Prólogo

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La leyenda cuenta que, de un huevo situado en el centro del universo, nació un ser bautizado como Arceus, y también conocido como el Dios Pokémon, al ser el creador del mundo, y de estas maravillosas criaturas. Dicen que creó a Pokémon únicos, y que cada uno tenía una función importante. Eran los Pokémon Legendarios.

Pero, a pesar de las muchas versiones sobre esta leyenda, tan solo en una se hace mención de dos de sus hijos, dos dragones, uno blanco y el otro negro, representando la vida y la luz, la muerte y la oscuridad. Dielux y Noctenebris, los dos primeros hijos de Arceus. Al igual que muchos de los Legendarios, libraron feroces batallas entre ellos dos, al ser conos completamente opuestos. Pero no eran iguales que las de sus hermanos... Eran demasiado poderosos, pero su función tenía una gran importancia. A diferencia de Giratina, no podían ser desterrados al Mundo Distorsión. Por eso mismo, el Dios Pokémon se vio obligado a sellar a sus dos hijos en lugares distintos, pero situados en el mismo mundo en el que debían actuar.

Primero, creó siete islas en uno de los océanos, cerca de la región de Kalos. Esas serían las Islas Lux. Seis de ellas, Isla Viridis, Isla Red, Isla Aurantiaco, Isla Lilac, Isla Hyacintho e Isla Flavi, eran situadas formando un círculo alrededor de la más grande de todas: Isla Lux. Allí, en una cueva subterránea, encerró a el mayor de los hermanos: Dielux.

Por otro lado, en un lugar remoto de Kanto, creó una torre, conocida como la Torre Pokémon. Allí fue donde encerró a su hija: Noctenebris.

Fueron pasando los años, y los humanos empezaron a poblar la tierra. Todas las Islas Lux, menos la central, fueron habitadas, al igual que se creó un pequeño pueblo alrededor de la Torre Pokémon, la cual se convirtió en un cementerio.

Ambos hermanos se encontraban dormidos en sus celdas, y aún lo están. Pero hubo una cosa que siempre preocupó a Arceus, y era que sus hijos lograran escapar de alguna manera, pese a que estaban sellados, de forma que intentarlo sería inútil. Pero el sello se rompería en algún momento, y él probablemente ya no podría intervenir de nuevo. Por eso mismo decidió que debería de haber alguien que se ocupase de evitar esa desgracia, un "elegido" que tenga el valor suficiente para enfrentarlos y encerrarlos de nuevo. Y ese alguien... debería sacrificarse por el bien del mundo.

Hijos de Arceus: Vida y MuerteМесто, где живут истории. Откройте их для себя