Miradas y juegos

4.8K 624 103
                                    

La amplia y silenciosa oficina principal le daba al jefe de la compañía mucho tiempo a solas consigo para meditar sus inquietudes, el joven empresario no había conseguido pegar ojo durante toda la noche, por lo tanto ahora trataba de descanzar en una de las sillas de la mesa de conferencias, ¿la razón?, unas curiosas perlas jade que lo traían maravillado, más hermosas que cualquier perla preciosa y más peligrosas que el más mortífero veneno, parecía que entre más las miraras más rápido te consumirían llevándote a un lugar remoto y desconocido.

Su cuerpo estaba acomodado en la silla con los pies en alto pero su mente flotaba más allá de las nubes, por encima de su enorme ego alcanzando las maravillosas estrellas de un cielo puro, un cielo inexistente, uno que solo podría reflejarse por medio de su imaginación.

Navegando en el más allá visualizaba detenidamente las facciones de un rostro pecoso con una mirada tan viva que le estremecía el cuerpo.

Un portazo lo hizo bajarse de la nube y caer de imprevisto a la tierra, tanto en su mente como en la realidad, se levantó indignado para luego recoger la silla que se había volcado.

-Maldita sea!!!! Esque no sabes tocar?!?!- una vena en la frente amenazaba con estallarle y sus puños anciaban acariciar con mucha fuerza el rostro de quien sea que se hubiera atrevido a interrumpir su descanzo.

-Cálmate bro!! Soy yo- un pelirojo entraba a la oficina moviendo la cabeza de un lado a otro mostrando inocencia.

Katsuki terminó de organizar los papeles sobre su escritorio y cuando finalmente dejó todo listo volteó a mirar a su compañero.

-Y bien?!??!

-Solo venía a invitarte el café, ¿Quieres?- y sacó de detrás suyo una bolsa de papel junto con un vaso de cartón cuyo contenido está de más explicar.

Ambos jóvenes se sentaron a devorar unas rosquillas mientras hablaban de lo primero que se les ocurriera, aunque Katsuki no lo admitiera apreciaba la compañía de su compañero y amigo de la universidad Eijirou Kirishima, pués era la única persona que se le acercaba ignorando los múltiples "000 000 000" que se acumulaban en su cuenta bancaria.

Finalizando la comida y ya sin tiempo que desperdiciar el pelirojo se despidió de su compañero dejando a este hundido de nuevo en la calma de la soledad.

_♡_♡_♡_♡_♡_♡_♡_♡_♡_♡_♡_

Ya de tarde, Katsuki salió hacia la plataforma de subterráneos donde inconcientemente esperaba toparse con el chico de pecas, sus pensamientos volvieron a volar hacia las nubes y sus pies lo llevaron hasta ese punto que conecta millones de destinos.

<<18:05>>

Esta vez había llegado más temprano de lo usual, buscó con la mirada espacios vacíos y por fin tomó asiento en la ultima silla de la última fila al lado izquierdo, juzgando lo que le rodeaba dejó pasar los minutos hasta que por fin se escuchó a lo lejos el pesado transporte que se aproximaba a altas velocidades, Bakugou recogió sus cosas y subió al vagón, el mismo del día anterior, esperanzado buscó con insistencia esos ojos verdes sin éxito, ya resignado se colocó sus audifonos y dejó que la melodía aliviara su decepción.

El camino siguió siendo recorrido y las canciones del reproductor seguían sonando una tras otra, en un punto donde el sueño comienza a aparecer el joven cenizo se desliza hacia su derecha buscando una posición más cómoda, a su izquierda alguien ocupa el asiento a su lado estos están tan juntos que Katsuki percibe el aroma de la otra persona <<¿¡eso son flores?!>> algo curioso levanta la vista topándose con una atenta mirada que lo estudia como si fuera un ser exótico digno de apreciar.

Era casi imposible pero ahí estaba, a su lado y sin dejar de observarlo se encontraba el chico de los ojos jade, quién con una sonrrisa movía su mano de izquierda a derecha y viceversa, llamando la atención del cenizo.
Bakugou comenzó a repasar al chico, si era él, bajo esos ojos fantásticos estaban sus cuatro pecas que llamaban bastante la atención y por encima, ese cabello verdoso y alborotado que le daba un aspecto fresco y simpático.

Casi en shock por la repentina aparición del chico Katsuki solo consiguió mover su mano devolviendo el saludo y por impulso formuló una media sonrrisa en sus labios, la cual al parecer era (probablemente) más una mueca que una sonrrisa pués el peliverde tapó su boca tratando de esconder una risilla espóntanea, esto apenó mucho al empresario quién de inmediato bajó la cabeza ocultando un leve sonrrojo de vergüenza, vaya que practicaría luego frente a un espejo.

Cuando el ojirubí recuperó su dignidad volvió a alzar la mirada para ver a los ojos al chico, estiró una de sus manos hacia el ojiverde y esperó a que este la tomara, al parecer el verdoso no entendió el mensaje pués su mirada había pasado de simpática a tonta <<¡¡¿¿es tan idiota??!!>> al ver que el chico no reaccionaba tomó la iniciativa y posó su mano cerca de la de él.

~¿Que estaba haciendo?~
No se sabe
~¿Que esperaba que sucediera?~
Es un misterio
~¿Iba a detenerse?~
Por supuesto que no

Con la punta de sus dedos rozaba los dedos del chico incitándolo a acercarse, a que se atreviera a tocar su mano pero el pequeño de ojos jade parecía no entender del todo las señales del empresario <<Deku>> resopló mentalmente y tomó la mano del chico alzándola para que este viera sus intenciones, con su pulgar masajeba la parte de encima de la mano, el tacto con esta era tan delicado, tan simple, tan especial que el ahora nombrado Deku tenía todo su delicado rostro teñido de un rojo tan fuerte que un tomate lo envidiaría, esto hizo reír al cenizo incrementando el sonrrojo del pequeño, Bakugou no podía contener su risa hasta el punto en que sus ojos se cristalizaron y comenzó marearse por la falta de aire.

Cuando por fin se tranquilizó, con su mano libre dió un suave golpecito sobre la mano de Deku en donde con un poco de tiempo la zona se tornó de un suave tono de rojo, el chico ya más relajado le siguió el juego a Katsuki y golpeó sin ganas la mano del ojirubí tiñiendo la zona del mismo color, así se la pasaron el resto del camino hasta la estación del peliverde, quién al despedirce hizo una reverencia algo exagerada y graciosa para Bakugou este la corréspondió con un rápido movimiento de mano indicando el final del trayecto juntos.

Cuando Deku ya no estaba Katsuki volvió a colocarse sus audífonos esperando que mañana llegara pronto, mientras tanto las puertas del tren se cerraron y este siguió hasta la última parada, la parada de Shibuya.

18:15 (KATSUDEKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora