-Niall.- Mencionó confundida, frenéticamente acomodándose en la cama y sentándose un poco mejor sobre el colchón. Dudó un poco de sus palabras, un poco desconcertada y nerviosa. Sabía que él le preguntaría qué estaba haciendo dentro de la habitación que compartían cuando se supone debía actuar como si ya no le importara una mierda esa habitación.- ¿Q-qué estás haciendo aquí? Se supone que debes estar en la fiesta de la disquera.

Niall parecía completamente despreocupado por sus palabras, manteniendo su espalda hacia ella mientras entraba y salía del closet, arrojando prendas al azar sobre la cama, sin importarle que ella estuviera en la habitación.

-Se puede ir a la mierda la estúpida fiesta.

Tan solo había sido un murmuro, pero lo había escuchado. Y _______ podría haber jurado que no entendió lo que acababa de decir.

-¿Qué?- Preguntó confundida, los ojos muy abiertos y el corazón latiendo con fuerza, las palmas de sus manos habían comenzado a sudar y podría jurar que su voz se rompería en cualquier momento.

¿De qué demonios estaba hablando? Niall nunca rechazaba una fiesta, de hecho, siempre era él el encargado de darle vida a cada una de las fiestas a las que asistía. Era lo que más le gustaba; poder beber un par de cervezas con sus amigos, hacer el ridículo durante el karaoke a pesar de tener la voz más angelical en esta tierra, riendo a carcajadas con los mismos chistes absurdos de sus amigos.

Ese era su territorio, rodeado de sus personas favoritas y viviendo su vida sin momentos aburridos. Y a pesar de que era una de las estrellas pop más grandes del mundo, el estar rodeado de sus amigos y seres queridos, lo hacía sentir que estaba viviendo su vida como cualquier otro hombre normal de 25 años. No tenía que sentarse todo el día en un estudio, estresado por las posibles expectativas no satisfechas, con los dedos entumecidos por todo lo escrito y por haber pasado horas y horas sobre las cuerdas de su guitarra. En esos momentos se sentía como él mismo, se sentía completo y satisfecho.

Y _______ no podía evitar sentirse mal por quitarle todo eso de alguna manera.

-Dije que se puede ir a la mierda la estúpida fiesta.- Niall respondió, más fuerte esta vez. Todavía sacando ropa y aún sin hacer algún movimiento para poder mirarla.

El ceño de _______ se frunció y sus labios se juntaron un poco mientras negaba confundida.

-No, lo sé. Te escuché la primera vez, es solo que yo...

Y justo cuando estaba a punto de expresar que nada de esto tenía sentido, su sangre se sintió fría y su pecho comenzó a arder. Parecía que su cuerpo no podía decidir si quería gritarle al chico y ofenderlo hasta no poder más, o esconderse y acurrucarse en la esquina de una habitación oscura y quedarse allí por el resto de su vida.

La realidad la había golpeado de repente. Él sacando toda su ropa, sin poder mirarla, sonando terriblemente desconectado de ella, actuando sin emoción alguna y apenas notando su existencia mientras ella se encontraba a solo unos pasos de él. Lo que había comenzado sin tener sentido estaba comenzando a tenerlo, y de repente, ______ no estaba segura si podría manejar la verdad de todo esto.

Él iba a dejarla. Estaba empacando toda su ropa, sin decirle siquiera nada, dejandola sola porque, claramente, eso era lo que ella quería. O bueno, eso era lo que él pensaba que ella quería, sobre todo porque fue ella misma la que le hizo creer eso y todo eso hacía que su interior se desmoronara y sintiera la necesidad de vomitar sobre esta estúpida cama.

Estaba entrando en pánico. Tanto que ni siquiera sabía qué decir, ni siquiera sabía por dónde empezar. Si ella lo perdía, no tenía idea de qué iba a hacer. ¿Qué iba a hacer si lo perdía? Niall era su mundo entero, su soporte más grande, incluso tal vez el único, el amor de su vida, su mejor amigo, su familia entera, no tenía a nadie más que a él.

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