Capítulo 14 | Inmune

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-¡Me estás quemando!-gritó el chico intentando zafarse del agarre de Sean. Éste forzó más su mano en su brazo, y vi como el brazo del chico se volvía rojo. Soltó un quejido de dolor.

-Más te vale estar quieto. No te hemos drogado por orden de Kara, pero aún así podemos hacerte daño sin ningún problema-espetó Sean con enfado.

Lucy sonrió.

-Haz lo que te pide, niño.

El chico la fulminó con la mirada y la gruñó.

-Eres una...-paró de hablar y miró en mi dirección.

Oh no. No, no, no. ¿En serio? Me miré con los labios entreabiertos. Obviamente me iban a descubrir espiando. La mitad de mi cuerpo salía de la pared.

Me giré con rapidez y comencé a correr.

-¡Hey!-la voz de Lucy me provocó un estremecimiento mientras corría.

De repente sentí como mis piernas fallaban. Me caí de inmediato y al estar en el suelo, las toqué. Las tenía frías, demasiado cabe decir.

-Vaya, Noah Ross. El rebelde del centro-Lucy se agachó a mi altura. La miré con cara de pocos amigos-. ¿Qué hacías ahí?

Cerré mis labios con fuerza y después los abrí.

-Descongela mis piernas.

-Querido Noah, ¿No te han enseñado que es de mala educación espiar a la gente?-preguntó riéndose, ignorando mi orden.

-Lucy, déjale y descongélale las piernas-Sean apareció junto al chico de antes-¿Qué estabas haciendo, Noah?-me miró alzando una ceja.

El chico a su lado me analizó con sus ojos azules y sonrió divertido. Lucy alzó su mano en dirección de mis piernas obedeciendo a su compañero y mirándome con mala cara.

Al lograr sentir mis piernas, me levanté con dificultad y respondí:

-Pasaba por aquí y oí gritos. Me dio curiosidad y por eso...me acerqué-dije sincero.

-Ajá. ¿Acaso no sabes que esta zona está prohibida para personas no autorizadas?

Alcé los hombros.

-Bueno, yo me llevaré a Jayden-dijo Lucy cogiendo del brazo del ojiazul-Tú encárgate de ese.

Sean asintió. El tal Jayden tras darme una última mirada se giró caminando junto a la castaña malhumorada. Al observar a Sean con detenimiento, vi que sus ojos se encontraban normales en ese momento.

-Lo que viste no ha sido nada del otro mundo-comentó cruzándose de brazos.

-Ya. Me da igual de todos modos-contesté intentando mostrar indiferencia con mi voz.

Sean rodó sus ojos.

-En fin, mañana tienes la prueba especial. Esa que te solemos hacer cada seis meses para ver si las medicaciones van bien con tu cerebro y evitar enfermedades y esas cosas.

Mi corazón dio un vuelco. Sentí como el calor invadía mi cuerpo y mi garganta se secaba.

-¿Ma...mañana?

-Sí, ¿Pasa algo? Estás pálido.

-No...-me rasqué la nuca nervioso-. Simplemente no pude dormir bien.

-De acuerdo. Pues descansa. Y dile a Reese de mi parte que pasado mañana le tocará la prueba Zeus.

Tragué saliva parpadeando con lentitud.

-La prueba Zeus-murmuré en cuanto Sean se giró para marcharse.

No podía ser. La prueba Zeus era...horrible. Por eso, y por más razones, no le quería contar a Reese todo lo que me habían hecho. Comenzaban bien, con dulces sonrisas y pruebas sencillas. Y después, acaban con el rostro serio y pruebas dolorosas.

Lo había sufrido en carne propia, y su recuerdo aún me hacía sentir ardor en mi pecho y en mi cabeza.

Me di la vuelta y continué mi camino hacia el comedor con lentitud. Me sentía agotado, nervioso, y aterrado. El año pasado, dos semanas después de mi estancia aquí, me habían hecho la prueba del control. Era algo sencillo y menos doloroso. Lo único desagradable era la sustancia que me tenían que inyectar. Los efectos secundarios eran incómodos: mareos, náuseas, alucinaciones... Pero duraba un tiempo limitado.

Después, a los seis meses me hicieron otro. Resultados buenos. En el caso de los demás, esas pruebas les hacían cada año o dos, depende. Pero teniendo en cuenta que la telepatía es difícil de controlar, me hacían esa prueba cada corto periodo de tiempo para asegurarse de que todo estaba bajo orden.

Y al día siguiente tenía de nuevo aquella prueba. El problema ésta vez, es que yo conocía a la perfección el resultado. Iba a ser positivo, y eso alteraría a Kara y a todos los médicos y científicos que trabajaban con ella.

Comencé a temblar de nuevo, y el crudo dolor de cabeza regresó molestándome. Llevé mi manos a ambos lados de mi cabeza sujetándolo mientras apretaba mi mandíbula. Los ojos me picaban de nuevo obligándome a restregar mi mano en ellos.

Paré en cuanto llegué a la habitación de April y Reese. Quería contárselo a alguien. Necesitaba ayuda, no podía hacerlo sólo.

Así que, sin más rodeos, toqué la puerta. Un par de minutos más tarde, la puerta se abrió de forma automática.

-¿Noah?-Reese apareció delante de mí con el rostro lleno de preocupación.

Segundos después, April se acercó a la puerta. Al verme así, me cogió de la mano llevándome adentro de la habitación.

-Noah, ¿Qué te ocurré?

Me senté en una de las camas bajando mi cabeza cerca de mis rodillas.

"Dios, mío. ¿Qué le está ocurriendo?"

"Seguramente esto era lo que nos estaba ocultando"

"No sé qué hacer, me da mucho miedo esta situación. Por dios, ¡Está palido!"

"Ya sé lo que le ocurre"

-¡¿Os podéis callar las dos de una vez?!-grité sin poder evitarlo.

Lo escuchaba todo. Podía escuchar sus pensamientos. Los de Reese y los de April. Y eso aumentaba mi dolor de cabeza y mi sensación de náuseas.

Reese y April se miraron.

-Reese-April la habló-, Noah es inmune a las medicaciones de Kara-afirmó, y pude sentir ambas miradas fijadas en mí.

Y sin poder aguantarlo más, me levanté corriendo hacia el baño para vomitar.

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N/A: ¡Secreto de Noah al descubierto! ¿Qué os ha parecido?¿Os lo esperábais?

Por cierto, el gift de nuestro querido nuevo personaje, Jayden, ya está puesto en el reparto. Mirad el apartado de personajes.

Sí, tengo talento eligiendo actores hermosos.

¡Y aún quedan más! Tengo muchas cosas en mente la verdad.

En fin, ¡OS deseo un feliz día!

Gracias por vuestros votos y comentarios, ¡Ya llegamos a 1000 lectores! Creo que me dará un chungo.

Un beso de locura,

C.L Niss

INEFABLE © 2018 (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora