiguiéndola con una ferocidad desenfrenada.

El aliento de Samantha se escapaba en ráfagas entrecortadas mientras se esforzaba por mantenerse adelante, cada músculo de su cuerpo ardiendo con el esfuerzo de la huida. Pero a pesar del miedo que la embargaba, su determinación era inquebrantable. Ella se negaba a ser atrapada de nuevo, se negaba a ser víctima de la crueldad de Thomas una vez más.

De repente, un sonido detrás de ella la hizo detenerse en seco, su corazón saltando a su garganta. Se giró, sus ojos escudriñando la oscuridad en busca de cualquier indicio de su perseguidor. Y allí, emergiendo de las sombras como un espectro de la noche, estaba Thomas, con la mirada ardiente con una furia implacable.

—Samantha —gruñó Thomas, su voz llena de ira contenida. —¡Detente! ¡No puedes escapar de mí!

El terror se apoderó de Samantha mientras observaba a su captor acercarse, sus manos temblando con la necesidad de protegerse a sí misma. Pero en medio del miedo, una chispa de coraje prendió en su interior. Ya no era la indefensa prisionera que había sido, ahora era una guerrera lista para enfrentar a su enemigo.

—No voy a dejar que me atrapes, Thomas —respondió Samantha, su voz firme a pesar del temblor en su interior. —Estoy dispuesta a hacer lo que sea necesario para sobrevivir.

Con un grito de furia, Thomas se lanzó hacia ella, sus manos extendidas en un intento desesperado por atraparla. Pero Samantha estaba lista para él, su cuerpo preparado para el enfrentamiento final. Con un movimiento rápido y certero, se apartó de su alcance y lo derribó al suelo con un golpe bien dirigido.

El choque del impacto resonó en la noche, y por un momento, todo quedó en silencio mientras Samantha miraba a su captor caído a sus pies. Sabía que el peligro aún no había pasado, que Thomas seguiría siendo una amenaza mientras estuviera vivo. Pero en ese momento, en medio del caos y la confusión, Samantha se sintió más fuerte que nunca, lista para enfrentar cualquier desafío que el destino le deparara.