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*Este capitulo va dedicado a la gandora del segundo lugar del concurso #Darlex ¡Felicidades zapifiesta!


Besos a personas prohibidas: 50$

Trampas a personas inocentes: 100$

Alcohol a personas desesperadas: 200$

Hay cosas que el dinero no puede comprar (o borrar)

Para todo lo demás existe Mienta Ya.

Todavía cuentan por ahí que la mañana del domingo (día posterior a la feria), Aegan Cash fue visto en la fila de la cafetería más popular del campus con unas gafas enormes que ocultaban las marcas de algunos golpes en su rostro de Dios del Olimpo.

¿Quién se los había hecho?

¿Quién había osado tocarlo y no para causarle placer?

¿Quién, cuándo y dónde?

Esas fueron las preguntas más importantes hasta que un suceso eclipsó el anterior.

Si todo Tagus hubiese hecho silencio en ese momento, habrían escuchado el rugido que produjeron sus tripas un segundo antes de la explosión que azotó la cafetería.

La explosión anal, por supuesto.

El cuerpo de Aegan se quedó rígido al momento en que cogía su café cargado con espuma de vainilla, favorito desde siempre.

Lo demás fue invisible a los ojos, pero detectado por otro sentido: olfato.

Toda la fila hundió el entrecejo apenas una repentina fetidez penetró sus fosas nasales. ¡¿Qué olía tan mal?! Como... como... ¡como mil cadáveres flotando sobre una cloaca de azufre! ¡Dios santo! Y el hedor se concentraba más que todo en cierto lugar...

Una hilera de cabezas se ladeó y miraron a... ¡¿Aegan Cash?! ¿En serio? ¿Era en serio? ¡Provenía de él! Se había... Se había...

¡Cagado encima!

Fuentes cercanas atestiguan que el líder de los perfectos mentirosos dejó el establecimiento a toda velocidad con la mano en los pantalones, sosteniendo su propia cagada. Y según otros testigos, el olor permaneció por minutos en la escena del crimen.

Como digo, me lo contaron, yo no lo vi, pero creo que era necesario que lo supieran.

"Usted tiene siete mensajes nuevos en su buzón de voz."

El pitido duró unos segundos:

—¿Jude? ¿En dónde se supone que estás? Te he escrito y escrito y nada. Estoy preocupada, es miércoles y no has venido al apartamento. Quise preguntarle a Aegan, pero tampoco lo he visto. Adrik no sabe nada y Aleixandre no ha dado señales de vida. ¿Pasó algo? Por favor repórtate, es muy extraño y no quiero pensar que... bueno, solo avísame, ¿sí? Ojalá solo sea que se fugaron juntos. Al menos un emoji en WhatsApp estaría bien. Esperaré.

Colgué el teléfono después de escuchar los mensajes de Artie y lo dejé a un lado. Tenía justo en frente el espejo del baño. Mi reflejo se veía fatal, aunque no era nuevo para mí: cabello húmedo, ojeras, cansancio, el pack ideal para hacer una parodia de Wreking Ball muy a lo Miley despechada. Solo que no lo haría porque apartando la mala facha, algo se había acentuado en esa chica del espejo.

Era esa mirada de decisión, esa expresión fría, dura, indudable. ¿Debilidad? ¿Qué era eso? ¿Con qué se comía? ¿Qué salsa le echabas?

Salí del baño. Aquel apartamento era asombroso, como un DiCaprio arrojando billetes desde el yate. Lo era porque no pertenecía a Tagus. En realidad llevaba días sin ir a Tagus más que para las clases, luego regresaba a ese apartamento y me dedicaba a repasar y estudiar mi plan meticulosa y arduamente.

Perfectos Mentirosos © [Completa✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora