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No esperaba encontrar a nadie en el cráneo del demonio... Mucho menos a alguien de una aldea lejana, como lo era Sussa.

El niño al que me encontré era muy lindo y simpático. Y por alguna extraña razón me hacia sentir tranquilo y como un niño pequeño: alegre, risueño e infantil, claro; era como estar con Asta, pero el sentimiento era más cálido. Además de que no era rival de este chico, podíamos ser buenos amigos como cuando Asta y yo eramos más pequeños, cuando no nos habíamos convertido en rivales, cuando no habíamos decidido competir para ver quien llegaría a ser Rey Mago primero.

Shima tenía un aspecto extraño, al igual que su magia. Su cabello parecía debatir entre ser negro o rubio, ya que tenía muchos mechones de esos colores desparramados en su cabeza, aún así, con la indecisión de tonalidad su cabello era lindo, caía desordenado hacia abajo y era muy lacio. Sus ojos fueron los que más me maravillaron. Eran de diferente color, de nuevo amarillo y negro peleaban. Su ojo derecho era de un color negro muy profundo, y el izquierdo era amarillo, más bien dorado, y alrededor de ese ojo se dibujaban dos triángulos, uno apuntaba hacia arriba y el otro hacia abajo, sobrepuestos. Con otros detalles que no pude identificar. Y su magia, no la comprendía muy bien, pero seguro lo haría después.

Lo asusté, pero es que no pude evitarlo, al sentir que me espiaban, luego al ver que era él me acerqué demasiado rápido, con curiosidad.

Hablamos un poco y sin querer le dije que me parecía lindo, me extrañó mi propia actitud, ya que ni siquiera era así con alguno de mis hermanos, pero cuando él también me dijo que le parecía lindo lo deje pasar, pensando que era algo normal entre..., lo que se puede llamar, amigos.

Entrenamos nuestra magia... O magias, en el caso de Shima. Él entrenó magia de agua, de plantas, de roca y de barro. También usamos su magia dimensional para entrenar mi magia de viento, pasando mis ataques por sus portales. Nos divertimos mucho y al final quedamos exhaustos.

Sería mi primer amigo fuera de la aldea Hage, y quería estar más tiempo con él, ya que tenía intenciones de volver a su aldea en cuanto terminamos de descansar.

No era muy necio, así que no me fue difícil convencerlo de que se quedara a comer, aunque seguro terminaría tomando agua como camello.

Le había tomado mucha confianza, y muy rápido, no sabía lo que me sucedía y era extraño. Yo no sonreía tanto, mucho menos reír, no era tan amable con recién conocidos y mucho menos tan confiado. Pero con Shima era diferente. Su aura era más llamativa para mí que la de los demás, me gustaba como era él y me llamó mucho la atención su magia y lo bien que la utilizaba.

Luego de un interrogatorio de parte de la Hermana Lily, Shima tuvo que irse. Se quejó de haber tomado tanta agua y dijo que nos traería comida de la que cocinaban en su iglesia, sólo para variar. Mis hermanitos lo obligaron a que prometiera volver pronto, igual el padre.

— Hasta luego, Shima.

— Hasta luego, Yuno. —se despidió y usó la magia dimensional para irse. Seguro llegó rápido a su hogar y apenas cansado. Y muy lleno, claro.

— Es un niño muy simpático. —opinó el padre, y yo Sonreí levemente, entrando de nuevo a la iglesia. Quería descansar un poco.

— Te cae muy bien, ¿cierto? —me preguntó la hermana entrando detrás mío.

— Sí. —respondí con sinceridad, para luego tumbarme en la pequeña cama que compartía con mis hermanos. Realmente estaba exhausto luego de entrenar tanto.

En algún momento me quedé dormido y cuando desperté tenía encima a mis tres hermanos y a Asta saltando de un lado a otro, había despertado con mucha energía y yo había dormido demasiado.

Spirit | Black Clover [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora