- Mantente vivo -

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Eliza leía con tranquilidad un buen libro que su marido acababa de traerle, el había salido con sus hijos y sus sobrinos están afuera con su madre en una caminata al parque. La calma en su casa era aburrida, llegando a ser tediosa, estaba acostumbrada a los correteos de sus pequeños y a las amenas charla con su hermana, por ello esperaba impaciente a su familia. Sintió fuertes golpes venir de la puerta principal de su casa, se le hizo extraño, considerando que su esposo y su hermana tiene la llave de su hogar, los golpes eran cada vez más insistentes por lo que se levantó y rápidamente corrió a abrir la puerta.

Pegó un grito al momento que dos hombre entraban cargando en una improvisada camilla a su sobrino, en eso entra Elizabeth llorando

— Tía... Philip — no pido siquiera mantenerse en pie y se arrodilla entre llanto, Eliza no sabía que ocurría pero llevo a su sobrina a la sala como pudo, para correr con Philip, aunque los hombres no le permitían verle

— ¡El doctor necesita tiempo! ¡Esta herida está muy mal!

— ¡Debo verle! — insistía Eliza

— ¡¿Por qué no mejor busca a sus padre?! ¡El joven se está muriendo!

— No... — gimió, las lágrimas empiezan a desbordarse, se dió la vuelta y corrió a la salida, Philip debe aguantar y mantener con vida, en tanto ella busca a Alexander, tomo un caballo de la carreta donde probablemente trajeron a Philip y a todo lo que esté daba se fue a la residencia de Alexander, donde casi derriba la puerta al darle fuertes golpes para que le abrieran. Alexander al poco rato le atiende

— ¿Eliza? ¿Pero que haces aquí?

— Se trata de Philip...

Una vez comento lo que más o menos pasaba. Alexander se llevó el caballo donde había ido Eliza y con desesperación llegó a casa de esta, entre tanto, Eliza buscaba a Angélica. Desesperado entro a la casa sin siquiera tocar, pasando directamente a la sala, su hija seguía llorando con la cabeza baja

— Eliza... — pero ella no responde, solo abrazaba contra su pecho uno de los cogines al alcance gimoteando, en eso en su búsqueda por hallar la habitación donde estuviera Philip, se encuentra con un hombre hablando con un doctor que el conocía

— ¡¿Dónde está mi hijo?! — exclama llamando la atención del doctor, el otro joven que era el segundo de Philip se alejó un poco

— ¡Señor Hamilton! Venga aquí — Alexander se acerca —. Lo tragimos hace media hora, pero ha perdido mucha sangre en el camino — solo fue cuestión de que moviera su mano levemente, para que Alexander percibierá el olor metálico y notará el líquido rojizo en los dedos del doctor, lo tomo de la camisa

— ¡¿El sigue con vida?!

— Si — dijo a lo bajo —. Pero tenemos que entender que la bala entró justo por encima de su cadera y está alojada en su brazo derecho —

— ¿¡Puedo verlo, por favor?! — el doctor solo asiente levemente, permitiéndole el paso a la habitación a Alexander

— Philip — arrastró las palabras al verlo tendido en una cama sin sábanas, este le miró con neutralidad

— Pa — se contuvo a gritar al sentir el teniente dolor en su cuerpo —. Yo... Hice todo lo que me dijiste pa, apunte al cielo con la cabeza en alto...

— Lo sé, lo sé, lo sé... Sé que lo hiciste todo bien... — se acercó para sujetarle la mano

— Incluso antes del diez, yo apuntaba al cielo... — apretó la mandíbula, dolía un monto y la sangre brota sin cesar —. Pero él no... — soltó una exclamación

— Shhh... Lo sé, lo sé, tu solo mantén tus fuerzas y mantente con vida

— ¡No! — Alexander se giró de inmediato encontrando a Angélica gritando mientras las lágrimas se empezaba a deslizarlas por sus mejillas, sujetaba su cabeza mientras contemplaba la escena más dolorosa que pudo imaginarse

— ¡Angélica!

— ¡¿Esta respirando?! — por pasar ella a ver a su hijo, casi tira a Alexander al suelo —. ¿Va a sobrevivir a esto? ¡¿Quiero lo ha hecho, Alexander?! — se giró a verlo con enojó y dolor —. ¡¿Tú sabes quién fue?! — antes de que siquiera se pusiera en pie a ir hasta Alexander dispuesta a sacarle esa información, Philip le tomo la mano

— ¡Ma! ¡Lo lamento, deje de lado lo que me enseñaste! — exclamó rápidamente, evitando que ella se alejara

— Mi hijo... — se fue nuevamente hasta el, más calmada

— ¿Te acuerdas cuando tocaste el piano con mi hermana?

— Tu querías tocar el piano...

— Pero lo hacía mal

— Siempre, cambiaban las notas... — por un segundo, Philip fue capaz de ver a esa bella mujer sonriente que su madre fue hace algunos años, tan alegre y tan lo contrario de lo que había sido después del condenado panfleto, no pudo evitar sonreír al ver que su madre seguía mostrando esa dulzura que creía había perdido

— Las notas... Cambiaba las notas

— Ya sé, ya sé. Shhh — llevo su mano a la mejilla de su niño, que empezó a murmurar las lecciones que una vez le dió en francés

— Ustedes decían... Uno, dos, tres... Un deux trois quatre Cinq six sept huit neuf

— Si, así era, bien. Un deux trois quatre Cinq six sept huit neuf

Un deux trois quatre Cinq six sept huit neuf

— Tu hermana estará orgullosa, Un deux trois quatre Cinq six sept huit neuf

Cinq six sept huit neuf... — Philip cabeceó un poco mientras su madre seguía para luego cerrar los ojos con pesadez, Angélica sintió que la mano de Phillip ya no apreta la suya

Sept huit... — una vez acabo, contempla la calma de su hijo, para romper en llanto soltando do un desgarrador grito, tomo el cuerpo de Philip para abrazarlo contra ella, Alexander se mantenía en silencio, quería acercarsele pero no tenía la cara para hacerlo, Angélica estaba en un momento inimaginable

En la sala Elizabeth soltó el cojín. Aquel grito la saco completamente de lugar

— Philip...

[...]

- Solo Está Vez - [Hamilton] [Alexander×Angelica] [Finalizada]Where stories live. Discover now