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-¡Dean!-

Ambos chicos saltaron cuando oyeron la voz, alejándose lo máximo posible el uno del otro. Frente a ellos, la madre de Dean parecía sorprendida, tenía una mano en la boca y la otra cruzada alrededor de su pecho.

-Mamá, eso es... Eso no es...No es lo que parece- intentó Dean en vano.

-¿No es lo que parece, Dean?- Definitivamente estaba enojada ahora -¿No te estas besando con un chico en nuestra casa? ¿No estás engañando a tu novia?-

Castiel intentaba parecer lo más pequeño posible, encogiéndose en la esquina de la cama.

Lo había hecho de nuevo. Siempre destruía a las personas que amaba, a las personas que lo amaban. Él había destruido a Dean. Lo único bueno que le había sucedido en la vida, y lo había destruido. Ahora, Dean estaba en problemas debido a él, su padre lo echaría de la casa, quizás nunca volvería a ver a su familia, y todo eso por su culpa.

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-¿Está bien?- La voz de Mary Winchester era de un tono más suave ahora, y parecía preocupada.

Dean se dio la vuelta para mirar a Castiel, quién estaba temblando mientras las lágrimas caían por su rostro.

-Oye Cas, está bien. Estoy aquí, te tengo- Puso una de sus manos en las de Castiel, tratando de consolarlo. Él también tenía miedo, sus padres nunca habían sido fanáticos de las personas homosexuales, pero sospechaba que el verdadero problema provenía de su padre y no de su madre. Al menos, eso esperaba.

-Dean, trata de calmar a tu... amigo. Hablaremos después de eso-

Con eso, ella salió de la habitación, dejándolos solos de nuevo. Dean tomó a Castiel en sus brazos, abrazándolo fuertemente. Después de unos minutos, Castiel finalmente se calmó y su respiración se estabilizo.

-Lo siento Dean...- susurró, escondiendo la cabeza en el cuello de Dean.

-¿Lo siento por qué?- pregunto Dean confundido.

-Es... es mi culpa. Yo les hago esto a las personas. Los destruyo- Castiel volvió a llorar, incluso más fuerte que antes.

Si pudiera, Dean iría a con al padre de Castiel en este momento, y lo mataría sin ninguna duda.

-No, Cas, no es tu culpa. Nada de esto es tu culpa- Estaba tratando de tranquilizar y calmar a Castiel, acariciando su cabello -Debería haber hablado con mi mamá. Ella solo... Ella no estaba enterada de esto. Pero está bien. Estará bien-

No estaba seguro de si Castiel le creyó, pero el llanto y la sacudida se detuvieron. Permanecieron abrazados un poco más, hasta que Castiel cerró los ojos y se quedó dormido. Dean delicadamente lo acomodo sobre la cama, cubriéndolo con las sábanas. Le dio un pequeño beso en la frente con mucho cuidado para no despertarlo y con eso salió de la habitación en dirección a las escaleras.

***

Su madre estaba en la cocina, con una taza de té en la mano. Dean inspiró profundamente, tratando de reunir un poco de coraje. Sin decir una palabra, se sentó frente a su madre, esperando que ella empezara a hablar.

-¿Cuánto tiempo?- finalmente preguntó su madre.

-¿Qué?- Su voz era mucho más débil de lo que pretendía.

-¿Cuánto tiempo has estado con este chico?-

-No mucho. Yo... yo no... No planifiqué nada de esto. Quiero decir... nunca me he sentido realmente atraído por las chicas. Pero yo... tampoco me atraían los muchachos. Pero Castiel, él es...- No terminó su frase, no estaba seguro de qué decir.

Su madre frunció el ceño, visiblemente perturbada.

-¿Castiel? ¿Cómo en Castiel Novak?-

Dean solo asintió.

-Es imposible. El hijo de Lucifer Novak, está discapacitado, física y psicológicamente-

-No, no lo está. Pero mamá... Si supieras lo que le ha hecho a Cas...- Fue demasiado para Dean, todos los eventos de las últimas semanas finalmente lo superaron. Él necesitaba hablar con alguien, contarle todo lo que sucedió. Tan pronto como las lágrimas comenzaron a caer por su rostro, su madre se levantó y lo tomó en sus brazos.

-Está bien, cariño- dijo ella con dulzura, besando su cabello.

Dean se calmó un poco, saboreando la comodidad que su madre le brindaba. Odiaba pensar que a diferencia de él, Castiel no podía hacer eso, que no tenía a su madre junto a él para que lo abrazara, o le dijera que todo estaría bien. Dean no sabía cómo Castiel había sobrevivido tanto tiempo sin amor, con tanto dolor, ya que Dean en tan solo unas pocas semanas se había roto tan rápido.

-Escúchame cariño. Vas a decirme todo, voy a escuchar y luego hablaremos ¿de acuerdo?-

Entonces Dean lo hizo. Él le contó todo. Desde la broma estúpida hasta su primer beso en el auto, sin dejar que nada lo interrumpiera. Él le dijo a su mamá que Castiel no podía ir a la policía por el trabajo de su padre, pero también le dijo que se negaba a dejarlo vivir así más tiempo. Su madre no dudó de su palabra, la reacción previa de Castiel había confirmado lo que su hijo le estaba contando, y al final de la discusión, estaba tan conmocionada como Dean.

-Invité a este hombre a nuestra casa. Cené con él, recé por él y por su hijo enfermo. Todos rezamos. Toda la iglesia Y todo este tiempo...- Ni siquiera pudo terminar su frase.

-Lo se mamá...- Dean tomó su mano en la suya, tratando de consolarla -Pero vamos a ayudarlo, ¿verdad?-

-Sí. Por supuesto, Dean- Ella le dio una sonrisa tranquilizadora y le apretó la mano.

Dean se sintió aliviado. Con su madre ayudándolos, todo sería mejor. Ella podría hacer mucho más que él, ella podría ayudar a Castiel.

-Dean, yo... no estoy segura de cómo me siento acerca de ti y de él juntos... pero de lo que si estoy segura es de que te amo. Y sé que ningún niño debería sufrir como él lo hizo, así que lo ayudaré- Dean se mordió el interior de la boca, temeroso de lo que estaba por venir -Pero creo... creo que no deberías decirle nada a tu padre. Porque incluso si él te ama, no lo tomará tan bien como yo. Además, Lucifer Novak y él son muy buenos amigos, y no quiero causarle problemas a Castiel-

Dean dejó escapar el aliento, feliz de que su madre los aceptara como él era. Bueno, Dean sabe que habrá más conversaciones y todo, pero al menos ella todavía lo ama. Y eso era todo lo que importaba por ahora.

-Dile a Castiel que puede quedarse a cenar esta noche. Tu padre está fuera de la ciudad, así que solo seremos nosotros cuatro, Sammy llegara en unos minutos-

-Gracias mamá- La tomó en sus brazos otra vez, dejando caer un beso en su frente.

-De nada, cariño- Se separó de él, acariciando su mejilla -Ahora ve a ver a Castiel. Él probablemente te necesita-

Dean se levantó tan pronto como su madre mencionó a Castiel, listo para correr a su habitación.

-Oh y Dean, nada de sexo en la casa- le advirtió.

-¡Mamá!- Dean podía sentir su rostro enrojecer, pero no pudo evitar sonreír. Estaban bien. Todo estaría bien.

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Este cap está inspirado en las madres <Mayo mes de las mamás>, así que felicidades a ellas por que nos aceptan tal como somos y nos apoyan ;). 

Inesperadamente tú │DestielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora