capítulo veintidos: magic

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ALGO QUE Leo nunca comprendería muy bien era por qué cuando estaba cerca de Mitch, todo parecía mejor. Incluso cuando su mundo había colapsado recordando cosas que preferiría olvidar, incluso cuando cada vez que parpadeaba veía sangre, incluso cuando solo quería llorar y gritar... Sentía una inexplicable calma al tener la espalda recargada contra el pecho de Mitch, silenciosamente apoyándola. Sus dedos estaban entrelazados, y Leo jugaba con ellos mientras Mitch con su mano libre, acariciaba su cabello. Ninguno de los dos hablaba, en total silencio.

—¿En qué estás pensando? —preguntó Leo, mirando a la nada. La mirada de Mitch se suavizó, aunque Leo no pudiera verlo.

—En las noches en que rompíamos las reglas y nos escabullíamos en los cuartos del otro, o dormíamos en los cobertizos de afuera, ¿recuerdas? Contábamos cosas sobre nuestras vidas hasta que los ojos nos pesaban.

—Recuerdo que te cagabas de miedo con mis historias de terror —recordó Leo, sonriendo inmediatamente.

—¡No lo hacía! —se defendió Mitch inmediatamente, tan rápido que ocasionó que Leo soltara una pequeña risa.

💥💥💥

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Conforme la noche pasó, y el ambiente se relajó, ambos chicos se quedaron en completo silencio, sentados uno frente al otro. Leo estaba agachando la mirada, jugando a hacer figuras en el suelo. El cabello negro y oscuro le caía por la frente. Se mordía el labio, intentando concentrarse en dibujar. Mitch no podía dejar de observar cada pequeño detalle en ella.

—¿Por qué me miras? —preguntó Leo, con más curiosidad que molestia.

—No te estoy mirando —mintió Mitch, aunque supo que era inútil.

—Ajá —dijo, sin creerle ni un poco.

Mitch no podía decirle que en realidad lo que estaba pensando era si Leo siempre había sido tan bonita, con sus facciones delicadas y los ojos vivaces, siempre con algo en la mente.

—Mitch —dijo Leo, después de una pausa de silencio—. ¿Qué fue lo que enseñó Hurley?

El corazón de Mitch se detuvo por un instante. Tomó aire, intentando encontrar valentía para hablar, y finalmente dijo en un murmullo:

—Estaba grabando con mi celular cuando pasó —no tuvo que decir más. Ambos sabían a qué se refería. Leo asintió, sin saber qué más decir. Sabía que era un tema sensible para Mitch y que era mejor andar de puntillas alrededor, dejando que Mitch le dijera solamente lo que él quisiera, sin presionarlo. Mitch planeaba no añadir más, pero se encontró diciendo—. Fui el único que sobreviví y me pregunto todos los días por qué.

Leo detuvo todo lo que estaba haciendo, y alzó la mirada para verlo. Mitch no bajó la mirada, sino que se la devolvió a Leo. Sus ojos dejaban ver la frialdad que siempre lo caracterizaba, pero sus palabras probaban que era más vulnerable de lo que aparentaba, y que las cosas le afectaban más de lo que le gustaría. Leo se relamió los labios antes de hablar.

are you with me, leo? // american assassinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora