Errores

4K 416 41
                                    

Nicolás

Llego a la biblioteca temprano, tuve que pedir el día libre en el trabajo para poder asistir a mis tutorías con Lucía. Se siente raro no trabajar un miércoles a la tarde, más raro se siente saber que me descontarán el día de mi salario y que no me importa tanto como debería.

He dejado en casa todo en orden para evitar dejar plantada una vez más a Lucy, no creo que su paciencia hacia mí lo soporte. Mi hermana está con mi vecina e invité a una vieja amiga de mi madre a casa para que pasara la tarde con ella. Espero que funcione.

Escojo un cubículo, en la zona cercana al área de geología que suele permanecer vacía según me comentaron otros compañeros. Necesito concentrarme para poder entender todos los temas y, si bien, Lucía es una distracción, el ruido sería una peor.

Poco después y tan puntual que debería ser ilegal, ella se sienta frente a mí con un libro tan ancho que acaba de provocarme un ataque cardíaco.

-Hola -sonríe y no puedo evitar corresponder.

-Gracias por venir hoy.

-Te lo debía, ¿recuerdas? Maze runner por una tutoría.

Asiento con la cabeza y observo como retira lápices, lapiceras, resaltadores y hojas de su mochila. Acomoda cada cosa con cuidado y tan ordenadamente que considero que tiene un TOC peor que el de Sheldon Cooper.

-¿Listo para empezar?

-Totalmente listo.

Y como si le hubiesen puesto play a un CD de una sola canción, las palabras comienzan a salir de sus labios con tanta precisión y conocimiento que quedo embobado. ¿Cómo es posible que alguien sepa tanto y sea tan buena explicando?

De alguna manera, siento que me ha puesto un embrujo o algo similar porque entiendo sus palabras a la perfección pese a desconcentrarme mirando sus pestañas, ese rebelde mechón de cabello que cae sobre su rostro cada tanto, la manera en que toma una bocanada de aire tan profunda cuando ha explicado todo rápidamente que temo que muera por falta de aire, pero sobre todo observo sus ojos que se encuentran fijos en los míos pero que cada tanto vuelan hacia el papel entre sus manos para ver lo que escribe.

-¿Entiendes?

-A la perfección.

-Repitelo.

Sonrío ante el tono de desafío en sus palabras y mis comisuras viajan aún más arriba de mi rostro cuando levanta su ceja izquierda.

-El deflactor del PBI o índice de precios implícitos del PBI se utiliza para determinar la evolución de los precios de un período en comparación a otro, dado que...

-Bien, lo tienes -puedo ver el brillo de orgullo en sus ojos y aunque no sé si está orgullosa de mí o de ella misma, mi estómago responde a ello-. Tomemos un descanso, ¿te parece?

-Iré por café.

-Oh, no -niega con la cabeza haciendo énfasis-. La bibliotecaria te matará.

Frunzo los labios en consecuencia y me acomodo sobre la silla. Ha pasado más de una hora desde que Lucía llegó y pese a que estaba realmente entretenido observándola y escuchándola, mi cuerpo se encuentra adolorido por la dureza de silla bajo mi trasero. Es como si las hicieran incómodas a propósito para hacer sufrir a los estudiantes.

-¿En qué piensas?

-En que me duele el trasero.

Una sonora carcajada escapa de sus labios y allí me encuentro, observándola nuevamente como un acosador. Y por alguna razón, que conozco pero desearía no conocer, apoyo mis codos sobre la mesa y tomo impulso hacia adelante, separando la distancia que la mesa ha impuesto entre nosotros y juntando nuestros labios en un suave contacto.

Dura unos segundos y muerto de miedo por su reacción, me separo con la misma rapidez que el impulso de besarla llegó a mí.

-Lo siento.

Parpadea aturdida y sé que acabo de cagarla. ¡Dame un respiro, universo!

-Fue un error, lo siento. De verdad.

-No hay problema -las palabras salen de su boca en un susurro y entiendo que no importa cuantas personas conozca en el mundo, Lucía es única y es algo que está empezando a afectarme más de lo que me gustaría admitir.

Y no, no fue un error besarla. Quería hacerlo. Fue un error hacerlo sin su consentimiento, como hacen los hombres que creen tener derecho sobre las mujeres. Y no tengo ningún derecho sobre ella.

Joder.

Otra acción más a la lista de cosas que ella me puede reprochar y que de ninguna manera puedo culparla por hacerlo.

Y aunque quiero desaparecer, me quedo frente a ella y con el poco valor que me queda le hago una pregunta sobre economía para distraerla.

----

Hola, hola gente.

He terminado de rendir y soy libre por unos días. Dado que no he subido capítulos en varios días mañana y el sábado subiré dos capítulos por día.

Espero que tengan un bello día.

¡Gracias por leer!

Mala suerte, LucyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora