La educación

Se ha hecho notar a menudo que la educación es el fundamento de la democracia y la justicia social. 

Su objetivo principal consiste en garantizar el ejercicio de los derechos humanos fundamentales, la participación plena y cabal de los individuos en la vida social y el respeto de su identidad cultural y lingüística. 

Más allá del derecho que otorga a todos las personas de desarrollar su personalidad y mejorar su bienestar moral, intelectual y físico, la educación contribuye a elevar el nivel general de conocimientos y transformar las mentalidades y al mismo tiempo favorece la cohesión social. 

En tal sentido, constituye un factor determinante del desarrollo económico, social y cultural. Estas palabras se referirán precisamente, el nexo complejo que existe entre la educación,  desarrollo y las consecuencias que cabe deducir para orientar la actividad de los poderes públicos.