Sádico || TwoShot Yoonmin

02

Es como si nuestros corazones estuviesen conectados. Latiendo al mismo ritmo, entonando cada latido en un solo tiempo.

Es lo que más he querido en mi vida, despierta una avidez perturbante en todo mi ser. Reclamo el derecho a poseerlo, nuestra unión va más allá de dos cuerpos.

Acorto la distancia entre ambos, colocó dos de los objetos en el suelo sobre un pañuelo de tela azul obscuro. Me quedo con el cuchillo de caza.

Colocó el filo del cuchillo en su cuello —Quédate quieto. —amenazo y lo deslizó suavemente hasta el cuello de su camisa, comienzo a cortar para deshacerme de la prenda, poco a poco su torso va quedando al descubierto. Piel perfecta sin duda.

Vuelvo a besarlo mientras sostengo el filo contra su cuello, el me corresponde.

Hago mas presión y jalo el objeto rapidamente dejando una pequeña línea roja apenas marcada en su cuello. Suelta un chillido y se separa.

—No hagas esto p-por favor.

—Te dije que no hablaras —pronuncio suave—. Sabes que pasará si lo haces.

Su respiración se vuelve más agitada, lo tomo de los hombros y se sobresalta.

—Tranquilo.

Acaricio su piel con la punta del cuchillo haciendo trazos imaginarios que pronto realizare pero no con este, al final no me parece que sea apropiado para el, dejó el cuchillo en el lugar perteneciente a la navaja la cual tomo. La empuño fuerte y siento su filo romper mi piel es doloroso pero agradable.

Hago una cortada un poco profunda en su pecho. El suelta un grito y muerde fuerte su labio inferior.
Recojo con mi lengua la gota que va escurriendo hacia su abdomen. ¡Dulce sabor salado! El delicioso elixir de la vida es tan... embriagante.

Pero no quedo conforme. Vuelvo a arrastrar fuertemente el objeto en su pecho, su piel se abre sin dificultad alguna.

—¡PARA! ¡DETENTE!

Hago otro corte.

—¡P-POR FAVOR!

Y otro.

—¡AH! ¡TE LO SUPLICO!

Y otro, cada uno más profundo que el anterior. Retiro la tela de sus ojos y con ella lo amordazo.

Sigo haciendo cortes hasta acabar llenando su pecho de innumerables líneas. Pequeñas fugas de sangre en su cuerpo. Inhalo tan peculiar aroma al que en este momento me siento adicto. Lamo desmesuradamente el espeso líquido que brota de su pecho.

Hago un profundo corte en su brazo izquierdo y la navaja se adentra aun más en mi piel. Mi sangre comienza a escurrir entre mis dedos.

Me separo y veo el rojo brillante en un hermoso contraste con su piel clara. La perfección en su máximo esplendor. Vida tintando pureza.

Sus gritos ahogados complementan maravillosamente esta incomparable escena.

Es tan excitante ver su piel cubierta de dolorosas marcas, imagino tan dichoso dolor pero no me basta imaginar, con mi mano libre voy desabotonando mi camisa dejando mi pecho al descubierto, comienzo a realizar numerosos cortes. Igualo las marcas de Jimin en mi piel.

Cada cortada arde satisfactoriamente, el tibio líquido brota libremente. Ahora estamos en las mismas condiciones.

Uno nuestros cuerpos en un abrazo placenteramente doloroso juntando nuestros pechos. Mezclando e intercambiando aquella tinta de vida. Hago algunos cortes en su espalda y se sacude frenéticamente pero las ataduras no lo dejan siquiera darse la vuelta.

Respiro pesadamente y con trabajo me separo, camino hacia la puerta y me aseguró que este bien cerrado, tomo la llave y la arrojó fuera por la pequeña ventana donde apenas cabría un gato.

—Te quitaré esto —Le quito la tela que cubre su boca—. Voy a tomarte y nuestra union sera eterna.

Puedo ver que no logra entender el significado detrás de esas palabras, abre ligeramente la boca pero antes que pueda hablar me abalanzo sobre el besandolo desesperadamente. Poco a poco pasa de ser un beso desesperado a uno suave, delicado y bastante sutil. El tiempo debería detenerse en este momento en el que puedo disfrutar de sus dulces labios.

Me separo lentamente y acerco la navaja a su rostro haciéndolo retroceder, da contra la pared y cierra fuerte los ojos. Hago un corte considerable en su labio inferior para disfrutar tan exquisito sabor mientras lo beso. Definitivamente es deliciosa esta combinación pero la noche está por acabarse y esto también debe hacerlo.

—Llego la hora, voy a soltarte. —El asiente con la cabeza.

Dejó el ensangrentado objeto en su lugar y por último tomo la daga.

—Dejaremos este lienzo tintado y nuestras almas se irán volviéndose una.

Encajo la daga a un costado de su estomago, se retuerce en un dolor que me provoca un intenso placer. Suelto una de sus manos que inmediatamente se dirige a la herida, retiró la cadena de la otra y antes de soltarla hago un profundo corte en su muñeca. El adictivo líquido se libera rápidamente la presión que hace con su otra mano no es suficiente. El morira en cuestión de minutos.

Le extiendo la daga.

—Morirás, pero antes puedes matarme. Yo te quite todo, y me deleite con tu dolor.

El la toma.

—¿Por que lo hiciste? —pregunta llorando.

—Porque eres perfecto.

Entierra la daga en mi abdomen, el dolor es tan placenteramente intenso. La saca y vuelve a clavarla a un lado. Un cosquilleo desgarrador recorre la zona. Me apuñala repetidas veces. Múltiples golpes profundos. Gozoso los recibo todos, disfruto cada uno de ellos. La sangre que escurre ya ha manchado su mano. Dichoso sere de morir a manos suyas.

Pero de pronto se detiene, se tambalea el cae al suelo, a perdido demasiada sangre, me agacho y coloco dos dedos en su cuello, siento su pulso que es casi imperceptible. Mi sangre también me abandona rápidamente, me siento desmayar.

Me recuesto a su lado y tomo su mano. Los primeros rayos de sol se asoman por la ventana.

El amanecer recibira nuestros cuerpos sin vida.

Y sus almas se irán volviéndose una.