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Y no sé distinguir entre lo que es bello y no lo es, lo bueno de lo malo o el negro del blanco.

Todo tiene una belleza que no todos son capaces de ver, pero para la persona correcta siempre seremos el complemento perfecto, volviéndose así neutro.

En la vida hay que pasar malos momentos para llegar a los buenos.

Así como el blanco y negro se convierte en el gris de tus ojos.

Eso me lo enseñaste tú.

Y eres tú misma quien no puede aplicar sus propias palabras, entenderlas y comprender mis propias razones.

Que tu alma es lo más bello y puro, que la personalidad y lo que uno entrega vale más que lo exterior, y por eso mismo es que yo te amo.

De que la vida está llena de altibajos. Y si sólo serán bajadas, haré que al menos tu sonrisa sea una curvatura.

Sé que aún puedo hacerte feliz.

El último abrazo (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora