capitulo 3

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—¿Por qué papa no vendrá con nosotras? —preguntó Anastasia abrazando la pierna de Dean.

—Tengo que trabajar, princesa —le contestó Dean cargándola—. Pero prometo que iré a verlas lo más seguido que pueda.

—¿Lo prometes? —preguntó Anastasia ahora más animada.

—¡Se los prometo! —Dijo Dean ahora cargando a Elizabeth también—. Ahora vayan a ayudar a Meiling a empacar sus juguetes.

Las niñas inmediatamente fueron bajadas corrieron hacia el cuarto y me quede a solas con Dean, camino hacia él y lo atraigo hacia mí para abrazarlo y darle un fuerte beso.

—Te extrañaré mucho —le dije apoyando mi cabeza contra su pecho.

—Por favor no lo digas así o no permitiré que te vayas —dijo apretándome un poco contra su cuerpo.

—Meiling quiere hacer algo sencillo para el cumpleaños de las niñas, tu abuelo dijo que las manzanas están en cosecha así que aprovechará eso para hacer un pastel y dulces, por favor no faltes —le pedí levantando la cabeza para verlo a los ojos.

—Cariño, nunca he faltado a un cumpleaños de las niñas, no lo haré ahora, lo prometo —suelta mi cuerpo para sostener mi rostro entre sus manos y se acerca lentamente a mí para darme un beso.

Cuando terminamos de empacar todo bajamos y salimos a la entrada donde ya las niñas están con Meiling pero algo llama mi atención y es que hay una ambulancia.

—¿Y eso? —pregunté señalando la ambulancia.

—No puedes ir sentada en un viaje de dos horas y media —dijo Dean a mi lado—. Yo llevaré a las niñas y a Meiling en el auto y mi madre irá contigo en la ambulancia.

—¿Y quién conducirá la ambulancia?

—Mi padre la conducirá —dijo él colocando mi maleta en el baúl del auto—, así podemos cuidarlas  para que lleguen bien —se dio la vuelta para darme un rápido beso—, así que finge que te estas muriendo y súbete a la camilla —señaló la camilla que está frente a la puerta abierta de la ambulancia en donde el señor Adrian me espera.

Camino hacia ella y con cuidado me acuesto, Dean y su padre la levantan y me meten dentro de la ambulancia con cuidado, en el momento en que cierran la puerta me comienzo a colocar nerviosa, las puertas del conductor se abren y los padres de Dean entran, después de unos segundos la ambulancia comienza a andar así que para relajar mi mente cierro los ojos aunque la verdad no supe en que momento me quede dormida.

La ambulancia comienza a sacudirse haciendo que me despierte, giro poco mi cuerpo para ver donde estamos y solo veo árboles y una carretera sin pavimentos.

—Por fin despiertas querida, ya llegamos —dijo la mujer algo feliz.

—Hacia mucho tiempo que no venía por acá —dijo el señor Adrian algo emocionado—. Mi padre sí que lo tiene arreglado.

Una casa de dos pisos rustica aparece al final del sendero, pintada de blanco y con un hermoso balcón, el abuelo de Dean está de pie frente a la entrada junto con alguien que sé que ninguno esperaba ver, la hermana del padre de Dean, Marta.

La ambulancia se detiene frente a la casa y cuando la puerta se abre observo que Dean está completamente serio.

—¿Qué sucede? —pregunté mirándolo mientras él baja la camilla—, ¿Qué hace esa mujer acá? —volví a preguntar algo preocupada.

—No lo sé, ya lo vamos a averiguar —dijo dándome un beso en la frente mientras James empuja la camilla.

Analizo la cara de todos completamente serios, al parecer no soy la única a la que le desagrada la presencia de esa mujer acá.

fuertes lazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora